La family que anima como loca ("aupa aitatxoooooo"), qué duro es mantener el ritmo en la segunda vuelta, venga vamos que ya "descansaré" en la bici, adelanto unos pocos más, curvas, aplausos, boxes.
Cagüenzotz que no hay manera de cerrar el casco, pues venga las zapas, otro intento con el casco... ¡ya! Vaya manera más tonta de perder el tiempo, me han adelantado de nuevo un puñao. Cojo la bici y salgo pitando. Llego a la cuesta abajo con otros dos. Uno canta "cuidado con la tierra al girar". Ya me acordaba yo que ahí resbalaba hasta cuando pasamos corriendo. Y el tercero patina y se va al suelo espectacularmente. Pues sí que empezamos bien.
Nos adentramos ya por los caminos rurales de Brunete, pistas anchas, irregulares, algo de baches y piedra suelta, todo árido, seco, cuestecillas por doquier, arena, a cada momento alternando plato grande con mediano.
En los primeros momentos me adelantan varios a gran velocidad. Son los especialistas en ciclismo. Habían perdido tiempo en la carrera, pero ahora les sobra terreno para imponer su cadencia. Yo, como siempre. Medianamente fuerte, muy resistente y un chapuzas de los cambios. Si supiera manejarlos mejor y acertara con lo que más conviene en cada momento ganaría más posiciones de las que pierdo. Pero mi inteligencia mecánica (entre otras) es pobre, así que pongo buena cara para las fotos y me resigno a mi suerte.
Pero aún así la bici me gusta y disfruto bastante de estos tramos. Tras dar una primera vuelta de unos 9km aprox, se pasa de nuevo por el pueblo antes de salir a una segunda. Al conocer ya el recorrido, esta vez se hace más corto aunque las fuerzas vayan un poco más justas. Tampoco soy un torpe. El cambio no es lo mío, pero en estos terrenos poco técnicos soy bastante lanzado y valiente, ataco con decisión las cuestas abajo, encaro con fuerza los baches, la arena, me levanto y tiro fuerte de desarrollo subiendo.
Se acaba la segunda vuelta, estoy acercándome muy rápido al túnel, me abro para girar... qué mala suerte, ciclista para doblar, me abro para adelantarle en el túnel y se abre en mi morro. Cachisss, tengo que salirme al carril contrario, pego un tirón para volver a entrar en el mío, se me sale una zapa, justo entro en zona de tierra bacheada, con las prisas no logro engancharla, llega el cuestón de entrada al pueblo, no me ha dado tiempo a cambiar... total, que me veo subir cojeando y atrancado, pue sí que... venga va, engancho, me lanzo al callejeo y llego a boxes.
Esta vez sí hago la transición más rapidita. Salgo a la carrera, o lo intento, porque... uffff... qué troncas están las piernas. No hay manera de alargar la zancada. Qué diferencia con el primer tramo cuando salimos a toda pastilla. Aún así hay entretenimiento suficiente por delante. Ciclistas que se atrancan más que yo, así que poco a poco me dedico a la caza. Como solo hay que dar una vuelta, y no parece llegar a los 2km, voy apretando. Adelanto a otro en la cuesta y me lanzo con todo en el breve callejeo camino de meta. El último al que pillo (veterano) hace amago de resistirse, pero no tengo yo mal final y además confío mucho en él, pues ya me ha dado sobradas muestras de éxito en varias ocasiones. Aprieto los dientes, no miro atrás y alcanzo con fuerza la meta entre los aplausos del público y mis propios gestos de felicidad.
Uauh, qué bien estuvo. Me encuentro en buena forma. En 2 minutillos me recupero del arreón final y como nuevo. No me noto ni dolorido, ni cansado. Hambriento sí, así que pillo melón y bocadillos variados. Y a compartir impresiones con familia y amiguetes. Reconozco que el duatlón cross es una especialidad que me gusta mucho, aunque apenas le doy a la bici y los corro únicamente como principio de temporada. Esta vez ha sido sólo uno, pero espero tener en invierno la oportunidad de reincidir.
Cuando ya casi nos íbamos he podido ver que había quedado en cuarta posición sobre 33 llegados (1:08:04)... a 4 segundos del podio. Gran resultado, pero también la penita de no ir avisado de lo cerca que tenía al tercer veterano. No creo que sea muy difícil distinguir categorías en los dorsales (por el número, por el color...). En los campeonatos oficiales sí está claro, e incluso se lleva dorsal a la espalda. Pero nada, venga, felicidades para los premiados, que nos vamos a celebrarlo con bacalao y cordero. Nos lo hemos ganado. Agur.