Otra edición más de mi carrera favorita, y ya van 5. Si alguien esperaba disfrutar de las idílicas vistas del valle de Oñate desde la sierra de Aloña, éste NO era el día propicio. Lluvia, niebla, viento, frío y aguanieve en la cumbre. Y lo más interesante: barro a espuertas. Bastantes inscritos se han debido asustar a última hora, así que hemos salido los más valientes y aventureros. Y es que esta es una carrera de alto nivel: además de los 2.200m salvados en 15,5km bastante técnicos la particiación siempre es de categoría. Es que esto no lo hace cualquiera.
La subida hacia la cruz, larga y dura de por sí, ha sido especialmente trabajosa, siempre buscando dónde poner el pie para que no patinara en el terreno embarrado. Como este año no parecía el más favorable, he subido ligerito pero sin forzar mucho las piernas o la respiración. Con nula visibilidad y azotando aguanieve he llegado arriba en 1:06:29 (82º), entre 1 y 3 minutos más lento que otros años. Ale, media vuelta y a resbalar, con esquís se bajaría fácil.
El primer tramo hasta Belar todavía tiene bastante hierba donde traccionar. Pero el siguiente, el más duro para las piernas, está muy embarrado y hay que bajar campo a través buscando alternativas más vegetales. "Bajáis mejor que las cabras", dice una señora.
Regresando a zona boscosa las pistas ahora sí son todo fango y piedras. Pero no voy cascado, así que cojo velocidad y también me atrevo más con las bajadas. En la última, puro tobogán de barro, se me echan encima las 2 chicas que disputan la victoria (Alizia Romero y Jaione Sasieta). Cómo bajan, increíble. Pero a estas alturas no estoy dispuesto a dejarme avasallar, así que me fijo un poco y me lanzo yo también a tumba abierta por el fango. Me siento como Kevin Schwantz con su Suzuki. Qué sensación. Cómo mola si no te estrellas.
Cuando al fin pisamos asfalto para entrar en el pueblo recupero algunas posiciones y llego a tope pero entero. Qué gozada de carrera. Y como siempre, un gran recibimiento de la gente a pesar de la fuerte lluvia. A reponerse en el variado buffet con sidra, chorizo, caldo, fresas y un largo etc.
Bueno, me parece que cada año bajo mejor, y eso me da mucha satisfacción; porque es frustrante ver cómo algunos te pasan volando y desaparecen en segundos. Pero este año ha sido el primero que no he perdido posiciones, pues también abajo he llegado el 82º (de doscientos y poco). A pesar del muchísimo barro he bajado más rápido que nunca. Y es que tras el extenuante duatlón de Ibardin de hace 2 semanas esto me ha parecido por primera vez casi llevadero. Será que le estoy cogiendo la medida.
Conclusión: a pesar de las dificultades he conseguido mi mejor puesto y sólo he tardado medio minuto más que mi mejor marca del año pasado. Así que exitazo total. Mi deseo: volver el año que viene.
Datos:
15,5km (2.200m desnivel acumulado)
9º veterano masculino.
P.D. Esta Semana Santa estuve con mi hermano Iván trotando por las faldas de Aloña en un día de sol espectacular (el único de toda la semana) y le convencí para que me acompañara a esta carrera por nuestro valle. Ha sido un valiente. Y no sólo lo ha conseguido, sino que seguro le ha dejado huella. No en vano pasamos varias horas compartiendo los detalles de la aventura. Que se repita.
Aquí hay fotos buenas de la carrera. Ahora, si quieres paisaje hay que ver las de otros años.
1 comentario:
Bestial. Quizá repita. Perdona por hacerte esperarme media hora en la meta. Yo te perdono por haberme metido en ésto. Besos, Iván.
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