29.5.12

Zegama-Aizkorri 2012



Joder con la carrerita de las narices, quién me mandaría a mi meterme en estos fregaos, ya me desperté oyendo llover, pensé que la suspenderían, o que nos mandarían por el recorrido alternativo para no tener que subir a los picos, pues no, dicen, que ya ha empezado a nevar en Aizkorri, como quien dice chicos, ha salido el sol, vamos a la playa, y me pertrecho con todo lo que tengo, gorra para lluvia, 2 buff, guantes, 2 camisetas, chaquetilla técnica, chubasquero, y venga que ya suenan las campanadas de las nueve.



Yo tranqui, a verlas venir, salgo último, con Carlos Swede, por delante de los escobas, la gente sale follá por las calles del pueblo, claro, tanto público, ay que me descuelgan, y directos que despegamos pal monte, uf qué sofocón, ya me sobra todo, veo a Sanmitrek que está filmando la frikada, le saludo, que si la corres o acompañas, me dice el muy, pues la corro, joer, venga, ya empiezo a adelantar un poco, fuerte pendiente, hierba, algo de barro, vamos, entrando en calor y empezando a disfrutar, que luego dios dirá, qué bonito es todo esto, y eso que con la niebla no se ve mucho, subiendo por pistas y cruzando bosques, todo verde, mojado, vaya tropa de insensatos, hasta en cola se ve que todos vienen bien preparados y concentrados en la faena, qué, nadie habla, dice uno jadeando en mitad de una rampa, qué quieres que te cuente, le contesto, simulando ir sobrao, deja deja, mejor no digas nada, uy, si también se baja un poco de vez en cuando, cómo mola este cross, mira cómo adelanto, yupiii, eh, dónde está Swede, qué hace allí atrás si me da cien vueltas, ah, claro, que me estoy colando, si no llevamos más de 5km, mejor le espero que no quiero columpiarme, ale, calma, que este primer desnivel de 600m no es más que el calentamiento.


















Ay ama que me están poniendo todo perdido, qué manera de chapotear, dos cosas hace el pie, o resbala o se queda pegado al barro, ja ja ja, todavía hay fuerzas para reírse un poco de todo esto, camino al infierno, que está allí arriba y no abajo como dicen, eh, pero qué se oye a lo lejos, jarana, vítores, aplausos, nos lanzamos tobogán abajo por el barro esquivando hostiazos y cruzamos el alto de Otzaurte, km7, una multitud ha subido para vernos pasar y dar ánimos, qué alegría, unos metros cementados, agradecemos el jaleo, curva a la izquierda y...









ostrás, pedazo rampa de patinaje para meterse por el bosque oscuro, a la sueca Emelie Forsberg ya no le luce tanto la faldilla blanca, 


la gente con el paraguas gritando, ale ale, aupa, eutsi gogor, cojo carrerilla, consigo enfilar la cuesta, al perder impulso resbalo de nuevo hacia abajo, a ver, alguna piedra o algo a lo que agarrarse, nada, me busco la vida por detrás del público, algunas raíces donde apoyar, vamos, vamos, a seguir subiendo, 


ahí va Oihana Kortazar, primera chavala, debe estar de moda la faldita blanca esta temporada, Swede pone su ritmillo y casi sin querer le sigo, un trago, giro, Ultzama, km9, me lanzo por una preciosa bajada al tiempo que oigo un click y agradezco la foto.   




 Disfruto de la bajada, no muy técnica, pero lo que se baja se sube, je je, pronto cruzamos un collado de ensueño, enorme alfombra de hierba verde, húmeda, ale, arriba y arriba, Swede se aleja, le despido con palabras de aliento, le deseo lo mejor,



Atabarreta, km13,5 sesteamos estrechos senderos resbaladizos, andando ligero, empujando  con fuerza las piernas contra el suelo para que patine menos, cuando creo que ya debemos estar a mucha altura miro al cielo encapotado y allí al fondo, a lo lejos, muy muy arriba, por encima de la niebla, distingo vagamente la cima desnuda y rocosa del Aratz, primer objetivo, dios mío, qué lejos y cuánto queda por subir, mejor me lo tomo con un poco más de calma si quiero poder contarlo, 



