Se quedó mirándome fijamente, con la boca abierta y los ojos entornados.
- Nos contrataron tus padres, cretino de mierda. Supusieron que acabarías por hacer alguna memez porque, en fin, Brandon, eres un memo. El pequeño incidente de hoy debería confirmar sus peores presagios.
- No soy un memo -se defendió-. He ido a la universidad.
En vez de una docena de respuestas sarcásticas, lo único que me vino fue una oleada de agotamiento.
Así era mi vida en esos tiempos. Así.
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