9.8.16

4 km Polderloop De Kwakel

04.08.2016 Amstelveen está en la zona sur de Amsterdam. Entre el río Amstel y el bosque de Amsterdam. Donde voy todos los días a entrenar. Y a disfrutar. Del bosque. Es precioso.
De Kwakel es una villa al sur de Amstelveen, saliendo al campo. Está en un pólder, De Kwakel. Terreno ganado al mar. Zona agrícola, cuadriculada con canales. Es lo más al sur del norte de Holanda. Se llega dando un largo paseo en bici.
Ya estuve aquí el verano pasado, con Aïnhoa. Son fiestas en el pueblo, y tienen la costumbre de organizar una carrera antes del jaleo.



Primero las carreras infantiles, con mucho ambiente local. Y seguido la mía de 4 km. Se me haría de noche si me quedara a la larga de 10 km. No tengo luces en la bici.
Todo sigue igual aquí. Me inscribo en la carpa de fiestas. 4.5€. Dorsal y chip. Una organización sencilla y muy buena. Se sorprenden desde dónde vengo. Aquí corren los del pueblo y alrededores. Doy un largo paseo para conocer el pueblo. Caliento un poco. El recorrido lo recuerdo perfectamente. Una larga vuelta entre carril-bici y carretera abierta. El viento molesta un poco. La tarde estupenda, alrededor de 20 grados. Salimos a las 19:15h un pelotón de cerca de 200 corredores. Bueno, bastantes más chicas que chicos, aquí un ejemplo. Da gusto ver tanta holandesa guapa corriendo.


Salgo delante y rapidito. Aún así pierdo posiciones. Mucha juventud con prisas. Tardo un km en ir recuperando mi posición. El grupo delantero, con una chavalita muy joven, se aleja. Por detrás vamos unos pocos al albur del viento. Me encuentro bien. Llevo un buen ritmo y parece que lo aguanto. Acabo ganando algún puesto más hasta el último km. Con la zona de meta a la vista se da un último rodeo. Ya voy solo. Acabo pues cómodo y contento. 15m06s y noveno. Idéntico puesto y solo unos segundos más que la otra vez.
Uno llegaba por detrás eufórico del esfuerzo, dispuesto a comentar la jugada. Al ver que no entendía nada siguió en inglés con el mismo entusiasmo. No importa no conocer a otros, nos une el haber pasado por parecidas sensaciones. Y estamos deseosos de compartirlas.
Me despiden con una maceta de rosas. Es el regalo típico de estas tierras, cuánto más oportuno que una camiseta más. Entre tantas. Bueno, una camiseta en holandés me habría gustado esta vez.


Me voy mientras corren los 10 km. Cae la tarde y el pueblo ya va entrando en ambiente para las fiestas: