30.07.2015 Hoy cumplo 54 veranos y he venido en bici con mi hija, desde Amstelveen, a este pueblo al sur de Amsterdam. Hemos tardado casi una hora entre calles, lagos, barrios, granjas, canales, plantaciones de flores... De Kwarkel se llama el pueblo. Está en fiestas, y tienen por costumbre organizar una bonita carrera popular. Me he apuntado a la de 4 km como test para la semana que viene.
Este mes he entrenado muy bien, la primera quincena en Torremolinos y estos días en Holanda. A cambio, llevo diez días con un problema bucal que me ha tenido fatal y que sobrellevo a duras penas cargado de medicamentos.
Calenté un poco y me notaba las piernas raras, supongo que del paseo en bici. Luego me coloqué en segunda fila para la salida y aquí se me ve en el centro, de blanco-naranja.
Salí bastante rapidillo, pero aún así, como es habitual, bastantes salieron literalmente en estampida. Eso suele durar no más del primer kilómetro. Primero un poco callejeando, recuperando posiciones. Luego una rampa y ya ruta más abierta. Persiguiendo a un grupo me tuve que comer todo el viento en contra. Y al girar, ya más favorable, consigo adelantar a todos hasta irme con el que iba delante, el chaval de verde que se ve en la foto de salida.
Y me marcó genial el ritmo hasta el km 3 cuando empecé a flojear un poco y se me iba yendo. La parte final es entretenida, porque transcurre alrededor de la zona ferial y hay bastante animación. Aguanté bien y apreté al final, aunque solo fuera para que se me vea esforzándome en la foto, ja ja.
Contento, llegué el noveno, en menos de 15 minutos. No salgo en la clasificación porque había perdido el chip antes de la carrera. La organización era sencilla, buena y eficaz. Me trataron con enorme amabilidad y de regalo nos dieron una maceta con rosas rojas.
Y tras ver la salida de la carrera de 10 km nos volvimos a casa, que se estaba haciendo tarde y no queríamos que se nos echara la noche encima dando pedales.