22.4.11

La Parure et autres nouvelles (Guy de Maupassant)


La Parure
Une aventure parisienne
À cheval
Les Bijoux
Le Père
La Dot
Le Rendez-vous


París fin de siglo (XIX). En la capital de los placeres y los encuentros se urden también dramas íntimos: pasiones fatales, esperanzas frustradas, aventuras felices que, de repente, desembocan en tragedia.

Con un realismo sin concesión y sin tomar partido, Maupassant evoca en estas historias los avatares de hombres y mujeres atrapados en las redes de un destino difícilmente controlable.

Una perfecta edición para los que nos iniciamos con deleite en la lectura de los pequeños clásicos de esta gran lengua.

10.4.11

Gone, Baby, Gone (Ben Affleck, 2007)



Gone, Baby, Gone (Dennis Lehane, 1998) fue traducida al castellano como Desapareció una noche, y cuenta la historia de dos jóvenes detectives privados, Patrick Kenzie y Angela Gennaro, que buscan a una niña de cuatro años, hija de una drogadicta, que ha sido secuestrada en uno de los barrios más sórdidos de Boston.


No hace mucho Clint Eastwood adaptó otra novela de Lehane, Mystic River. Ahora el turno es para Ben Affleck y la así denominada en castellano Adiós, pequeña, adiós. Las dos novelas me gustaron mucho cuando las leí. En imágenes no es lo mismo en cuanto a profundidad, pero añaden aportaciones visuales interesantes.


Hablemos pues de Gone, Baby, Gone. Un film brillante y muy lúcido. Un thriller que habla sobre los valores morales, y lo hace de forma tan natural que las cientos de preguntas que pasan por la cabeza de todos los personajes del film, también pasan por tu cabeza, y te preguntas que harías tú ante tal dilema, ante unas situaciones tan comprometidas. ¿Qué es lo correcto? ¿Qué es lo incorrecto? ¿Quién tiene razón si es que alguien la tiene?


Sin ninguna prisa, el filme se toma su tiempo, y dosifica la información de forma certera, hasta desvelarnos las entrañas de cada uno de sus habitantes. Quizás de manera un tanto tramposa, pero a la vez rabiosamente efectiva. En los momentos en los que uno piensa que la acción va a decaer de forma inexorable, resurge con más fuerza aún.


Pero es en el terreno moral donde este trhiller pone toda la carne en el asador. Cada decisión, de cada personaje, posee una múltiple lectura. Lo correcto y lo erróneo son dos caras de una misma moneda. Affleck consigue humanizar a todas y cada una de sus criaturas, desde la más detestable hasta la más adorable. Todas tienen sus motivos, todas intentan hacerlo lo mejor posible, y todas se equivocan. Desde la desastrosa madre, hasta el (aparentemente) ejemplar y modélico policía.


Entre unos y otros, emerge la figura del protagonista, un detective encarnado por Casey Affleck. Magnífica composición la de este héroe de aparente fragilidad, pero de convincentes y sólidos recursos. Con una integridad que va creciendo a medida que se involucra en el caso, y que lo lleva a pelear por la verdad hasta sus últimas consecuencias. Aunque sus decisiones puedan traer nefastas consecuencias (incluso para él mismo), su estricto sentido del deber le otorga la fuerza moral que otros han perdido por el camino. Le corresponde el papel de catalizador de todas las vertientes que confluyen en este amargo retrato de parte de nuestra sociedad actual. Y, realmente, lo borda.


Quizás un tanto obvia en algún momento, demasiado explicativa en algún otro; pero el tono general es duro y sin concesiones gratuitas. La película no deja de plantear preguntas, no juzga a sus personajes, indaga sin tapujos en las fronteras que delimitan el bien y el mal, lo aceptable y lo inaceptable, lo moral y lo inmoral.


4.4.11

Cuenta conmigo -Stand by me- (1986, Rob Reiner)




Basado en un cuento de Stephen King y protagonizado por el maravilloso River Phoenix, “Cuenta conmigo” es un bellísimo relato de iniciación, una historia sobre la pérdida de la inocencia y el siempre tortuoso descubrimiento del mundo de los adultos, a través de los ojos de cuatro niños que van en busca de un cadáver.

Es difícil no escribir sobre esta película sin dejarse llevar por la nostalgia. Han pasado más de 20 años desde su estreno, River Phoenix murió trágicamente en 1993 y Rob Reiner no ha podido igualar el éxito de este filme. El mundo ha cambiado mucho desde entonces, las grandes verdades de la vida se aprenden en Internet o en la televisión y los amigos poco a poco van dejando su naturaleza terrenal por una virtual. No sé si es porque esté envejeciendo, pero me es difícil no extrañar aquellas épocas en donde el mundo era más sencillo y menos prevenido, en donde la inocencia no era vista como un defecto y la ingenuidad era una condición sine qua non de la infancia. Y es por eso que me gusta tanto esta película, por saber documentar un tiempo que de una u otra forma yo alcancé a vivir y a disfrutar, porque aún se permite la licencia de creer en algo tan escaso en estos días, la verdadera amistad, por saber ensalzar la palabra y sus posibilidades de sanar, consolar y apoyar. (Escrito por Nelson)