30.3.08

Elephant (2003). Gus Van Sant

No es precisamente entretenida.
Largas y repetitivas secuencias de pasillos donde nada ocurre, personajes estereotipo, escenas poco creíbles, masacre gratuita, adolescentes del primer mundo para los que la vida es un absurdo.
El exceso de oferta inhibe la demanda. El progreso material paraliza el desarrollo personal. La vida aburre, deviene indiferente.
No ocurre nada relevante hasta que los 2 chavales se lían a tiros con implacable indiferencia. Y ni así resulta dramático, no había empatía previa con las víctimas.
Y si no es entretenida, sino más bien lenta y aparentemente intrascendente, ¿por qué deja un largo regusto amargo?
Porque todo eso está más cerca de lo que parece. La masacre es el señuelo para desviar la atención. El tema superficial es ¿qué lleva a esos chicos a acabar con todo? El tema de fondo, sin embargo, es que la situación de la mayoría de los demás alumnos del instituto no es precisamente más envidiable.
La superficialidad, la absurdidad, el aburrimiento, son la otra cara de la sociedad desarrollada, esa que preferimos soslayar o enmascarar. Con qué frecuencia nos justificamos, nos consolamos, identificando culpables. Todo para escondernos de nosotros mismos, para no mirarnos a la cara.

1 comentario:

Anonymous dijo...

Me has dado un buen argumento para ver la película. Voy a buscar algo de ella.
Por cierto, hoy había un maratón en Pamplona.
Saludos.
Te he encontrado buscardo fotos de las cascadas de Itsuosin, siento la intromisión en tu blog.