Tres días tras el 5 mil me presenté a por las 25 vueltas. A primera hora de la tarde nos respetó el calor. No así el viento, molesto en la contra recta.
A estas alturas ya conocía bastante la ciudad, cada día más interesante. Y en compañía de atletas como el costarricense Juan Carlos Valerio, buen atleta y grandísima persona, con quien compartí muchos buenos momentos y de la que aprendí cosas importantes.
Mi objetivo y mi preparación eran para el 5 mil, así que esta carrera era una incógnita y casi un premio para disfrutar con el objetivo cumplido. Aún así aspiraba casi en secreto a bajar de 39 minutos (3:54/km).
Esta carrera sí fue mucho más entretenida. Varios atletas estábamos a un nivel similar. Me encontré un poco atrás de un grupo bastante numeroso, pillé el ritmo de 3:54/km y a disfrutar.
Porque en un diez mil, si no haces tonterías, puedes ir medianamente cómodo seis o siete kilómetros.
Solo manteniendo mi ritmo iba adelantando posiciones poco a poco. Al final me quedé detrás del primero de los alemanes, cabeza de grupo. Iba bien ahí. El problema empezó a partir del km 5. El ritmo decayó a 4:00 pero me parecía pronto para adelantarle y dejarle atrás, pues el viento de la contra recta hacía mucho daño.
Y así estuve hasta el km 8, cuando ya vi que tenía fuerzas hasta para luchar contra Eolo. Pero el crono ya iba perdido, unos 20 segundos de retraso en esos tres kilómetros en los que el miedo (al viento, a la falta de ritmo final) me tenía retenido.
En el km 8 pues, me decidí. Adelanté y me fui solo para adelante. Muy lejos transitaba un francés, demasiado. Pero iba fuerte, recortaba, así que ya tenía un entretenimiento.
En el último km me pareció que podía pillarle, seguí apretando, y le alcancé en la última vuelta. Entramos en la recta de llegada disputando un larguísimo sprint. Emocionante.
Para nosotros y para todo el público, que jaleaba. También para el fotógrafo, que no cesaba de ametrallar instantáneas.
No gané este sprint por siete centésimas, pero no puede más que agradecer a Laurent la oportunidad que me había dado para venirme arriba en la última parte de la carrera y acabar a tope.
No conseguí bajar de 39 min pero recuperé muchísimo y entré en 39:03.01. Veintisiete de cuarenta atletas M50-54 y octavo de la final B.
Francia, Costa Rica, Rusia, Alemania, Australia, Gran Bretaña, Paraguay, India, Algeria. Algunos ya nos conocíamos del 5 mil, y al acabar casi todos pasamos un buen rato compartiendo la experiencia, eufóricos tras el esfuerzo por el momento tan especial que acabábamos de vivir.
Y luego vimos la final A. Espectacular triunfo del español Fco. Javier Fontaneda, 32:52 con 51 años. Un gustazo verle correr.
Y un gustazo también el resto de la estancia en Lyon, unos días que perdurarán en la memoria.
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