25.9.10

Fotos Tourmalet

El pasado 9 de agosto, como ya conté, subí el Col du Tourmalet; una de esas movidas (como diría Quique) que me dejaron huella. Acabo de encontrar en internet estas fotos que me hizo un tipo en el último km. Como no pienso gastarme 30€ en quitarle las letras blancas, así se quedan. Aquí las dejo como un bonito recuerdo de un día grande.






18.9.10

Frankfurt Marathon 31. Oktober 2010

Pasado el ecuador de la preparación, voy a dejar aquí un resumen del último ciclo de 3 semanas de entrenamientos. Es el ciclo de mayor volumen de kilómetros (90-100-90) y el hecho de haberlo llevado a cabo bastante bien y sin mayores molestias hace que esté muy satisfecho.
La estructura del plan de entrenamiento ha sido muy sencilla y estable. Un día a la semana 30km, otro día 20km y el resto sesiones de 10km a 4:40. Así pues, las semanas de 90km descansé un día.

Las sesiones de 20km han sido los jueves, y han incluido:
a) 7km + 3km UL (rec 4´) (en el bosque)
b) 3 x 3 x 800m IT (rec 1´-3´) (en la pista)
c) 4km + 4km + 2km UL (rec 2´) (en el bosque)

UL ó tempo significa velocidad umbral de lactato, que es la velocidad máxima que soy capaz de mantener durante una hora. Para mi nivel es 3´53´´/km aprox.
IT es VO2 max interval training, repeticiones de distancias relativamente cortas a velocidad de 3´34´´/km.
Han sido entrenamientos duros pero acabé cumpliéndolos a la perfección y con buena recuperación para el día siguiente.

Las sesiones de 30km han sido en domingo, con las siguientes particularidades:
a) los 30km a 4´39´´/km
b) 3km trote + 2 x 3km UL (rec1´) + 16km a 4´40´´ + 3km UL + 2km trote
c) 3km trote + 24km a 4´23´´/km + 3km trote

Estas dos últimas sesiones fueron las más duras con diferencia, y me hubiera gustado conseguirlas un poco mejor y algo más rápidas, pero estoy satisfecho igualmente.
El próximo ciclo trisemanal se avecina durillo también, pero poco a poco el kilometraje empezará a bajar (100-80-70). Lo importante va a ser salir vivo y seguir con la misma ilusión.

12.9.10

Tendinitis de Aquiles (2)

La bici, al auxilio del tendón de Aquiles

Desgraciadamente, la pausa terapeútica, aunque tenga una acción beneficiosa sobre la inflamación haciéndola desaparecer, provoca el reposo del conjunto del organismo y, especialmente, del aparato cardiovascular. Numerosos estudios han demostrado que la inactividad determina rápidamente un descenso sensible de la condición física. Así pues, un entrenamiento bien llevado (3 veces 60min/semana), que aumenta la fuerza muscular del 10 al 15% en tres o cuatro semanas de entrenamiento regular, quedará reducido a la nada por una semana de inactividad.

Estudios llevados a cabo en USA por la NASA prueban que los músculos inactivos se atrofian muy rápido. Tres días de inmovilidad hacen perder un 20% de fuerza. El reposo es igualmente nocivo para los sistemas circulatorio, respiratorio, digestivo y nervioso.

Hay acuerdo en que el 55% de las tendinitis se curan en menos de 45 días, pero este largo parón redunda en el estado de forma. Para salvar el obstáculo de la inactividad del tendón de Aquiles, es posible continuar con el entrenamiento físico general.

Para permitir al corredor volver al entrenamiento en ruta en los mejores plazos, algunos terapeutas utilizan la bicicleta, técnica no agresiva para los tendones de Aquiles (el apoyo se hace por la parte delantera del pie, sin la carga máxima del peso del cuerpo, sólo 1/5) y eficaz para no perder las capacidades cardiovasculares adquiridas antes de la lesión tendinosa.

El Dr. Gabe Mirkin preconiza también la supresión de todo ejercicio violento o rápido desde que un tendón empieza a doler, y, hasta la desaparición del dolor, aconseja al corredor entrenarse en pequeñas salidas. Y si el dolor es más intenso, entrenar con la bici. Sebastian Coe tiene una gran admiración por el ciclismo, y él mismo lo practicaba cuando sus tendones le impedían entrenar la carrera con el fin de mantener así un cierto nivel de actividad física mientras recuperaba sus entrenamientos normales.

