10.11.16

12,3 km Robledillo de la Jara. Carrera de Montaña 08.11.2016

Ufff... tres meses han pasado desde la última carrera. Era verano, estaba en buena forma y se me cruzó la idea de preparar un maratón en otoño. Consciente de la imprudencia, pudo más la euforia y me puse a hacer semanas de más de 100 km (rodajes entre 18 y 30 km cada dos o tres días). Meter 30 km de más a la semana, así de sopetón, me duró poco más de 15 días. Un día a medio rodaje, sin previo aviso, noté un dolor agudo cerca de la rodilla izquierda que me hizo parar en seco. Tuve que volver a casa andando y medio cojeando. Probable distensión de ligamentos y un mes parado. En fin, de vez en cuando hay que descansar un poco. Y si no es voluntariamente, pues a la fuerza, je je.
Así, a finales de septiembre volví a ponerme las bambas. Con menos tiempo para corretear y decidido a rebajar tanto km como intensidad, la prioridad es disfrutar y cuidarme un poco. Mi rutina semanal se ha ido estabilizando de la siguiente manera: cuatro días, de los cuales uno subo al monte y otro hago un test de ritmo de unos 7 km. Y ahí estoy.

Para inaugurar el frío esta temporada nos citamos unos cuantos colegas en Robledillo de la Jara, un pueblo de la sierra norte madrileña con vistas al embalse de El Atazar. No hay aquí todavía relieve de gran altitud, pero sí paisaje agreste con pendientes acusadas entre cumbres y profundos valles.



No era tanto el frío como el viento lo que hacía algo desagradable la mañana, pero en cuanto entramos en calor todo nos pareció fenomenal. Para la carrera de 12 km estábamos algo más de 150 participantes. Salida escopetada por las callejuelas y enseguida pa´l monte. Rubén "Verato" se va con los primeros, "Gutial" acompaña a LisMi "Pasitos" justo delante mío y ya vamos adelantando posiciones en las primeras rampas. 
La primera parte sube tendido por un estrecho reguero entre matorral bajo, luego sigue por pista forestal y al final salimos ya a los caminos más altos donde hay que subir andando en algunos tramos.


Así la mitad de la carrera. Pero lo que sube baja, y por fin nos lanzamos. Una pena para mí ver bajadas tan pronunciadas. Lo paso mal frenando cuando las ganas son de bajar escopetado. Aquí abajo se puede ver a Gutial y Pasitos (juntos de blanco y rojo) tal y como les perseguía al inicio de la bajada. Me habían ido sacando una buena ventaja en la primera mitad de carrera.


Pasados los momentos más bruscos o técnicos, bajar a ritmo no se me da mal, así que fui recuperando posiciones volviendo a adelantar a los pocos que me habían pasado subiendo. Al volver por el tramo de pista forestal marqué un km a 3:41. Una gozada.



 Y ya solo restaba subir una colina y lanzarse por aquel reguero estrecho del comienzo. El chaval que iba en noveno lugar me sacaba mucha distancia, así que no tenía ya esperanzas de darle caza. Aún así subí ligero y me lancé a tope chapoteando por los surcos revirados. Una mezcla de miedo, atrevimiento, respeto, euforia, concentración, aventura, fue el tramo que más disfruté con mucho. No debía ir con sensaciones parecidas el de delante, porque, para mi sorpresa, le pasé en un santiamén. Y al salir a la pista que ya daba al pueblo y verme entero, sin haber tenido percance alguno tras haber bajado a tope por aquella serpiente de tierra, agua y piedrecilla, casi salto de alegría, había merecido la pena tamaña osadía.
Enseguida callejeé hasta meta y tras 1h8m de carrera allí mismo me encontré con mis tres colegas, que habían entrado en estricto orden delante mío, así que sexto, séptimo, octavo y noveno. Qué bonito, ja ja. Nos habíamos ganado al menos el desayuno, para luego volver a la entrega de trofeos, donde, entre otros, copamos el podium de los viejos. Aquí estoy pasándolo en grande junto a LuisMi "Pasitos" y Ricardo "Clara". Luego rematamos el día con una comida en grupo. Vamos, dominguerada completa, je je.