Ilia participa en la organización de la carrera y me dijo a mitad de semana si me apetecía ir a correr, aunque fuera solo por participar; le dije que por supuesto.
Llevaba toda la semana apenas trotando cargadito de agujetas por la carrera de Aloña el finde anterior, pero el domingo me levanté descansado y con ganas de correr.
Mañana espléndida en la zona de Las Lomas de Boadilla del Monte. Pocos corredores pero un ambiente muy familiar y bien organizado.
Para una vez que me lo puedo permitir, hago la salida en cabeza para la foto, jaja.
El principio es cuesta abajo por la calle para luego entrar a zona de caminos. Los conozco todos, de correr y especialmente de hacerlos con la bici.
Tras el primer km llevo tres corredores por delante. Dos llevan un ritmo mayor, pero al tercero le mantengo la distancia. Si sigue así intentaré ir a por él.
Completando el segundo km llego a la altura de Raquel e Ilia, que están controlando la ruta. Me animan y hacen fotos. Les agradezco los ánimos y nos dirigimos todavía bajando hacia la zona del Punto Limpio.
Allí el recorrido gira para enfilar paralelo a la M50. Por detrás no hay nadie al acecho. Recorto distancia con el tercero, especialmente en los repechos, así que ya decidido le doy alcance y tiro para adelante.
Es la parte más bonita de la carrera, con algún que otro sendero sinuoso y arbolado. Para volver, sin embargo, hay que volver a subir. Ya voy más justo de fuerzas. Por delante a veces veo al segundo, que va bien. Por detrás ya no me pillan.
Regulo el ritmo, pues, para acabar fuerte pero sin agobios. Entro al colegio dando la vuelta a la pista de atletismo y disfruto de los aplausos y el gustazo de llegar tercero en una carrera que ha sido buena y bonita.