Otra de las carreras de montaña que se está conviertiendo en un clásico, debe ser que me gusta.
En realidad vengo a veces a entrenar por este recorrido, pues la falda que va subiendo de Cercedilla al puerto de Navacerrada está plagada de sombreados senderos forestales que discurren a la vera de arroyos cantarines. Una chulada.
Este año me encontraba muy mediano de forma, así que fui bastante prudente en la subida. El deshielo es reciente, y de cada vado las zapatillas salían empapadas y pesadas, chof, chof.
La bajada, una vez volvemos al bosque tras la zona alta de las pistas de ski, es mi zona favorita, Al no ser en general muy pronunciada ni técnica, intento siempre poner un fuerte ritmo. Eso sí, concentración absoluta, ni una décima de segundo te puedes relajar.
El último tramo antes de llegar de nuevo al pueblo discurre por sinuosos senderos bastante llanos. Mi intención era apretar y darlo todo, pero justo en ese momento nos dimos cuenta de que se nos había pasado el cruce. Cada año esta parte final es un poco distinta, y esta vez no iba lo suficientemente atento. Fueron varios minutos perdidos hasta recuperar el trazado correcto.
Una pequeña decepción. Aún así, en el último callejeo ya cuesta abajo apreté para adelantar a los dos de la foto en lamisma recta de llegada. Ja,ja, hay que consolarse con lo que sea.
En fin, una carrera que me gusta mucho y a la que espero seguir acudiendo en próximas ediciones.