En cualquier caso, es siempre el cuerpo el que tiene razón. Si estas actividades alternativas sientan mal, habrá que parar provisionalmente.

Fuente: la revista francesa Running Coach ago-sep2010.

7.9.10

Tendinitis de Aquiles (1)

La revista francesa Running Coach ha publicado un número especial dedicado a las lesiones del corredor. Como últimamente tanto yo como algún que otro colega andamos algo maltrechos con el tendón de Aquiles, dedicaré algunas entradas a traducir algunos puntos que pueden ser interesantes para nosotros.

El interés de los estiramientos
La experiencia conduce a considerar que el reposo es capital; ninguna tendinitis se cura forzando. Hay que darle reposo al tendón, parar el entrenamiento y la competición. Hay que saber parar de correr.

Más vale prevenir que curar
A lo largo de los entrenamientos, el músculo se vuelve más tenso y su órgano de transmisión (el tendón) más sensible a la inflamación. De ahí el interés, confirmado por la experiencia, de practicar antes y sobre todo después de cada sesión de entrenamiento un programa de ejercicios progresivos de extensión de las pantorrillas (músculos gemelos y sóleo, que conforman el triceps sural, el cual se une al talón por medio del tendón de Aquiles).

Estiramientos de la pantorrilla: una medida preventiva eficaz
Ejercicio 1. Cara a la pared, una pierna adelantada. Sin despegar los talones, inclinarse hacia delante sin doblar la rodilla atrasada hasta notar una sensación moderadamente intensa de estiramiento muscular en el gemelo, sin ser dolorosa. 5x20-30s (rec 20-30s)
Ejercicio 2. Escalón o soporte 5-10cm (según la flexibilidad del tendón) en forma de cuña. Espalda y talones hacia la pared. Colocarse sobre la cuña diez minutos. Después de 8 a 15 días, el tendón está bastante más relajado. Es entonces posible aumentar la inclinación del escalón. Continuar esta prevención de la tendinitis alzando progresivamente la inclinación.

Con la edad, la flexibilidad es una cualidad que se pierde rápidamente, sobre todo después de los 30 años, así que los estiramientos deberán ser cotidianos. Si uno ya ha sido víctima de una lesión, está vivamente aconsejado incluir este tipo de ejercicios antes y después de cada sesión de entrenamiento.

Anécdota: Bob McAdoo, estrella americana de basket de los años 80, sufrió una tendinitis del talón. Como la mayoría de los atletas americanos, el ex-crack de los Knicks de New York curó eficazmente esta lesión a base de estiramientos progresivos hasta que la molestia hubo prácticamente desaparecido: "Para flexibilizar su tendón, McAdoo se colocaba de pie sobre una tabla inclinada durante los 20min que precedían tanto los entrenamientos como los partidos, explicaba su antiguo médico. Ahora bien, el líder de un equipo es generalmente imitado por sus compañeros. Es por ello que todo el equipo tomó muy pronto el hábito de estirar los gemelos. Luego, nunca volvimos a tener lesiones del tendón de Aquiles".

Estiramientos del sóleo: el quitanieves...
Para que el estiramiento de la pantorrilla sea eficaz, hace falta también estirar el tercer músculo del triceps sural: el sóleo que, por ignorancia (sus inserciones superiores son diferentes de las de los gemelos) se integra raramente en los ejercicios de flexibilidad.
Posición de partida: pies en rotación interna, ligeramente más separados que la cadera.
Estiramiento: flexionar las rodillas lentamente y, si es necesario para sentir la tensión, pasar el peso del cuerpo derecha-izquierda. Mantener la posición 20-30s y, según las necesidades, repetir varias veces dejando un periodo de relajación de otros 20-30s.

6.9.10

Agosto. 9: atletismo

Agosto empezó, atléticamente hablando, con lo que debía ser una semana suave de transición para asimilar las 3 semanas anteriores de pretemporada, consistentes en rodar suave, aumentar los km y, sobre todo, acostumbrarme a entrenar los 7 días de la semana, repartiendo la carga.
Cumplí los 2 días de rodajes "largos", 15 y 10km. Pero el resto de la semana, en la que simplemente tenía que hacer 5km diarios, se convirtió en otra cosa. Salí 2 días con la bici por el monte de Boadilla (20 y 33km), pues sólo la había cogido un día en todo el año y mis pretensiones inmediatas eran irme a los Pirineos franceses a probar en esos míticos puertos que año tras año me tienen pegado al televisor en el mes de julio.
Y allí que me fui, instalándome en un cámping a la salida de la ciudad de Lourdes, un tranquilo emplazamiento al pie de la alta montaña.



