13.3.11

In the Electric Mist (Bertrand Tavernier, 2009)


Lt. Dave Robicheaux, a detective in New Iberia, Louisiana, is trying to link the murder of a local hooker to New Orleans mobster Julie (Baby Feet) Balboni, who is co-producer of a Civil War film. At the same time, after Elrod Sykes, the star of the film, reports finding another corpse in the Atchafalaya Swamp near the movie set, Robicheaux starts another investigation, believing the corpse to be the remains of a black man who he saw being murdered 35 years before.

La vida no es igual en todas partes. Hay lugares maravillosos para vivir, otros son horribles, algunos peligrosos o para vivir aventuras, los hay monótonos y aburridos, llenos de historia o tierras vírgenes… así hasta casi el infinito. Por azar a cada uno le toca vivir en uno en concreto y a lo largo de su vida podrá, o no, conocer otros lugares. Eso dependerá de la curiosidad que se tenga. Pero existe una serie de lugares que, a pesar de que nunca hayamos estado, los conocemos relativamente bien. Ya sea por la literatura, el cine, la música, la pintura… El sur de estados Unidos es uno de esos lugares.
“In the electric Mist” es una película sobre un asesino en serie que es buscado por un policía ex-alcohólico. Nada nuevo. Es cierto. Pero tiene algo que la hace maravillosa. El lugar donde acontecen los hechos… el Sur. Con sus ciénagas y pantanos, con su blues, con su blanco-gordo-ricachón-racista, con su viejo negro tocando la guitarra en el porche de su casa, con su militar retirado que ahora es policía, con sus jóvenes urbanitas que no entienden el Sur… y cómo no, con su historia, con su Guerra de Secesión, con su derrota por los estados del norte. Y es este el principal tema de la película. La derrota y el abolicionismo en el inconsciente colectivo del sur. Porque la derrota aún no ha sido olvidada, y por eso, en cuanto el policía, interpretado magníficamente por Tommy Lee Jones, tiene visiones, charla con un general confederado, y reflexionan sobre lo lento que pasa el tiempo y lo poco que cambian las cosas.
No es casualidad que el asesinato de una joven se mezcle con el asesinato en el pasado de un negro. No es casualidad que los protagonistas sean los mismos. No es casualidad que la vida siga igual en muchos lugares… en fin, no es casualidad la fotografía con la que termina la película. (Crespok, filmaffinity)