Fatal no, lo siguiente

3000 ml Cto. Madrid pistas del INEF. Sábado tarde 31 de enero. Ventoso. Salgo rapidito, bien colocado. Dejo pasar a Juanjo y a Paco tomando la cuerda. 40s el primer 200. En la contrarrecta ya voy cortado, comiéndome el viento. Pierdo un poco de ritmo pero corro fácil. Paso el mil en 3:35. No me hace mucha gracia, aunque ayuda ir manteniendo 10 m de distancia tras Juanjo.
Un poco más tarde me adelanta el chaval que llevaba a rueda y me dice que pasa al relevo. Le sigo, hasta que me doy cuenta que en realidad acelera aproximándose a Juanjo. Para cuando me doy cuenta ya me noto forzado. Me descuelgo y a sufrir.
Esto de sufrir es como el colesterol, que parece que hay dos. El bueno y el malo. El bueno es cuando ves el objetivo a tu alcance, luchas con todas tus fuerzas por conseguirlo y te sorprendes de lo que eres capaz de conseguir. Se sufre mucho, pero el regusto es dulce. Luego está el malo, cuando te das cuenta de que has petado miserablemente y no te queda más que penar hasta un final que parece no llegar nunca. Te notas bloqueado, sin fuerzas, cada vez más y más lento, y no hay nada que hacer a parte de querer acabar por vergüenza. Se sufre, y encima jode.
Y si además estabas entrenando bien y llegabas a la carrera con ciertas pretensiones, pues jode más todavía. Pero nada, de fracaso en fracaso hasta la victoria final ;-))