Los otros 3 días de la semana los dediqué pues al ciclismo (Col de Soulor, Col d´Aspin) y a la montaña (Vignemale).

En la segunda semana de agosto empezaba mi plan específico de preparación (12 semanas) cara al Maratón de Frankfurt (31 de octubre).
Y de aperitivo, 30km a 4:40. Antes de las 8:30h ya estaba corriendo, con la intención de esquivar en lo posible el soleado día que se avecinaba.
Por suerte (bueno, lo tenía todo calculado de antemano), de la misma puerta del cámping accedo a la voie verte des gaves, un estupendo y llano carril bici de 18km de largo que atraviesa todo el valle, paralelo al río (antigua vía de ferrocarril). Y con fuentes en momentos estratégicos. Todo un lujo para entrenar.
Domingo y buen tiempo, así que algunos corredores y paseantes y muchos ciclistas. A partir del km 25 noto algo la falta de fuerzas, las piernas que tienden a acortar la zancada, la cadera que se queja. Aún así mi ritmo ha sido progresivo para conseguir una media de 4:40 que no había pretendido en un principio. Acabo a las 11h con 20ºC a la sombra. Fenomenal.

El otro día de entrenamiento exigente fue el jueves. 20km incluyendo un 4x3km a 3:58 rec2´. Xirimiri a ratos, así que a mediodía salgo con el chubasquero. 5km de calentamiento a 5:00 y a por la serie. La 2ª repetición ha sido la más rápida y la última me costó bastante. 3km para soltar y listo. Fenomenal.
El resto de la semana consiste en rodar todos los días 10km a 4:40. Pero eso sólo ocurrió un día. El resto lo dediqué a cosas como subir Tourmalet y Hautacam, o hacer montañismo por Gavarnie. Y un día de descanso, que la paliza montañera me había dejado baldado.



La tercera semana empezó con otra dura sesión, 26km de la siguiente manera: 2km calentar + 4x1,5km a 3:53 r1´ + 12km a 4:40 + 4km a 3:50 r2´ + 2km soltar. Y gran entrenamiento. 20-23ºC a la sombra con el cielo despejándose y bastante viento en dirección contraria, molesto en el último tramo duro. Pero no me voy a quejar, ni de la pista magnífica ni del tiempo, muy agradable en todo caso. Lo más difícil el último 4mil, que afronté muy concentrado, contra el viento y contra la carga acumulada. Y ha sido el tercer km, el más crítico, el que me ha llevado al éxito. Conseguí hacerlo rápido y para el último ya iba con el trabajo hecho. Al final una media mejor de la prevista. Muyyyy contento.
Se acaba mi estancia en los pirineos franceses, un lujo de sitio, con la inacabable pista de entrenamiento paralela al río Pau.


Y vuelta a Boadilla, unos pocos días. Se acabó el montañismo y la bici, así que a partir de ahora los entrenamientos se ajustarán mucho más a la programación establecida.
Un par de rodajes rutinarios (los habituales 10km a 4:40). Eso sí, en buena compañía y por este bosque mágico que tenemos en el pueblo, con mil y un caminos.



El miércoles, el otro entreno fuerte de la semana. 14km de la siguiente manera: 8km 4:40 + 4x400m 1:24 + 10x200m 37´´ + 2km 4:40. Las series con el fore en la pista que une el poli con el palacio. El bosque o monte de Boadilla es inmenso, con pinos y principalmente encinas. Un paraíso para los esforzados corredores. Se tarda mucho tiempo, tanto en conocerlo como en no perderse.



Y de nuevo Francia, esta vez plan de playa. La costa atlántica de Las Landas es algo especial para mí, pues tiene lo que más aprecio: temperatura asumible, olas fantásticas que cambian con la marea, paisaje de pinos y dunas bastante protegido del canibalismo turístico, una delicia para desconectar.



