"Las ventanas suelen abrirse para que entre el aire y la luz a la casa y para permitir a los de dentro ver lo que hay fuera.
Esta ventana la abriste Iñaki para que, a quienes estamos fuera, nos hicieras partícipes de todo lo bueno que llevas dentro.
Te lo dice un amigo a quien no ves desde hace veintiseis años y que ahora está super orgulloso de decir que terminaba antes que tú los ocho kilómetros diarios que recorríamos por los pinares de Valladolid.
Recibe mi abrazo más fuerte y mi más profundo agradecimiento por la forma en que me trataste entonces y por permitirme ahora, después de todos estos años, poder tomarte como ejemplo.
Conmigo tienes un seguidor más.
Juan Luis Bañón. Murcia."
Este comentario en lo que era la despedida del blog me dejó pasmado. Qué pedazo de sorpresa. Quizá encontré al fin la respuesta a la típica pregunta que nos hacen tantas veces: ¿y tú, por qué corres? Pues entre otras cosas, para desquitarme de las históricas carreras que siempre perdía con Juan Luis Bañón. No solo era el más amable, el más simpático, el más inteligente, el más guapo, sino que encima me ganaba corriendo. Tú sí que eres un ejemplo a seguir, amigo.
Qué casualidad, hace unos días estaba escaneando fotos antiguas y me acordé 1 vez más de tí. Qué guapos estábamos en las faldas del Teide:
