El señor Hulot no tiene trabajo, ocupándose de llevar a su sobrino a la escuela y traerlo después a la ultramoderna casa de su hermana, casada con el señor Arpel, quien intenta ocupar a su cuñado en la empresa de fabricación de tubos de plástico en la que trabaja.
Prácticamente sin historia e hilvanando una serie de desiguales pero efectivos sketches, Tati muestra la deshumanización, el esnobismo y la frialdad de la vida moderna con tecnología de última generación en contraste con el descuidado pero animado ambiente del barrio humilde y antiguo, con niños traviesos, naturaleza y hogares llenos de vida (alohacriticon).
La he visto con los niños y sigue conservando mucha gracia y encanto. Les gustó, y Ainhoa escucha y tararea la música a todas horas. Se la escribiré para que la aprenda a tocar.
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