Tras 3 rodajes rutinarios, empieza la cuarta semana con un duro reto: 23km incluyendo 18km a velocidad de maratón.
A las 8h ya estaba en ello. Muy duro. Me cuesta ir rápido, y también mantener la velocidad. Cogí la pista todo para el norte. Muchísima humedad, aunque a cambio evité el sol gracias a la sombra de los pinares. Al final el ritmo fue de 4:18/km, un poco peor de lo deseado. E incluso con 2 descansos: uno muy corto para beber al dar media vuelta (km 9,5) y otro más largo, un poco por culpa del agente forestal, que pasó con el Land Rover y dejó la pista paralela llena de polvo (km 15). Pero tampoco es para estar descontento. Buen entrenamiento y todo irá saliendo. A desayunar y a la playa todo el día, con un libro y la pelota de volley.
También aquí las pistas ciclables son un lujo para el corredor, decenas de km entre pinares para disfrutar.



El entreno del jueves también fue bien. 17km incluyendo un 3x3km a 3:52 r3´. Genial. El resto de la semana, 4 salidas de 10km a 4:40 y un día de descanso.

Agosto se acaba, una pena. Ha sido un mes muy relajado con mucho deporte, mucha lectura, mucho sol y playa, mucho descanso, qué más se puede pedir...
El último domingo salgo a las 9h dirección norte para hacer 30km. Han salido muy bien, a 4:39. Se ha hecho muy largo pero lo he asimilado muy bien. Todo por la sombra de los pinares, y la humedad no ha sido extenuante.
El lunes cambié el rodaje por un paseo de 53km en bici visitando la comarca. Y el martes el inevitable regreso tras cumplir con el rodaje y un último baño en la playa. Soñaré con ella todo el año. La he disfrutado hasta en la puesta de sol.



Agosto. 8: Hautacam - Col de Tramassel

13.08.10. Nublado, pero al mediodía parece que no lloverá. Así que salgo con la bici. Objetivo: Hautacam. Once largos km de aproximación por la vía verde y para arriba.
El primer km cruza un pueblecito, pero esto no tarda en ponerse serio: 9 - 8 - 10%. Además con pequeñas irregularidades. Por ej. un km al 8% que empieza en bajada y acaba en casi llano: ¿qué toca en medio?. Pues está claro, la mayor parte del km por encima del 10%.
Abajo va quedando el valle con el pueblo de Pierrefitte.



Un par de km al 6% casi parecen descanso, pero la mayoría de los 16km y pico son duros duros, continuas rampas y curvas. Por suerte no hace calor. Todo es así, duro y bonito, hasta que faltan 3km para la estación de ski. Entonces desaparecen los bosques y se sale al alto monte de pastoreo: hay ovejas y caballos. Y más viento. Y frío.



Y sólo el último km (8%) parece algo más llevadero. Por fin llego a la estación.



Sin parar, sigo subiendo hasta el Col de Tramassel, verdadero final de la carretera. Por la otra vertiente se extienden las laderas acondicionadas para los esquiadores.



Desde aquí salen recorridos para hacer esquí de fondo.



Y también dos rutas muy bien señalizada para descender al valle en BTT.



Este alto de Tramassel está a 1635m de altitud. El desnivel con la bici ha sido de 1155m en 14,5km, lo que supone una pendiente media del 8%. Por suerte traje bastante ropa de abrigo, guantes incluido. Al volver a pasar por la estación de Hautacam veo que hay bastante gente haciendo cola para lanzarse (3€) por el bob-rail, se les oyen los grititos de emoción.



La bajada es pronunciadísima, muy larga, te deja el cuerpo petrificado y helado. Eso sí, las vistas del valle hacia Argelès son espectaculares. Llegando abajo, vuelvo hacia Lourdes por la carretera.
Buena y dura salida, de no menor dificultad que la del Tourmalet, pero no con el mismo carisma. Y de fuerzas muy bien, noto que cada salida con la bici estoy más fuerte. Pero se acabaron los puertos del Tour, al menos por este año. Buena iniciación.



Agosto. 7: Col du Tourmalet

09.08.10. Me levanto temprano. Nublado, efectivamente, pero la decisión está tomada. Desayunar, prepararse y de camino hacia Luz-Saint-Sauver. Desde Pierrefitte se entra en una estrecha garganta que sube remontando el curso del Gavarnie. Da impresión, abajo el agua que baja tumultuosa, arribla niebla cerrada. Aparco a pie de puerto y me preparo, bien concentrado. Respeto y decisión. Por las alturas, en algún sitio, espera el mítico Col du Tourmalet, y yo vengo dispuesto a conquistarlo.



