29.4.08

Atrapado en el tiempo (Groundhog Day, 1993)

Las 6 de la mañana, suena el despertador: I got you, babe. Sonny & Cher. Y así una y otra vez. Todos los días son el mismo día para Phil, atrapado en el tiempo. Un cuento moral muy entretenido, hilarante, que he vuelto a ver esta vez con mis niños. Se lo han pasado genial y les ha provocado alguna que otra pregunta o reflexión filosófica.

25.4.08

Éric Rohmer (1963). 6 contes moraux. 2 La Carriére de Suzanne

C'est le deuxième volet du cycle des six contes moraux.
Bertrand, un jeune étudiant timoré et studieux, a un camarade, Guillaume, dont il admire l'aisance plutôt vulgaire et le donjuanisme prétendu. Les deux amis abordent Suzanne dans un café ; celle-ci succombe rapidement aux avances cavalières de Guillaume, qui la traite aussitôt avec grossièreté et finit par l'éviter complètement.
Apparemment dans le but de renouer contact avec Guillaume, elle va trouver Bertrand, lequel est peu désireux de fréquenter cette fille sans intérêt. Suzanne l'invite à une soirée étudiante. Apprenant cela, Guillaume décide que Suzanne va les entretenir, et pendant quelque temps, celle-ci paie leurs sorties.
L'argent que Bertrand cachait dans sa chambre est volé. Il accuse Suzanne, qui a passé une nuit dans son appartement - elle n'avait plus d'argent pour prendre un taxi - mais Guillaume est tout aussi suspect, ayant passé une après-midi seul chez Bertrand.
Bertrand, qui persiste à voir en Guillaume un ami et en Suzanne une pauvre fille, est stupéfait d'apprendre, à la fin de l'année, que Suzanne va épouser un beau garçon. Il s'avoue alors que Suzanne n'était sans doute pas si laide.

21.4.08

Aloñako IV Igoera (Oñati)

Un anticipo. Llegando a Belar desde el pueblo, que se ve abajo. Tras subir 6,5km y 800m de desnivel en 45min las rampas no permiten correr. El numeroso público jalea y te sientes subir en volandas.

Oñati. 20 de abril de 2008. IV Subida al Monte Aloña. 15,5km y 2.200m de desnivel acumulado.
Mi carrera favorita. La más bonita que he corrido nunca. A la que nunca he faltado en sus 4 ediciones. Y dura, muy dura.
Aquí estoy 1 año más, acercándome tempranito a la plaza para respirar el ambiente desde el principio. En estos días lluviosos la mañana se presenta fresquita y diáfana, ideal.

He saludado a Txapel. La idea de abrir un blog me vino un día que encontré el suyo por casualidad. Luego a calentar por el pueblo. El cupo de 300 participantes se despliega al trote por todos los recovecos de la villa. Singular estampa para cualquier despistado que salga a comprar pan y periódico.
Le pido a Jaione 1 foto y pone la plaza en cuesta para que no desentone con el resto del recorrido.

Últimos estiramientos en la valla mientras la organización anuncia fuerte viento y cero grados en la cima de Aloña. También mucho barro en las pistas forestales: ¡a luchar contra los elementos, pues!

Mientras tanto ya empieza el público a ir tomando posiciones desde Belar hasta la cruz de Aloña, el último y precioso tramo de la subida donde, en 2 km, subiremos los últimos 300m de desnivel de los 1.100 que "escalaremos" en total. Aún así, mi preocupación es la bajada.

A las 10:30h suena el cohete y nos despedimos del pueblo. Casi sin querer me he visto colocado un poco detrás, lo que me obliga quiera o no a empezar con calma, dada la estrechez de los primeros tramos. Subimos hacia los caseríos del barrio de Garagaltza.

En cabeza de carrera el pelotón empieza pronto a estirarse. Entre la subida y el atasco paso el km1 en 5:46 sin esfuerzo.

La pista asfaltada en fuerte bajada nos lleva a cruzar el arroyo Eguzkitza y a empalmar con la larga pista forestal hacia Urteagain (km 1-2 4:06). Subiremos 250m de desnivel en 2km. Las rampas empiezan a hacer mella y algunos ya suben andando (km 2-3 7:05).
Voy avanzando posiciones suavemente. Los atascos se acaban y ya voy con los de mi nivel. Aún así no se corre en paralelo, todos vamos en fila india. Y es que todos deseamos el mismo trazado: el de menos barro resbaladizo.
Llegando al km4 la cuesta es algo menos agresiva (km 3-4 6:06). Estamos en el barrio de Uribarri. Cruzamos la carretera de Aránzazu, trago de agua y pasamos por Urteagain (km 4,8). El numeroso público anima, saludo a Jaio.
Pero todos vamos pensando en lo mismo: ahora viene lo gordo de verdad. La rampa se vuelve a empinar y es casi imposible intentar seguir al trotecito (km 4-5 7:39). Ahí llego por detrás.