Allarte, km14,8 y antes de salir del bosque atravesamos todavía parajes recónditos, de cuento, hayedos de musgo, barro y hojarasca, subir, dejarse caer, trepar, coincido mucho tiempo con varias chicas, todas ellas muy concentradas en el asunto,



y al fin noto que se acerca Aratz, se acaba la vegetación, se trepa por un pedregal, viento helado, nieve, me pongo los guantes, los dos buff, la capucha, la gorra, no queda ya mucha gente arriba animando, voy de los últimos, hay que tener valor y estar muy preparado para quedarse un rato en la cima, km16 y... para abajo, un par de km de bajada preciosa, se puede correr, volvemos a encontrar senderos que se adentran por el bosque camino del túnel de San Adrián, por la izquierda se llega pronto a los prados de Urbia, pero hoy toca un rodeo criminal, bajo por la antigua ruta empedrada y cruzo a saltitos los 50m del enorme túnel que alberga la ermita, 



un trecho más y Sancti Spiritu, km 19,6 y otro punto accesible desde Zegama, mucho público animando, importante avituallamiento para coger fuerzas, ahora empieza lo más interesante,



dedico un buen rato a comer y beber, gel, plátano, bebida isotónica, galletas de higo, no está fácil masticar, miro hacia arriba buscando la cima de Aizkorri, no se ve nada, me lo pienso un poco más y... de cabeza a la niebla,



km 20, por ahí pasa Swede con su gorra roja y guantes de ciclista, buena opción para encarar luego el afilado cresterío, a ratos todavía se puede correr pero es sabido lo que toca enseguida...



subir, subir, trepar, trepar, vamos en fila india, jadeando, concentrados, a ritmo, de nuevo aparecen el viento, el frío, la nieve, 





así hasta llegar a Aizkorri, km 22, lo de la afición es increíble cómo te reciben, en un día de perros está la cima repleta para recibir a los corredores, aquí llega el gran Kilian Jornet, cuando llegué yo, mucho más tarde, ya quedaba poca gente, pero el calor y la sensación fue la misma, te tratan y animan como a un héroe,



aquí llega uno trepando por el lateral de la estrecha senda para evitar los resbalones,



todavía llevamos media carrera pero vaya si se nota la paliza que llevamos ya encima.



Lo del cresterío es para darle de comer aparte, uff, nada más coronar Aizkorri y comer otro poco, el sendero, pedregoso, mojado, peligroso, baja un poco para dirigirse hacia el punto más alto de la carrera, el Aitxuri, no es más que 1km pero se hace rogar, ja ja ja,



de lejos se ve que el acceso es intrincado,





hay que trepar con las manos heladas, el itinerario está perfectamente balizado, pero en ocasiones el paso no es evidente y cada uno trepa por donde puede, a la chavala con la que coincido le ofrezco la mano cuando no acierta a encontrar la vía,



los primeros también lo pasan aquí fatal, hay que tener mucha experiencia por estos lugares para salir airoso, aquí está Ohiana bajando por unas piedras super resbaladizas donde yo a veces me descolgaba de espaldas por miedo a descalabrarme,



o Kilian, aquí en su salsa, donde precisamente aprovechó este kilómetro para aventajar en más de 1 minuto a su más directo rival y cimentar así la victoria,



qué diferente hubiera sido atravesar el cresterío un día despejado como en esta foto del año pasado, con Urbia allí abajo y la caída a Zegama por el otro, perdimos las vistas pero nos ahorramos el vértigo.



El punto más delicado de la carrera es, sin duda, la directa bajada a Arbelar, km24, popularmente conocida como "ostiagorri", esta foto del año pasado está chula, pero hoy no había por arriba fotógrafos sino una larguísima cuerda para asegurar el primer tramo, muy empinado y peligroso con emplastos de hierba y barro, por la cuerda, por la cuerda, gritan, está más peligroso de lo que parece, aprovechando que llevo guantes me agarro y bajo con precaución, desbandada, otros se desperdigan por el paisaje buscando otras vías más accesibles, tienen a una chica abrigada, con el hombro roto, me cruzo con los que suben a intentar evacuarla, camilla plegable al hombro, suben con dificultad, desesperado de los resbalones me meto por los zarzales, que agarran más,



los primeros, con las prisas, también aterrizan entre piedras y hierba, aquí tenemos al inglés Tom Owens acabando la bajadita patas arriba ante la atenta mirada del personal (el coche más cercano a esta zona está a más de 1h de camino).