Algunas bicis ya bajan. Todos llegan bien abrigados. Nada más salir, el primer borne: puerto a 18km, 1400m de desnivel a salvar. Y este primer km al 7%. No debe haber muchos descansos, pues la media es del 8%.
Voy pillando ritmo, prudente pero al tiempo constante y decidido. Poco a poco la niebla se va cerrando. Me levanto las gafas, que se empañan. La humedad se licúa en el vello de los brazos y no tarda en aparecer un km al 9%. No hay nada que contemplar, salvo el entorno inmediato. Se adivina la permanente cuesta, los verdes campos, muchos arroyos, pequeños barrios. Así se ve el valle desde las alturas.



Tras 7km llego a Barèges pueblo, en fuerte rampa. Por el centro de la villa, muy animada, suaviza un poco y me animo. Pero dejando atrás las últimas casas vuelve la cruda realidad: soledad, niebla cerrada y un cuestón que te cagas. A cambiar de piñón y apretar los dientes.
El cartel dice que ya "sólo" quedan 10km, y la mayoría oscilan entre el 7 y el 9%. Me gusta que el ritmo sea sostenido, aunque duro. Para un diesel como yo es la mejor situación estando fuerte. Otro rato y paso por un largo viraje donde hay un jardín botánico, telesillas en funcionamiento y el GR10 que se interna hacia el sur, buscando los lagos del Macizo de Néouvielle.
Se nota que empiezo a estar a bastante altura, aunque no veo más allá de 50-60m. Pero parece claro que aquí lo que hay es prados y ganado. Sigo pues, y al rato empiezan a encadenarse las curvas. El sudor se estaba quedando frío, pero, en poco tiempo, una luz empieza a brillar en lo alto y la temperatura se vuelve más reconfortante. Quedan 5km y esto empieza a ser alucinante.
Mirando para arriba se puede ver al fondo dónde está el puerto.



La niebla se abre y, como una aparición, enormes riscos me rodean a gran altura. Estoy empezando a salir de la nube, y todo es cada vez más preciso. Abajo va quedando el valle, sumido en un mullido colchón de niebla, y por encima un endiablado reguero de curvas trepa por los montes buscando el paso a más de 2000m de altura.


Lo que también empiezo a ver con claridad, entre los enormes prados de las laderas, es un reguero de ciclistas dispersos. No es que la pendiente sea mayor que antes, es que son ya muchos km y la gente tiene un límite. A mí fuelle me sobra, así que para mí el efecto es el contrario. Saber que quedan pocos km, ver tanto ciclista en apuros, divisar el objetivo por las alturas, todo me da ánimo.
Empiezo a adelantar ciclistas. Uno se para delante mío y directamente se tira al suelo. ¿Estás bien?, le pregunto en francés. Bien, bien, la espalda me mata, contesta. Más arriba 2 roulottes tienen que maniobrar para poder cruzarse, con el precipicio a un lado.



Esto es ya mucho más entretenido y bonito, algunos van literalmente clavados, buscando un desarrollo que ya no existe. Ya van varios km con la carretera cubierta de nombres de ciclistas y palabras de ánimo.



Para cuando me doy cuenta paso el cartel de último km. Como no podía ser menos, y para redondear la hazaña como se merece, éste es el único km al 10% de media. 100m de desnivel a salvar en 1km. Ya adivino dónde debe estar el puerto, pero no se ve en ningún momento. Una última rampa durísima.



Y tras girar a la derecha, de sopetón, allí está. La gente, el monumento, el restaurante, el lío. Paro y tardo un poco en recuperar el resuello. Y es que la parte final la hice casi a tope. Lo primero, la foto en el cartel del puerto.



Luego me dejo caer un poco por la otra vertiente para ver subir a los esforzados desde la estación de La Mongie. Impresionante.



