Qué bonito es un mundial de atletismo veterano. Una semana visitando Lyon, respirando un fenomenal ambiente atlético y conociendo gente estupenda con la que, además, compartes afición.
Lo primero fue el 5.000 ml. Corrí la final C, la más modesta. Y es que también esta temporada mi nivel va en decadencia. Lo que se va perdiendo con la edad ya no consigo compensarlo como antes, entrenando más y mejor.
Pero la afición y la ilusión siguen intactas, así que tras un buen mes de julio de entrenamientos, allí estaba, dispuesto a dar doce vueltas y media a la pista lo más rápido posible.
El objetivo era 18m45s, o sea, correr a una media de 3:45/km. Y así empecé las primeras vueltas, marcando ese ritmo y buscando unas sensaciones estables.
Enseguida me vi solo. Los más rápidos se iban, y otros que acababan flojeando se quedaban. Total, mi carrera fue algo muy parecido a una contrarreloj. Yo, mi crono, mis sensaciones.
Al ser muy temprano, la temperatura era aceptable para esta carrera, que tampoco es muy larga. También el viento respetó, así que era el momento de dar lo mejor de uno mismo.
Cuando un ritmo es demasiado exigente, en el cuarto kilómetro se te viene el mundo encima. Pero esta vez parece que no venía mal preparado para soportarlo. Aunque ya sufriendo, llegué a las últimas dos vueltas bastante entero.
Y ahí sí que fue duro. Sin otra motivación externa, apreté apurando las fuerzas hasta el final. La última recta ni conseguía esprintar.
Y conseguí el tiempo que buscaba: 18m44s50d.
Contentísimo. Una carrera en la que hice todos los km a la misma velocidad y conseguí dar todo lo que tenía.
Puesto 33 de 54 en mi categoría (50 a 54 años) y quinto en mi serie. Una gozada correr con franceses, suizos, yankees, paraguayos, indios, japoneses, alemanes y argentinos. Vaya panda internacional de viejos, ja ja ja.
1 comentario:
Muy buena la cronología, vaya manera de revivir una competencia,muchas gracias Rafael por su amistad y lo que compartimos, este mundial fue de mucho provecho para mi, el nivel de competencia muy exigente, la ciudad de Lyon, un gusto para los ojos, el deporte une naciones y compensa los esfuerzos.
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