25.3.14

Carrera de Montaña Peña del Águila 23.03.2014

En el último momento me acordé de lo que me había hablado Antonio Duquito en Sevilla, una carrera de montaña de 16 km en Collado-Villalba a beneficio de su vecino Joaquín, que sufrió un gravísimo percance el pasado verano. En su momento le dije que imposible, tras el maratón de Sevilla me tocaba un mes de descanso, justo hasta la fecha de la carrera.
En estas semanas sin correr he pasado bastantes ratos en el gimnasio, recuperando fuerza o leyendo Le rouge et le noir de Stendhal en la máquina elíptica, ja ja ja. También he subido a la sierra a andar por el monte: Hoyo de Manzanares, Machota Baja, Maliciosa y Guarramillas nevado... Y justo este pasado viernes, tras varias sesiones de fisioterapia orientadas a recuperar el maltrecho isquio-tibial derecho, me animé por fin a trotar un rato. Bajé al puente del Retamar en el río Guadarrama y de allí cogí un sendero que remonta el arroyo de Lazarejo hacia Punta Galea. Fueron 9 km muy suaves que me dejaron muy a gusto y... con ganas de más, je je.
Así que, pensando en hacer una pequeña salida al monte el domingo, me acordé de esta carrera. Y sin pensármelo mucho, me apunté. La semana pasada, disfrutando de la nieve, hacía un sol estupendo para anunciar la primavera. Este domingo, sin embargo, había vuelto el fresco, así que me puse manga larga, buff y guantes. Pero el día parecía estupendo para correr. En la salida me encontré con Duquito, y le dije que no se quedara conmigo. Me había pertrechado con el ipod, decidido a transitar en cola de pelotón lo más relajado posible.
Salimos del pueblo dirección sierra de Hoyo, una zona que no conozco pero muy cercana y similar a la que a veces frecuento desde La Berzosa. Caminos de tierra y piedra, muchas veces suelta, que van subiendo y subiendo poco a poco, zonas de sube y baja, y al final fuertes repechos, estrechos, profundos, parecen trincheras, donde es imposible adelantar. Eso me vino muy bien para no animarme más de la cuenta, con lo que fui llegando a las zonas más altas con poco desgaste.
Allí me encontré con Duquito y ya fuimos juntos la segunda parte, la última subida a la Peña del Águila y el fuerte descenso, con vistas espectaculares hacia La Pedriza por un lado y hacia la sierra de Guadarrama por el otro. Bajamos despacio, con mucha precaución, y solo al final llegando al pueblo estiramos un poco las piernas para acabar a buen ritmo.
La carrera había sido bien bonita. Durilla para el que saliera a disputarla. A mí me sentó fenomenal, y eso que tenía mis dudas. A pesar de no tener kilómetros en las piernas, me encontré muy a gusto, gracias a haber conseguido controlarme. Fenomenal entrenamiento, pues, para iniciar la temporada primaveral, que este año va a ser relajada y orientada a la media montaña.

