Bilbo. 06.08.2012
9 km a 3:50/km
Cerrando capítulos: que si el último entrenamiento largo, que si se acaban las series, que si ya vale de sesiones extenuantes... hoy tocaba ir acabando con lo que algunos llaman "controlado", otros "segundo umbral" ó ritmo medio maratón. 9 km de un tirón en la pista, que decidí hacer a 3:50/km. Qué más quisiera poder correr todo un medio maratón a ese ritmo, je je, pero sigo con la idea de probar ritmos un poco arriesgados. Ahora es el momento de pruebas y cábalas.
Tras un sencillo calentamiento salí disparado por la calle 1. A las 9:30h el sol promete apretar, pero todavía estamos a tiempo y quedan algunas sombras. Los primeros 200 m siempre me salen rápidos, pero esta vez marcaba 46 s, justo el ritmo adecuado. Uff, pues si tengo que seguir así más de media hora lo llevo claro, pensé. No había hecho más que empezar y el asunto ya se ponía duro. Pero ahí estamos, regulando cada 200 m para estabilizar el ritmo y a correr, a sufrir.
Los dos primeros km fueron difíciles, pero ya en el tercero vi que tanto el cuerpo como la respiración se iban adaptando. Los km iban saliendo a 3:49, acumulando un ligero adelanto. Muy bien. Pero 9 km a un ritmo tan exigente (al menos para mí) son muy sufridos, y allá por el km 4 dudaba, y mucho, de ser capaz de seguir así mucho más rato.
Intenté evitar esos pensamientos y concentrarme en el crono, en seguir clavando el ritmo de 200 en 200 m. Así fueron pasando las vueltas y al tiempo aumentando la confianza. El ritmo era duro, pero yo notaba que lo seguía aguantando igual, no necesitaba forzar más de la cuenta.
Cuando llegué al km 7 ya vi que iba a cumplir bien. Y la última vuelta fue para mí casi "triunfal", relajando y soltando los 5 s que llevaba adelantados con respecto al ritmo previsto. Sufrido sí, pero al acabar fenomenal. No había llegado a notar déficit de oxígeno, con lo que enseguida me encontré bastante recuperado.
Como esta vez sí llevaba un pulsómetro, me enteré que 166 había sido el pulso medio y 171 las pulsaciones máximas.
Y nada, que ya solo queda un entrenamiento importante, en la primera mitad de la próxima semana: el "famoso" test de 1 h a ritmo de maratón. Venga, que ya tengo ganas de irme para Berlín.
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