Ainhoa nos ha animado y hemos ido los 3 a ver por vez 1ª al famoso Indiana Jones. Gran pantalla, sonido a tope, palomitas y una de aventuras. Buen plan. Y la peli empieza bien, pero eso dura poco.
Las escenas de acción son tan trepidantes como absurdamente increíbles. Ni siquiera funcionan bien como parodia. Acaban dando algo de risa por tontas. No hay tensión, pues desde el principio queda claro que las palizas no duelen, que las balas solo silban, y así todo.
Jones se pasa las horas contándole al chaval de qué va la historia, un asunto largo, enrevesado y aburrido, amén de absurdo.
Los efectos especiales saturan por abrumadores.
No hay interrelación ni desarrollo de personajes; tampoco comen, ni duermen, ni...
Así, tras un breve comienzo prometedor, la peli pierde el rumbo. Salvo alguna escena aislada, el resto es demasiado flojo, pronto todo empieza a dar igual. Cuando, despropósito tras despropósito, el chaval se pone a hacer de Tarzán con las lianas del Amazonas, ya ni vergüenza ajena provoca. Todo desemboca en un final tan pretencioso como fallidamente apoteósico.
La todopoderosa maquinaria digital toma las riendas de un conjunto infantiloide y desprovisto de credibilidad. No hay transferencia, no hay intriga. En fin, qué desastre, ya lo siento por los ignorantes, a quienes han hecho creer que el entretenimiento o la diversión consiste en algo así. Los hay que hasta están convencidos de que pelis como esta son buen cine. Perdónalos, Señor...
1 comentario:
Joder Iñaki, te has quedado a gusto...
Un abrazo campeón, nos vemos pronto.
Carlos
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