A mitad de bosque yo también me pongo a andar. Ahora claro, o andas rápido empujando las piernas o te vas quedando atrás. Al fin salimos al descampado. Es zona de pastizales de altura. Hierba y senderillos de ovejas. En lo alto, el cresterío de Belar al que nos dirigimos. Van a ser 450m de desnivel en 2,5km. Este tramo es sencillamente para montañeros. Ya se nota el aire frío, así que me coloco el buff en la cabeza protegiendo mi reciente rapado. Y todo llega, Belar también (km 6,5).
Entre el griterío del público coronamos la divisoria y encontramos también lo anunciado: el fuerte y helado viento SO. Otro traguito de agua y a estirar las piernas en el falso llano. La subida hacia Aloña por aquí es preciosa, se corre por hierba y la dificultad es progresiva. Este es mi grupo, yo voy tapado.
Aupa chaval.

En breve habrá que volver a andar para conseguir llegar a la cruz.

En las últimas y fuertes rampas nos cruzamos con los que vuelven ya de la cima. Bajan a una velocidad de vértigo. Uno ha perdido pie y se ha pegado un galletón, de milagro no ha ido a mayores. No pienso arriesgar nada en la bajada.
Al fin llego a la cruz, la rodeo bebiendo (km 8,8 - 1:03:43). Qué frío. Por lo que he podido contar debo ir en el puesto 80 aprox. Me concentro en la bajada, en dónde voy a apoyar cada una de las miles de zancadas que se avecinan. El terreno es ahora irregular, luego será la fuerte pendiente, más tarde el barro.
Me empiezan a adelantar corredores uno detrás de otro, muchos. Bajan disparados y los pierdo enseguida. Tras pasar a la altura de Lizartza la cuesta se suaviza un poco y hasta Belar es un gustazo.
Qué foto más molona.

Desde Belar (km 11) la bajada es durísima para los cuádriceps. Luego entramos en zona de bosque, las rampas son menores pero el terreno sigue siendo para las piernas devastador: regueros de agua, piedra, barro y raíces, en eso consisten la mayoría de las pistas forestales. La estabilidad peligra constantemente.
En el km 14 se pasa por Gorordo y ya no necesito ni beber, solo concentrarme en las últimas rampas, que son las más embarradas. Al final, bien rebozados, salimos a la pista asfaltada que pasa por el campo de fútbol antes de entrar al pueblo.
Este año he sido capaz de reservar lo suficiente para que este tramo no fuera un infierno. Las piernas se quedan como palos de la larga y dura bajada, pero esta vez consigo estirarlas un poco y hacer los dos últimos kilómetros a buena velocidad.
La llegada a meta por Atzeko kale es emocionante y todavía me quedan fuerzas para el sprint y para entrar celebrándolo. Qué feliz me he quedado. Un año más, "disfrutado" y conseguido.
Las piernas están peor que tras el maratón, pero aún así he acabado en mejor estado que otros años. A estirar, reponerse, caminar y comentar la jugada.

Tiempo total 1h 37m 21s MMP
112º general (11º oñatiarra)
13º veterano (2º oñatiarra)
¡Hasta el año que viene!

10.4.08

Le Marathon de Paris (I)

¿Qué hago yo en el km 0 de París una fría tarde de primavera? ¿Seguir el rastro de Esmeralda y Quasimodo? ¿Tramar alguna conspiración contra la llama olímpica? ¿Planificar la estrategia de carrera? ¿Matar los nervios charlando con Carlitros?

