Aupaaaa.... de nuevo correteando por los caminos. Ya tenía ganas de volver a sentirme corredor, así que me dejé embaucar fácilmente por mi colega Swede y me acerqué esta mañana soleada de invierno a Valdemorillo. Trail de 23 km y 450 m de desnivel, o sea, bajo nivel de dureza. Pero la dureza es relativa, depende mucho de cada uno.
Salí tranquilito a disfrutar. Los caminos van en continua bajada dirección Villanueva de la Cañada, así que lo duro se queda para el final. Lo más bonito, a parte del buen ambiente correril, los tramos más estrechos de monte bajo. Lo menos interesante, las anchas vías pecuarias en la zona de Villanueva.
Esperaba llegar con fuerzas a la última parte, pero no fue así. Al poco de empezar las larguísimas cuestas me fui apagando, anduve más de la cuenta, el ritmo se desplomó, las bambas molestaban y no veía nunca el final.
Llegué bien, pero creo que algo deshidratado, apenas bebí un vaso de agua por el camino y me tiré un buen rato en meta dándole al gatorade y a la fruta. Contento sin embargo de no sentir la pierna resentida, a ver si así cojo más confianza para ir entrenando más y mejor, el fantasma de las lesiones sigue instalado en mi cabeza.
Tardé casi dos horas, que era justo lo esperado. El sueco quedó segundo y Sergio primero, excelente vuelta al campo tras su reciente maratón de Sevilla. Entre el plato de cocido que repartían y la entrega de trofeos pasamos un ratito en buena compañía y bonita mañana aprovechada. A ver si esto sigue así.