Día espléndido de sol. Párking Playa de Balarés. Playa grande con zonas de merendero y dunas.
Salgo pegado al acantilado en busca de la Playa de Ríocobo, donde me bañé ayer.
Travesía muy chula de 2,25 km. Como me había tropezado y pinchado en la mano con las espinas de toxo, bajé a la playa (la marea estaba muy baja) a refrescarme y disfrutar un ratín.
Vuelvo hacia Balarés.
Me pongo bien de crema y como hace calor salgo directamente sin camiseta, sólo con el móvil en la mano.
No tardo en llegar a la barra de la ría de Anllóns, una enorme lengua de arena que protege el estuario, gran reserva ornitológica con dunas chulísimas.
Hubo que atravesarlo todo andando, imposible correr. Se sale al observatorio de la ensenada.
Después del observatorio se atraviesa el malecón de Couto por una larguísma pasarela de madera que cruza una zona pantanosa.
Al llegar a Ponteceso doy media vuelta y alcanzo a una runner lugareña con la que charlo un rato. Luego, ya solo, vuelvo a atravesar las dunas.
Para acabar, baño en la playa de Balarés y vuelta a casa subiendo por una carretera desde la que se observa la lengua de arena de la ensenada.
Empanada gallega y calamares a la plancha.
Bajo paseando a la playa Mayor, la recorro entera y me quedo a leer un rato al final del pueblo, en la pequeña playa de Canido.
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