Octubre 2007. Tras la visita relámpago a Berlín y dentro del plan TR (turismo rápido para la vida moderna) urgen nuevos objetivos. Veamos qué se presenta por París. ¿Un paseo fluvial en el "Batobús"? ¿Autocar turístico con "L´Open Tour"? Voilà! París a la carrera para el turista impaciente con:
La cita, 6 meses más tarde. Interesante. Me apunto rapidito pues se están acabando las 35.000 plazas.
¡Y aquí estoy! París, 6 de abril 7.30h Arc de Triomphe. Nublado y un frío que pela. Si la grandiosidad de una ciudad depende de la amplitud de las calles, la profundidad de las perspectivas y la monumentalidad de la arquitectura, París es grandiosa.
Da gusto atravesar tranquilamente la place de l´Étoile, una rotonda de 240m de diámetro en la que convergen 12 calles y avenidas:

Mañana volverá a ser un enjambre de coches pero esta gélida mañana dominguera el pavés está reservado a los turistas trotones.
Enfilo la Avda. Foch en busca del vestuario, una callecita de 120m de ancho que conecta con el Bois de Boulogne. Todo cerrado a estas horas, consigo un vasito de café por todo desayuno que me calienta las manos y me desarregla el estómago.
Pasadas las 8h llega Carlitros, mi colega virtual. Hasta ayer apenas le conocía más que por nuestros respectivos blogs. Pero un blog de corredor dice más de lo que parece, así que desde el primer momento nos tratamos con la familiaridad de los viejos amigos.
Con un suave trote volvemos para pasar bajo el gran Arco y buscar nuestro sitio en la zona delantera de la salida, en plena Avenue des Champs-Elysées:
El tráfico en la avenida es mareante, pero no se trata esta vez de coches. Miles de personas de todo sexo y condición, encogidas de frío bajo un vestido de plástico veraniego, sin mangas y dejando entrever la rodilla, dan saltitos nerviosos sobre el adoquín esperando la hora H en el día D.




9.4.08

Le Marathon de Paris (II)

KM 0-5. Y pum! sale la excursión. Más parece una estampida de ganado.
El dúo Carlitros-Zabaldu se concentra en tomar posiciones cerca de las banderolas rojas que circulan a 14 km/h. Una velocidad prudencial por aquello de las multas. Habrá que ver cuando empecemos a saltarnos los semáforos en rojo. La enorme Avda. de los Campos Elíseos apenas es capaz de contener la riada que baja.

En el km 1 entramos en el Jardin des Champs-Élysées y enseguida rodeamos la Place de la Concorde. Nuestra única actividad turística consiste en sobrevivir al estrechamiento de las curvas.

Al fin enfilamos la larguísima recta de la Rue de Rivoli. Vistas turísticas desaprovechadas: Jardín de las Tullerías, Museo del Louvre, Palacio Real, Ayuntamiento. Definitivamente somos muchos los que intentamos rondar las 3h de carrera a ritmo marcado, con lo que el pelotón es denso y peligroso. Corremos encajados como piezas de puzzle. En cuanto alguno se cruza un poco, peligro de tropezón. Bastante incómodo, pues exige continua concentración y no permite disfrutar del panorama. Km 5 según lo previsto (21:17).

KM 5-10. Avituallamiento en la Plaza de la Bastilla. Lo dejo pasar, pues noto molestias en la tripa y no estoy para beber. La Rue du Faubourg St.-Antoine es un falso llano hasta la Place de la Nation. Al fin se gira a la derecha y en suave bajada pasamos por el km 10 clavando las previsiones (42:32).

KM 10-15. Girando a la izquierda para enfilar hacia el Bois de Vincennes el 2º avituallamiento me pilla por fuera y se me pasa. Debería tomar algo pensando en más adelante, pero no noto que me fuera a sentar bien. Entramos en el bosque por la Porte Dorée en ligera subida. Se pasa por el Castillo, pero ni lo veo. Esta zona sí que me gusta, corriendo por el bosque. El pelotón se expande ligeramente y decido que ya estoy hartito de ir en manada, así que me abro paso colocándome por delante de las liebres.

Uf, qué a gusto se corre así deambulando entre pequeños grupos y disfrutando del paisaje. Carlos me sigue un rato y yo sigo, sin mirar atrás, en los momentos más placenteros de la mañana. 1:03:47 en el km 15. Perfecto.

KM 15-1/2Mar. Ahora sí que tengo que tomar ya algo. Como medio plátano y doy unos chupitos al botellín de agua. Sigo un poco y ... fatal, el estómago no admite el plátano (lo acabo vomitando en un par de veces) y además acaba por descomponerse. A la altura del hipódromo adivino unos matorrales por aquello del decoro y dedico casi 2 minutillos a evacuar. Cuando retomo la ruta el pelotón de las 3h desapareció por el horizonte.
Pongo una marcheta ligera y voy pasando gente a más de 15 km/h. Cuando vuelvo a divisar a lo lejos las liebres reduzco a 4:05min/km. Paso por el km 20 todavía con casi 1 minuto de retraso (1:25:53). A la salida del Bois de Vincennes por la Porte de Charenton está el cartel de 1/2 maratón (1:30:32). Solo un poquito atrasado, pero la perspectiva a largo plazo es incierta. Noto en las piernas el esfuerzo por recuperar y encima sin poder ingerir nada. Voy a cola de pelotón intentando recuperar, no veo a Carlos.
Me entretengo con las animaciones. Entre las decenas de orquestas, fanfarrias y percusiones también hay que adivinar cuál no es rubia de bote.