Por el lado que yo he subido, la cara oeste, la vista es espectacular, todo rodeado de picos, y en medio un gran valle totalmente sumido en la niebla.
Un trago de agua es todo mi premio material, el espiritual es acongojante. Me pongo ropa larga, seca, y el chubasquero, pensando en el descenso. Los primeros km los hago muy despacio, disfrutando del sitio y haciendo fotos. Al llegar de nuevo la niebla se acaba también la batería de la cámara, así que ya bajo todo seguido. El freno siempre medio puesto, pues la pendiente es fuerte e interminable.
Suerte que los puertos se hacen primero subiendo, porque si hubiera tenido que hacer primero esta bajada, jamás me hubiera atrevido luego a acometer la subida, se me hubiera antojado sencillamente imposible.
Pues listo, conseguido. Ha sido duro y largo, 1h50min de fuerte y constante subida, sin parar. Pero también una experiencia preciosa, muy satisfactoria e inolvidable.

Agosto. 6: Col d´Aspin

07.08.10. Con motivo del centenario del paso del Tour de Francia por los puertos pirenaicos se han editado varios libros con ese tema. Estoy leyendo uno de ellos. Todo se desarrolla por aquí y eso me inspira mucho, amén de apreciar más todavía todo lo que aconteció por estas carreteras en los últimos 100 años.
9h. 16ºC a la sombra. La tienda, el césped, todo muy húmedo. Pero el sol aparece ya por encima de los montes y hoy pegará fuerte. Desayuno, me preparo y... camino de Saint-Marie-de-Campan, ese pueblecillo al pie de 2 puertos: si coges por la izquierda Aspin, por la derecha Tourmalet.



Hoy voy a intentar el Col d´Aspin, y un poco antes del mediodía ya estoy en marcha. Mucho calor, pero de vez en cuando se pilla sombra. Bosques, prados, arroyos, ésta es la vertiente sapin (abeto). Nada más empezar el cuestón es de asustar, pero al poco la carretera se suaviza. Son 13km de subida, 7km hasta La Pagolle y otros 6km hasta el puerto.
Pensaba que la subida sería más progresiva, pero el caso es que los km pasan y las dificultades son sólo ocasionales. Así que llego a La Pagolle sin demasiado esfuerzo. Una enorme pradera, muy agradable como área vacacional.



Enseguida la carretera se empina, esta vez ya sí de manera definitiva. Los km son al 7,5%, al 9%, al 8,5%, al 7,5%...



Y el último al 6,5%, que sabe a gloria, pues se ven ya a lo lejos las vacas y las caravanas. Me siento y llego con fuerza.



Y es que los km duros fueron casi siempre levantado (en danseuse), intentando así no gastar mucho desarrollo para llevar cierto ritmillo. Al no ser muy larga la parte dura y pillarme fresco, pues he conseguido subir con fuerza y cada vez más animado.
Aún así no ha sido nada fácil, como comprobé al bajar. Varios km peligrosos por la fuerte inercia de la pendiente y las constantes curvas. ¿Arriba? Pues un puerto pequeño y desnudo, con vacas y también bastante gente. Algunos en bici, los más llegaron en vehículo. Y es que la vista es espectacular. Por el lado que vengo destaca el Pic du Midi de Bigorre (2876m). Y por el otro, la caída al valle donde está el pueblo de Arreau, la ruta que viene desde el Col de Peyresourde, con la impresionante cadena pirenaica en el horizonte.



Aquí en los pueblos del Bigorre las calles y las casas están llenas de graciosos muñecos que sorprenden al visitante.



5.9.10

Agosto. 5: Col de Soulor

05.08.10. Primera experiencia con La route des cols del Tour de Francia. No es mi bici la más adecuada para subir puertos pirenaicos, pero si nunca me dejó tirado en la montaña tampocó lo hará en el asfalto.



A eso de las 15h salgo por la Voie Verte des Gaves, una pista majestuosa y llana de 18km, entre montañas, a lo largo del río. Un paraíso para mis entrenamientos atléticos.



Tras 7km llego a Argelès. Subo al pueblo, lo cruzo, y cojo la ruta del Col du Soulor. 20km por delante que empiezan muy duros, con la Côte d´Arras. Como esto siga así no llego. Empiezo a ganar altura dejando atrás el valle.



Por suerte, más adelante, todo es más llevadero hasta Aucun y Arrens. Y en vez de adentrarnos por ese valle, la carretera gira bruscamente a la derecha y se retuerce en continuas rampas. Aquí empieza el puerto propiamente dicho, 7km al 8% de pendiente media. Tras ganar altura, el pueblo se vislumbra allí abajo.



Y cuanto más duro, más bonito es el paisaje. Espectacular, nunca había visto nada igual.



