14.6.09

Cto. Madrid Veteranos Aire Libre (Majadahonda)







Crónica de un novato de la pista. El calorazo ayer en la pista de Majadahonda era de asustar. Aún así me apunté al 5.000m hora taurina. Juanjo, Enrique, Pino, Manuel, fueron también de los temerarios (por no decir otra cosa) que eligieron suplicio en vez de, por ejemplo, dedicarse a inaugurar sesión de piscina. Lo de Juanjo, Manuel, e incluso Enrique puede tener su explicación: aspiraban seriamente al campeonato provincial. Pero... ¿qué hacíamos Pino y un servidor achicharrándonos de esa manera sin más papel que el de comparsas? Debe ser amor al arte.

Nos llaman los jueces a la linea de salida. Parece que se van a hacer 2 series. A mí me nombran para la primera, y al percatarme de que Enrique y Pino, mejores atletas, iban a salir en la segunda con las chicas, pregunto: ¿pero qué tiempo habéis puesto? "pues ningungo", me contestan tan panchos. Ale, primera novatada, a correr con las gacelas.

¡Pum! Y salen todos disparados. Me coloco obviamente el último y paso los 200m en 40seg. ¡Pero si esta es la velocidad de las series cortas! Enseguida me grita Pino: "¡tranquilo, vas demasiado rápido!". Efectivamente, pero tampoco me hacía gracia quedarme descolgado desde la primera curva. Así que me pegué a los tres que constituían el pelotón de cola y a ver qué pasa. Por suerte, al correr en casa, tenía muchos compis animándome. Y falta que hacía.

Y sobre todo Pino, veterano del 5mil en pista: "cuidado, 3:30 el mil, queda mucho". Yo no tenía cabeza ni templanza para mirar el reloj ni contar las vueltas. Solo me concentraba en aguantar la cola de grupo. A partir de este primer kilómetro ya no me enteraba de nada, solo atento a las sensaciones y a los rivales. Pino seguía atentísimo animando, cronometrando, aconsejando ("no te abras, pégate detrás").

Incapaz de procesar ninguna información, veo que el grupito se estira, así que adelanto a dos y me coloco detrás del primero (Canguro). Debemos ir en algún punto entre el km2 y el km3, pero no tengo ni idea, así que para qué mirar el reloj. Y al ratito, temerario de mí, decido pasarle. Ale, el vacío delante de mí, el aire en contra en la recta de meta, la garganta resequísima que dificulta la respiración.

Y es también tras el tirón, al encontrarme sólo y perseguido, cuando empiezo a notar la dureza de esta prueba. Si hace poquito me veía bien, ahora ya noto la dificultad del esfuerzo. Pino que insiste en sus ánimos: "venga, este es el km que hay que sufrir, que luego ya es el último". Sí, yo estaba todavía como para sufrir en este... ¡si no quedara luego otro más! Qué eterno mareo de vueltas. Y qué largas se hacen cuando vas casi al límite. En fin, me toca pagar lo que antes robé. El único consuelo es que, a pesar de la fuerza menguante, no oigo que me vayan a pasar por detrás.

Pero todo llega, y también el último mil. Inútil pensar en positivo, las fuerzas se agotan y el esfuerzo por resistir es tremendo. Rojo del sofoco, seca la garganta, salpicando el sudor, la eterna penúltima vuelta sólo provoca pensamientos (es un decir) negativos: "nunca más vuelvo a correr un 5mil"; "debería abandonar, estoy exhausto"; "creo que conseguiría hacerla... si no quedara otra más".

Última vuelta. Venga chaval, ten un poco de vergüenza y llega como sea. Y ya en la contrarrecta, un golpe de suerte. Alguien me adelanta. No me están doblando, es el atleta del Canguro. Justo el puntito de motivación que necesitaba para acabar con dignidad. Concentro todo mi esfuerzo en pegarme a él y a la salida de la curva ya sé lo que va a pasar. Esperaré a que inicie el sprint y, cuando crea que con eso le vale, tiro brusco con fuerza antes de que pueda reaccionar. Y así fue. Uauuuh. Que no encuentro ni aire para recuperar.

Bueno, ya pasó. No estuvo mal, pero pagué por tonto la novatada. No es precisamente agradable correr de más a menos a pleno sol. Pero esto no va a quedar así. Queda pendiente volver un día a la pista para correr otro 5mil un poco mejor.

Luego pasé por la fuente y me fui a animar a Pino y a Enrique en su serie. Aguanté 1km. Empecé a marearme (supongo que un bajón de glucosa) y tuve que tumbarme varias veces al fresco (por decir algo) de la hierba en sombra para intentar recuperarme. Aún tras comerme unas barritas y rodar suave un poco con Enrique me encontraba exhausto. Pero bueno, ya recuperaría un rato después cenando barbacoa con los colegas.

Resultados:
- 4º puesto vet M45
- tiempo: 18m19s35c
Y tan contento.

1 comentario:

Unknown dijo...

Estás hecho una máquina. Yo no he debutado aún en pista, pero me han dicho que es duro de cojones, más que el asfalto.

Un abrazo