A estas alturas el grupo delantero ya pasa frente a la Tour Eiffel.

1/2 Mar. - KM 25. El terreno es ligeramente favorable. Las vías se dirigen a la Gare de Lyon y pronto pasamos de nuevo, esta vez de vuelta, por el avituallamiento de la Bastille. Sintiéndolo mucho lo vuelvo a dejar pasar. Directos al río Sena, giramos con apretones para enfilar por el muelle de la "rive droite" a la altura de la Isla de S. Luis. Sigo con un poco de retraso en el km 25 (1:47). La mayoría sí que reponen fuerzas.

KM 25-30. Entre el río y la ciudad corremos por los muelles del Sena haciendo un buen repaso turístico: Notre-Dame, Pont Neuf, Louvre, Tullerías. A lo lejos por la izquierda se alza, destacada, la Tour Eiffel.

Allí vamos a través de 4 túneles con algún tobogán. Mucho pavés.

2:07:54 en el km 30. Aunque han sido 5km a 4:10min/km, todavía llevo un poco de retraso con las liebres de 3h. No así el jovencísimo etíope Kebede, que en su primer maratón acaba de entrar vencedor en meta.

KM 30-35. Por fin a la salida del último túnel veo a Carlitros. Me adelanto a saludarle y me alegra ir de nuevo haciendo dúo. A la izquierda, la Tour Eiffel preside impasible las maniobras.


Dice mi colega que si en un par de km se encuentra bien, que ataca. Yo también me encuentro bien para la altura a la que andamos, si bien sigo sin poder tomar nada. Así, hago estos km a 4:08 con el firme empeño de acabar de pegarme a la liebre de 3h.
Al fin nos desviamos del río tomando rumbo, en suave rampa, al famoso Bois de Boulogne. Justo en el mismo instante en que llega la primera corredora, la keniata Martha Komu, ganando al sprint.

Casi consigo pegarme del todo a la banderita roja. 2:28:40 en el km 35. He conseguido recuperar todo el tiempo perdido. A Carlos no le siento. Estoy contento por ir en el km 35 a buen ritmo y sin calambres.
KM 35-40. Paso el 35, enfilo la rampa que lleva al bosque y, en la misma puerta de entrada ... ¡zas! ... el hombre del mazo. Me sacude y me deja grogui. Cuentan que, al acabarse la reserva de glucógeno muscular, la hipoglucemia no puede compensarse y la fatiga es brutal y definitiva: "el muro". No hay nada que hacer, solo sufrir, luchar contra las ganas de parar. Se supone que pasamos por un hipódromo, por un lago. Ni los veo.

Voy medio mareado. Es muy frustrante. La respiración no va forzada, pero el esfuerzo es terrible para mover unas piernas de plomo que piden descanso a gritos de dolor, que amenazan una y otra vez con acalambrarse. Carlos debe estar a punto de adelantarme pero no acaba de llegar. ¿Estará él también en dificultades? Cada km dura ahora una eternidad, juraría que aquél cartel al final de la recta es el km 38. Pues no, es todavía el 37. Cinco km eternos por delante, no sé si aguantaré. Voy picando el crono cada km pero no quiero ya mirar el tiempo para no deprimirme.
Me concentro únicamente en el trote. A cada ratito noto como si de repente bajara automáticamente una marcha: 4ª, 3ª, 2ª, 1ª... Una ligera descompresión y todo va más lento y difícil. La carrera va desmadrada. Cada uno con su propia historia. Unos pocos grupitos me adelantan, los más enteros animan a sus compañeros de expresión demacrada. Otros van andando haciendo eses, como borrachos. Alguno para en seco gritando de dolor, preso de calambres (como me ocurrió en Berlín). Es lo más parecido a un ejército en retirada.
2:53:13 en el km 40. La secuencia ha sido implacable: 4:24 - 4:37 - 4:57 - 5:11 - 5:24.
KM 40 - Maratón. Al fin diviso el km 40 y el avituallamiento. Esta vez sí decido parar. El estómago apenas me molesta (bueno, de hambre) y parece más estabilizado. Dedico 1 minuto a tomar naranja, plátano, azúcar y agua.

