20.10h. Y luego me quedé hasta las tantas leyendo el libro de Martín Fiz. Pero a la mañana estaba listo para otra jornada bicicletera. Salí del cámping por la derecha por un PR que, sube que te sube (así, en crudo, de buena mañanita), acaba plantándose en un collado, entre Meate y Oteixan, pegadito al parque natural "Señorío de Bértiz" (se ve Autza al fondo):
con zonas de repoblación:y también brezo antes de entrar en el bosque:
La bajada era tan bestia que no la disfruté, pues iba siempre frenadísimo; en cuanto soltaba 1 poquito, la inercia era tal que resultaba difícil volver a parar. Aparecí en Narbarte (no en Oieregi tal como señalaba la ruta, habré cogido otro camino de bajada). Visita a la oficina de turismo del parque natural y subí por el parque camino de Plaxaxelai, como el año pasado (¡cómo seduce el escenario del crimen!). Esta vez + temprano y tiempo espléndido.
Hayedo, mi favorito:
Alisos en la regata que cruza el señorío, camino del Bidasoa:
Los robles son también parte importante en Bértiz:
Los robles son también parte importante en Bértiz:
A lo que he visto, el año pasado hice bien en darme la vuelta, pues quedaba la mitad + dura para llegar arriba. Luego seguí por la pista-carretera hacia el N (por fin otra bajadita, ésta mucho + a gusto). Desvío a la izquierda bajando al restaurante "Etxebertzea" y de allí PR, marcas verdiblancas, sendero siguiendo "Infernuko Erreka". ¡Esto sí que es una maravilla!
Las brillantes libélulas azules quizá se pasan de hospitalarias:
El camino, estrechito pero practicable, sigue la vereda del arroyo. Preciosa vegetación:
Y, al fin, el molino. Espectacular, a caballo de las dos orillas con la cascada por debajo:
Dentro se pueden ver las herramientas de moler, todo muy bien cuidado:
Tras breve deliberación junto a otro grupo, busqué la continuación reculando unos metros y subiendo para encontrar una pista que acaba llegando a la zona del barrio de Orizki para bajar a Etxalar, ¡precioso pueblo!:
Por carretera hasta Berriazun y allí enganché "tren bidea" para volver:
Y suerte que llevaba linterna, pues había sólo 1 túnel, pero largo, encharcado y oscuro:
Ya llegando veía que mi cuerpo estaba empezando a decir basta, aunque no por falta de fuelle, sino esos otros detalles que son los que al final te hacen desistir (¿desistir?, si llevo + de 6 horas ya!), como espalda dolorida, ingle escocida, pies que queman.
En fin, mañana me voy a Zarautz a visitar a los parientes y así reposo. Ensalda de pasta, consulta de guías y mapas...
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