Plato pequeño, apenas quedan piñones. Pero con paciencia y confianza espero lograrlo. Duele el culo, la espalda, las manos, los pies se duermen. El penúltimo km es duro y no se acaba nunca. El último ya veo que llego. ¡Conseguido!



Chorreando de sudor, me pongo el chubasquero. Como en todo puerto que se precie corre un viento fresco. Descansito, fotos. Han sido 28km en 2h largas.



Por delante se distingue, majestuosa e inhóspita, la cornisa y el circo de Litor que llevan en 10km hasta el Col d´Aubisque.



Pero yo ya tengo bastante por hoy, que ha sido mi primera experiencia. Me vuelvo sin prisas, parando a hacer fotos. Es increíble lo que he subido, se aprecia muy bien bajando. No en vano, desde el valle, ha sido más de 1km de desnivel. La tarde es soleada y agradable y regreso con más hambre que cansancio. Merecida comida.

Agosto. 4: la montaña. Cirque de Gavarnie

10.08.10. Contrariamente a la previsión, sale un día soleado. Desayuno y a las 11h ya estoy en Gavarnie saliendo de expedición montañera. La mayoría de la gente va por el llano, directos al circo. Yo cojo por la iglesia y voy ganando un poco de altura por el lateral.



Luego ya el camino se empina y sube rápido en continuas curvas.



Directo al alto de Bellevue. Haciendo honor a su nombre, el circo se ve muy bien ya desde aquí, pero a esta hora hay cierta neblina en el aire que lo hace un poco fantasmal. Hacia el oeste se abre paso un largo desfiladero, con altos picos a la izquierda como Le Taillon (3144m), y que encontrará su salida al fondo por el Port de Boucharo.



Y hacia allí que he tirado, subiendo por prados, hasta el Refuge des Soldats. Y, casi por inercia, sigo y sigo dejando atrás el refugio.





El collado de Bujaruelo ó Boucharo (2260m) empieza a parecer cercano. Así que, algo engañado por la supuesta cercanía, sigo avanzando. La parte final es una larga subida descarnada, sin camino, por piedra suelta. El puerto es fronterizo con España, y la vista por el otro lado es también impresionante.
De allí vuelvo sin perder altura por una carretera, cortada por desprendimientos, que viene del párking de la pequeña estación de ski. Y subo el Pic de Tentes que se ve de frente.



Arriba, las vistas son absolutamente espectaculares. Lo primero que llama la atención es, en frente, la famosa Brecha de Rolando.



Emergiendo de un cordal secundario, en otra dirección, el Vignemale, por donde estuve el otro día.



Grandioso. Sigo cresteando hasta el siguiente pico, y allí hago mi parada para descansar y reponer fuerzas, en compañía de una pareja vizcaina que venía desde España.



Hacia el Sudeste se contempla esplendoroso el Circo de Gavarnie, Patrimonio Mundial de la UNESCO y fronterizo con el Parque Nacional de Ordesa. Es una gran muralla de 14km de perímetro semicircular, 4km de diámetro y 1,6km de altura.


Pero la caída para bajar al circo es en picado, sin senderos. Así que, con precaución, voy despeñándome en busca de salida directa al fondo del valle. Difícil, escarpado, incierto.



Pero al final consigo alcanzar el ya conocido alto de Bellevue. Y de aquí ya está marcado el camino para bajar al circo, entre ríos caudalosos y hayedos. Aquí se puede ir al trote.



Hasta que consigo llegar abajo, cerca ya del circo. Por aquí ya pulula mucha gente. Miro hacia atrás, hacia arriba, y contemplo el pico desde el que acabo de improvisar una nueva vía de bajada, ja ja.



Y al ratito el Circo, con decenas de cascadas. Pero sin duda es la Gran Cascada la que destaca, 423m de caída. Todo un espectáculo, así que ya que estoy, pues hasta el fondo y escalando hasta la misma cascada, impresionante.



La vuelta hasta el llano, larguita, la hago casi toda al trote. Luego, andando entre mucha gente y dejando atrás el impresionante paisaje.



Siguiendo el río Gavarnie, el paseo me llevará pronto hasta el pueblo. Salí a las 11h y llego a las 18:30h. Apenas he parado y mi ritmo fue siempre ligero, para arriba y para abajo. Preciosa y gran caminata.