Y ya en mejor estado sigo mi trote lento, confiado en acabar. En el km 41 consigo volver a correr por debajo de 5min/km ante la inminencia de la llegada. Por fin se acaba el Bois de Boulogne, mi infierno particular.
La Porte Dauphine da paso a la inmensa Avda. Foch. El empedrado cuesta arriba, súbitamente lleno de espectadores, empuja hacia meta.

Uno intenta componer un simulacro de sprint, la mueca forzada, el cuerpo apenas controlado.

El ánimo que se relaja por dentro, la emoción contenida por el esfuerzo... LO CONSEGUÍ.
Pos-Maratón. Uauh! No fue mi carrera ideal, pero a cada rato que pasa la valoro más. Me quedo a esperar a Carlos, que llega al poco. Ha bajado de 3:07 mejorando en 10 minutos su carrera de Berlín. Ha sido un valiente y ha sufrido al menos tanto como yo. No tiene fuerzas ni para sonreir. Ya habrá tiempo. Ahora a abrigarse y recuperar.

Nos quedan 2 días por delante para seguir disfrutando de París.


Y es que... PARÍS BIEN VALE UN MARATÓN.
P.D. La porra se la lleva el listo de mi hijo. Gracias a todos por apoyarme y animarme. Hasta la próxima.


8.4.08

L´Heure d´été (2008)


Paris, le 6 avril 2008 à Montparnasse.
Pour fêter les 75 ans d’Hélène Berthier (Edith Scob), ses enfants et petits-enfants se retrouvent dans la vaste maison familiale de la région parisienne, où Hélène cultive le souvenir de son oncle, Paul Berthier, peintre et collectionneur d’oeuvres d’art. C’est la dernière réunion heureuse : peu après, Hélène disparaît et les frères et soeur doivent décider de ce qu’ils feront de l’héritage. L’aîné, Frédéric (Charles Berling), marié à Lisa (Dominique Reymond), aimerait garder la maison, et qu’elle soit un lieu de vacances où la famille pourrait se rassembler. Mais Jérémie (Jérémie Rénier) annonce qu’il a accepté un poste commercial en Chine, et s’apprête à émigrer avec sa femme, Angela (Valérie Bonneton), et leurs trois enfants. Quant à leur soeur, Adrienne (Juliette Binoche), designer, elle vit le plus souvent en Amérique, et son mariage prochain avec James l’éloignera davantage encore...

Olivier Assayas a une richesse de palette qui le fait passer de la violence du film noir à la peinture intimiste et d’un style très contemporain à un romanesque plus classique. L’Heure d’été s’inscrit plutôt dans la veine des Destinées sentimentales . On y retrouve des thèmes chers au cinéaste, le passage du temps et les ruptures qu’il impose, ou l’évolution du monde vers la globalisation, qui étire les trajectoires personnelles dans l’espace. Ce qui se perd et ce qui se transmet est l’enjeu secret des rapports entre le trio fraternel. Charles Berling, le plus nostalgique, Jérémie Rénier, le plus pragmatique, Juliette Binoche, indépendante et ombrageuse, en tirent mille nuances subtiles. Secrets de famille, charme des lieux et des objets, belle présence familière de la vieille gouvernante qui sera reléguée dans son appartement HLM tandis que les meubles iront au musée, la caméra allusive et raffinée d’Assayas n’insiste jamais, mais effleure les choses et les êtres comme un rayon de soleil à travers les persiennes de la mémoire. C’est un beau film attentif à ce que la vie emporte, et à ce qu’elle apporte. Critique: Marie-Noëlle Tranchant.

3.4.08

allez! 13/13 avril

lundi ........... repos
mardi ......... 9km r1 (maj)
mercredi .... 14km (5km r1 + 5x1.000m r3 / rec 200m + 3kmr1) (b.b.)
jeudi .......... 8km r1 (b.b)
vendredi .... repos
samedi ....... repos
dimanche .. 32ème MARATHON DE PARIS

Et voilà! 13 semaines de préparation et une illusion énorme; depuis une semaine je sens les nerfs au ventre; votre participation à "porra paris marathon" a été une grande aide ces jours; je désire faire une course magnifique avec votre support; merçi et... au retour!