Puede que un hombre acabe al final por enamorarse de su propia vida. Eso es lo que me está pasando, me lleva pasando desde hace unos meses. Mi alma vuelve a las regiones de la ebriedad del enamoramiento. La ebriedad la llevas de nacimiento. Lo que no podía imaginar es esta reconciliación conmigo mismo. Igual eso fue lo que encontró Rachma: que estaba mucho mejor solo que con familia. Porque puede que al final quien acabe derrotada sea la soledad. Y puede que al final descubras que el único ser humano que no es un coñazo absoluto eres tú mismo.
Tal vez eso sea la excelencia de la identidad: llegar a bastarte para todo.