9.3.14

Maratón de Sevilla 23.02.2014

Esto empezó nada más acabar el maratón de San Sebastián a finales de noviembre. Había entrenado bien, arriesgué, acabé perdiendo 5 minutos, hasta aquí todo normal. Sin embargo, una vez más, había tenido que parar por causa de una contractura en la parte posterior de la pierna derecha. Tanto entrenar para acabar siempre condicionado, año tras año, con el mismo problema. Decidí descansar una temporada del maratón y dedicar el año 2014 a otro tipo de objetivos.
Por otra parte, y por vez primera en varios años, salía de un maratón sin lesiones y con ganas de seguir entrenando. Se acercaba el invierno, los crosses, y tras un breve descanso no tardé en volver a las sesiones exigentes. De repente, surgió la posibilidad de correr el maratón de Sevilla en febrero. Sergio, un colega de Zaragoza que no iba a poder ir, dejaba libre dorsal y cama de hotel junto a una enorme tropa de amigos corredores. De la noche a la mañana pasé a estar inscrito y justificando nuevos planes.
Pensé que volver a correr un maratón en tan breve periodo de tiempo tendría una ventaja. La preparación sería deliberadamente corta y superficial. El ritmo de carrera, por tanto, también más modesto. Así, quería comprobar si al correr más lento el músculo dañado aguantaba más tiempo sin agarrotarse.
No hice una preparación específica. A mediado de enero encadené un par de semanas con bastantes kilómetros y algunas sesiones largas y suaves. El resto han sido mini preparaciones para las diversas carreras en las que he participado mientras tanto: crosses, San Silvestre, medio maratón, 3000 m .... vamos, de lo más variopinto. 
Siempre que hice algo fuerte o largo, acabé notando cierta molestia en la pierna, lo cual no me daba confianza para el maratón. Tres días antes de la carrera hablé de ello con mi fisioterapeuta. Me localizó una dolorosa sobrecarga en la zona profunda de los músculos isquiotibiales (semimembranoso y semitendinoso). Demasiado tarde para poder arreglar nada cara al inminente maratón, pero de vuelta del mismo seguro que atacamos el asunto con determinación.
El sábado trabajé toda la mañana y directo a Madrid Atocha para coger el AVE a primera hora de la tarde. Como algo de pasta sobre la marcha, y antes de acabar de leer EL PAÍS me planto en Sevilla. No conozco la ciudad. Salgo de la estación de Santa Justa y enfrente, a lo lejos, veo una parada de autobuses. El primero está a punto de salir hacia la Isla de la Cartuja: bingo. Fácil llego al Centro de Alto Rendimiento de Remo y Piragüismo donde nos alojamos muchos colegas. A mí me toca con Edu Raymanedu y Jaime JGallego. Un ratito de charla y relax y nos movemos a la ciudad para una cena multitudinaria. Acabo llenísimo de pizza.
Hoy no se trasnocha, volvemos y a la piltra. Sorprendentemente duermo de un tirón hasta las 06:00h. Bajamos a desayunar y vuelvo a la habitación para acabar de preparar todo y echarme en la cama a escuchar música. Con 43 canciones de Laura Pausini en italiano creo que será suficiente para correr entretenido por las calles de Sevilla.
La carrera sale de los aledaños del estadio de La Cartuja a las 09:00h. Media hora antes salimos del CAR al trote para ir calentando. Fresquito a la sombra. Muy bien para empezar, ya veremos cuando el sol levante. Llegamos a la zona de salida y directos al cajón sub 3h donde encontramos a bastantes compis. Son bonitos estos momentos: sonrisas, nervios, ánimos, ansiedad...
Salida. Bastante fluida, sin dificultad para establecer el ritmo deseado. Me voy colocando por detrás del grupo que comanda el globo de 3h. Allí coincido bastante rato con Edu Raymanedu, Victorlns, Josean y Paga. Pasada la primera hora, no sé muy bien por qué, empiezo a notarme incómodo haciendo la goma. Me adelanto un poco metiéndome en el grupo y, casi sin querer, acabo buscando grupitos por delante del globo para correr más a gusto y sin problemas en los avituallamientos.
Veo a Saúl B por delante. Le alcanzo y voy un poco con él. Al final parece que se queda. Pensaba que iba algo más adelantando, pero al paso por el medio maratón oigo al grupo de 3h pegado a mis talones. No me agrada, así que vuelvo a progresar entre los grupos delanteros. Completando la segunda hora me encuentro bien de fuerzas y ritmo, pero.... el Aquiles derecho molesta (no me preocupa mucho), las pulsaciones parecen ir un poco altas (eso es más inquietante) y, cagüen zotz, el famoso isiquio derecho empieza a hacer run-run.
En el km 30 todavía sigo a ritmo de sub 3h, pero ya voy pensando en una inminente parada para estirar la pierna. Y aprovechando el avituallamiento del km 32,5 hago el primer alto. Bebo, estiro y veo perderse por delante el pelotón de corredores en busca de bajar de las 3h. Arranco entrando en el Parque de María Luisa. La tregua dura 1 km pero vuelve la tirantez. Me veo obligado a acortar la zancada y bajar el ritmo para evitar la contractura. No hay vuelta atrás, los últimos 10 km van a ser difíciles.
La carrera pasa por el centro, la animación es bonita, pero el paso por la Catedral no es precisamente placentero:


Las dos piernas van cargadas, doloridas, el isquio avisa, el ritmo baja km a km, también las pulsaciones. Me abstraigo escuchando a tope el concierto de Laura Pausini en San Siro (2007) dejando pasar el rato. Y así llego por fin al avituallamiento del km 37,5 en el puente que cruza hacia La Cartuja. Paro, bebo, estiro y vuelvo a arrancar suave. En el km 39 al paso por el C.A.R. veo a Javigan vestido y animando, se ha debido retirar pronto. Saco la deliciosa barrita energética elaborada por la mujer de Chulipan que me había hecho llegar Edu y la voy disfrutando hasta el km 40 en pleno Parque del Alamillo. Paro, estiro, bebo, como plátano y sigo cada vez más despacio.
Ya se ve el estadio, la meta se acerca, pero el isquio no está por la labor de facilitar las cosas. A pesar de transitar al trote suave la contractura estaba deseosa de manifestarse, y al fin lo hizo. El tirón me hizo parar en seco. Estiré pero, tonto de mí, se me ocurrió estirar también el cuádriceps. En cuanto flexioné la pierna me pegó un tirón tremendo que casi me manda al suelo. Intento aunque sea andar y veo pasar a Rikman a buen ritmo dándome ánimos. En este último km me va a sacar 3 min de ventaja, eso lo dice todo. Recupero un doloroso trote cochinero camino del estadio. La larga cuesta abajo de entrada casi me obliga a parar de nuevo, pero ya en la pista veo que llego a meta, y con ello la alegría de volver a completar otro maratón. Tiempo 2h 09m 00s.


Así de memoria creo que llevo una docena de maratones en 9 años intentando bajar de 3h. En la mitad de ellos lo conseguí y en el resto al menos lo intenté. Siempre acabé feliz por haber conseguido acabarlo, asunto harto difícil.
Mediodía soleado en Sevilla, pues. Ideal para volver al C.A.R. dando un largo y bonito paseo por el Parque del Alamillo, en sentido contrario a los esforzados corredores. Ducha y meeting point en las escaleras de entrada al CAR donde también hace tiempo el equipo femenino holandés de remo. Un regalo para la vista. Luego al centro. Comer, charlar, pasear hasta la hora de vuelta del AVE. Bonito finde.
Algunas conclusiones. No hice caso a mi planteamiento inicial de correr a un ritmo más moderado, con lo que de poco me sirvió el experimento. En cualquier caso no debería volver a correr un maratón con el isquiotibial dañado, pues tiene poca gracia no poder pelear la carrera en la parte más interesante. Tras 15 meses sin descanso se impone una parada técnica, abordar el problema muscular, fortalecer y volver en primavera. También me apetece un cambio de objetivos para el resto de la temporada.