26.7.17

Todo modo (Leonardo Sciascia, 1974)


¿Ve usted? Padece un mal bastante corriente y trivial. Se acaba de ser niño con la pubertad, pero la mayoría encuentra la manera de seguir siéndolo en el campo de la actividad erótica en el que se entra con la pubertad...
Me explico: la cosa más seria que han descubierto los estudiosos de la psicología infantil, entre muchas que no son serias, es la denominada ley de la repetición de lo semejante o de lo igual, no recuerdo bien. ¡Era tan fácil de descubrir, por otra parte!...
Un niño quiere que se le cuente la misma fábula, prefiere el mismo juguete, repite el mismo juego, hasta que deja de ser niño. El donjuanismo no es más que la prolongación de esa ley más allá de la pubertad, en la juventud y en la vejez.
Y he saltado de la juventud a la vejez, olvidando el estadio de la madurez, precisamente porque la madurez no existe para los hombres que sufren ese mal. El donjuanismo es una prolongación de la inmadurez, hasta la chochez, que es su justa conclusión, y la muerte... Créame usted, todos los donjuanes acaban chochos.

24.7.17

El embrujo de Shanghai (Juan Marsé, 1993)


Los sueños juveniles se corrompen en boca de los adultos.

Los pájaros traen el sol (Alistair MacLeod, 1986)


Es la segunda vez que leo estos cuentos, tal fue la impresión que me dejó la primera lectura hace unos años. Cape Breton, Nueva Escocia. Su paisaje, sus gentes y unas historias de gran intensidad poética. Memorable.

Le Tour du monde en quatre-vingts jours (Jules Verne, 1872)


Un roman d´aventure classique que j´avais lu il y a six ans.

Pasaje a la India (E. M. Forster, 1924)


Gran novela. Con el interesante trasfondo del continuo malentendido entre indios y británicos, unas pertinentes reflexiones acerca de la vida y su ilusión.

Zumalacárregui (Benito Pérez Galdós, 1898)


Entretenida e ilustrativa novelita sobre las últimas andanzas del "Tío Tomás" durante la primera guerra carlista.

22.7.17

Mauritius Half Marathon 17.07.16

Isla Mauricio, un paraíso en pleno Océano Índico. Son las siete de la mañana y estamos 125 atletas listos para la salida del medio maratón. Una verde pradera al sur de la isla, junto al mar. La más activa en el calentamiento Jenna Challenor, la maratoniana sudafricana de 2:37.


Por suerte el día se presenta lluvioso, con lo que la temperatura, que aquí no baja de 20ºC ni por las noches, se mantendrá aceptable. Salimos, camino de Le Morne. Se me adelantan media docena de chicos y... otra media docena de chicas, qué pasada.


Participan 65 hombres y 60 mujeres. Un tercio son mauricianos, un cuarto sudafricanos, y el resto muy repartido entre suecos, ingleses, australianos, suizos, alemanes, franceses, brasileños, polacos, españoles, canadienses, irlandeses, austriacos, chinos, keniatas, indios, belgas, noruegos... 
Tres días antes había subido al mirador del monte de Le Morne, desde el cual se divisa la costa por la que veníamos corriendo la primera parte de la carrera. Se puede ver cómo las olas rompen en la barrera de coral dejando un gran espacio hasta la playa con el mar en calma y poco profundo.


En el km 4 se da media vuelta y ya será todo seguido por la carretera de la costa. Todo va ya muy estirado y yo transito alrededor del décimo puesto. Solo miro las pulsaciones. Como en teoría mi umbral anaeróbico está en 160 ppm mantengo un ritmo constante un poco por debajo, 157 aprox. 
No es un ritmo muy exigente, pero entiendo que la carrera es larga y hay que guardar para el final.

En los últimos kilómetros la lluvia arrecia y hay que subir un pequeño alto antes de bajar hacia meta. Como me encuentro bien aprieto algo más y con la cuesta arriba me pongo por encima de 160 ppm. A partir de la bajada ya no pienso en pulsaciones y me esfuerzo con lo que tengo hasta enfilar la preciosa recta de meta junto a la playa de San Félix.


Llego contento, bastante entero. Me ha gustado mucho la carrera aunque la carretera no estaba cerrada al tráfico. En esta isla todo es bastante caótico, pero el carácter pausado y amable hace que todo se sobrelleve con facilidad.
Como la entrega de trofeos era a mediodía, nos dio tiempo mientras a visitar los acantilados en Gris-Gris.


El crono no fue muy distinguido, 1:34:34. Contento en todo caso. Quedé en noveno lugar y me dieron una medalla de plata por ser segundo en la categoría de mayores de 50 años. Momento que aproveché para hacerme una foto con esta guapa mauriciana, ja ja.


Bueno, pues bonita carrera dentro de una espléndida semana de vacaciones con mis hijos en esta isla de ensueño. Qué más se puede pedir.