Giro a la izquierda, al fin vamos a correr un buen rato, siguiendo el cresterío de vuelta, esta vez a pie de monte, zona arbolada en lo que sería un precioso cross tras el sálvese quien pueda que he dejado atrás, ahora los compañeros ocasionales de carrera son otros, no tengo ni idea si transito más atrás o más alante que antes de Aizkorri, llevo un ritmillo medio por el terreno irregular, en Oltze avituallamiento y media vuelta, km26,6 y a comer, beber, llegan 2 chavalas catalanas muy animosas, parto camino de la fonda de Urbia, km28,5 todavía con muchos repechos, solo al final, con el control a la vista, puedo disfrutar unos metros de la senda de la hermosa campa.



Salto el arroyo, agradezco los aplausos de los que tienen el valor de seguir aquí a estas horas, con este día de perros, y enfilo hacia la última cota, Andraitz km30, con más fuerzas seguro que podría haber trotado en algunos tramos, pero he tenido que hacer toda la subida andando.
Esta foto con los caballos es de cuatro días más tarde, muxu bat, Jaio ;-), cómo cambia el tiempo en primavera, día claro y agradable en Urbia con todo el cresterío en frente, Aizkorri el último y Aratz apartado, al fondo a la derecha.



Pero si alguno nos las prometíamos felices en la larga bajada hasta Zegama, todavía quedaba mucha tela por cortar. Tras las primeras piedras vamos entrando en los enormes hayedos donde no hay vegetación porque no entra la luz del sol, pero sí el agua de la lluvia y del deshielo, y el barro, el fango, se instala perenne, en la vida había visto un barrizal como este, avanzan los km y ya no sabes si reír, llorar o qué, sin escapatoria, sin alternativa, a veces no hay otra que sentarse y dejarse caer en tobogán,



en otra la zapa se quedó clavada en el fango y tuve que volver a rescatarla, a esas alturas ya ni me podía agachar para calzarme, solo varios km más abajo la pista, irregular entre charcos, arroyos, barrizal, ramaje, empezaba a dejar correr, gracias a la gravedad trotaba, pero nada de velocidad, piernas agarrotadas, poca movilidad, al pisar con determinación un charco profundo pierdo pie y me voy de cabeza     aterrizando a cuatro patas, la nariz a ras de tierra juzga pasable el olor de la pocilga, ja ja ja, digno de vídeos de primera, me levanto, no hay daños, cuando creo que queda poco y la pista irá a mejor, vuelta por sendero embarrado, uff, al fin aparecen casas y pista cementada, km41, es la primera vez en toda la carrera que estoy seguro de acabar, me quito toda la ropa que me sobra, acelero y entro en el pueblo dispuesto a saborear la llegada.



No hay mucha gente ya esperando bajo la lluvia, pero se multiplican con el ruido y la algarabía, y no es para menos, la mayoría entraron bastante antes, también exhaustos,



la simpática y decidida Laurent Jeska llegó a ponerse primera por momentos para llegar cuarta, llorando, sin fuerzas,



y yo crucé al fin la meta, feliz, exhausto, exhausto, feliz, me ofrecen bebida, comida, lo intento, no puedo, me siento, algo me sube por el pecho y rompo a llorar de la emoción, toda la tensión, el esfuerzo, la alegría,  se descargan, muchos años con la ilusión de correr esta carrera por estos montes emblemáticos para mi, lo conseguí, lo sufrí, lo disfruté, nunca lo olvidaré.
Dedicado a Aran, in memoriam.

13.5.12

La ciencia y la vida (V. Fuster & J.L. Sampedro, 2008)


Conocimiento, diálogo, experiencias, reflexión, acerca de... la vida. Lo mejor que puedo decir de la lectura de este libro es que me ha dado unas pocas ideas para seguir aprendiendo y evolucionando, amén de nuevos e interesantes conocimientos. Gracias, pareja ;-)