¿Qué hago yo en el km 0 de París una fría tarde de primavera? ¿Seguir el rastro de Esmeralda y Quasimodo? ¿Tramar alguna conspiración contra la llama olímpica? ¿Planificar la estrategia de carrera? ¿Matar los nervios charlando con Carlitros?

¡Y aquí estoy! París, 6 de abril 7.30h Arc de Triomphe. Nublado y un frío que pela. Si la grandiosidad de una ciudad depende de la amplitud de las calles, la profundidad de las perspectivas y la monumentalidad de la arquitectura, París es grandiosa.
Da gusto atravesar tranquilamente la place de l´Étoile, una rotonda de 240m de diámetro en la que convergen 12 calles y avenidas:

Enfilo la Avda. Foch en busca del vestuario, una callecita de 120m de ancho que conecta con el Bois de Boulogne. Todo cerrado a estas horas, consigo un vasito de café por todo desayuno que me calienta las manos y me desarregla el estómago.
Pasadas las 8h llega Carlitros, mi colega virtual. Hasta ayer apenas le conocía más que por nuestros respectivos blogs. Pero un blog de corredor dice más de lo que parece, así que desde el primer momento nos tratamos con la familiaridad de los viejos amigos.
Con un suave trote volvemos para pasar bajo el gran Arco y buscar nuestro sitio en la zona delantera de la salida, en plena Avenue des Champs-Elysées:
2 comentarios:
Aupa ese machote de Oñati.
Agur
Runedor
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