30.11.08. Nublado y con fuerte viento en el Boulevard. Desayuno, leo un rato y salgo hacia Anoeta dando 1 largo paseo. A última hora decido salir de negro con malla pirata y camiseta de manga larga. El buff rojo en la cabeza y las Saucony Tangent2 en los pies. El ambiente se anima delante del estadio. Caliento y estiro, poco y suave. Voy a la salida y me coloco en las primeras filas. Estoy tranquilo y concentrado, deseando ya que empiece.
Hace 4 años estuve aquí en mi primer maratón de la era moderna. Quería bajar de 3:30 y bajé de 3:15. Ya tenía ganas de volver y de estar de nuevo a la altura de esta fenomenal prueba, tanto por el lugar como por el ambiente, la organización y el alto nivel.
Puntualidad suiza. Como salgo delante todo empieza fluido. Por no hacer de tapón me dejo llevar a ritmo alegre. El cielo sigue encapotado y la mañana despunta lentamente. Se me ve el 3º por la izquierda, con mi casquete rojo:
Voy muy concentrado en mi ritmo y algo obsesionado con meterme en 1 grupo que me refugie del fuerte viento emboscado en ciertos cruces y avenidas. Decido estar lo menos pendiente posible del reloj y de los kilómetros, algo que puede llegar a obsesionar y condicionar en 1 carrera tan larga.
Entretenido en asegurarme aliados se pasa rápido la vuelta corta de 5km (20:34). Se entra por detrás al precioso estadio de Anoeta (ligera reflexión acerca de cuánta gente tiene + de lo que se merece) y siguiendo la pista de atletismo se sale de nuevo camino del centro de la ciudad.
Siendo tan largo el recorrido hay zonas con más público que otras, y esta es 1 de ellas. Nos cruzamos con los más atrasados, y la afición nos hace sentirnos a todos importantes. En mi grupo me escondo detrás de 2 colegas con camiseta roja que me marcan el ritmo y me cortan el aire:
En el km 8 llegamos a la zona de La Concha y el Boulevard. El viento racheado me pilla en buen refugio. Las gacelas negras de cabeza se nos cruzan. Los primeros son pocos y desperdigados, a merced del viento. Luego ya se ve enseguida que todo el que puede se agrupa. Como Juanjo, con quien me cruzo a la altura del Kursaal. Al poco yo también giro para pasar por el km10 en 40:58.
Y a dar 1 paseíto por la Playa de La Concha. El mar está revuelto con la marea alta. El público anima y yo me encuentro bien. La velocidad es un poco alta, pero miro atrás y hay 1 vacío. Será lo mejor seguir en el grupito.
Túnel de Miramar y entramos por Ondarreta hacia la Ciudad Universitaria. Luego la zona tonta, sinuosa, de 3km por polígono. Al girar en el km16 nos cruzamos con la gran manifestación tras la pancarta 3h que nos persigue. Les mantenemos a raya. Y de vuelta a la ciudad. Han caído unas gotitas de aviso y mi grupito empieza a disgregarse. Algunos deciden aumentar el ritmo, otros seguirles. Yo mantengo la marcha igual pero a costa de quedarme a ratos solo contra el viento. La sensación es bien diferente entre ir solo o ir resguardado.
Con el km20 dejamos la playa y entramos por Amara Viejo. Amaina el viento y el calor del público ayuda a mantener el paso vivo. Paso bajo la pancarta de 1/2 maratón y miro por 2ª vez el reloj (1:26:37). ¡Y me asusto!
Pocas veces he corrido 1/2 maratón a esta velocidad. De hecho todavía hace 2 meses corrí la media de Valladolid a tope y tardé unos segundos más. Mi previsión más arriesgada era pasar en 1:28, así que me parece que me la estoy jugando. Todavía queda un mundo y aquí los fallos se pagan caro. En fin, a lo hecho pecho. Me sigo encontrando bien e intentaré ser prudente. Más ahora que no tengo grupo. Pasado el km 23 vuelvo a pasar por el estadio de la Real Sociedad camino de la última gran vuelta. Ojalá llegue aquí antes de las 12h y en buenas condiciones. Me pilla 1 grupito con David Roures a la cabeza y salgo con ellos del estadio.
De nuevo hacia el centro, paso por Amara Nuevo y en el km25 marco 1:43:03. No tengo ya la mente lúcida para saber si voy rápido, flojeando o qué. Ni me fijo en los carteles de kms. Solo sé que conozco el recorrido y me queda completar otra vuelta. Y que lo veo posible.
El esfuerzo empieza a notarse 1 poco. Yendo casi solo me veo aflojar algo, casi sin querer. Pero en el km26 llega mi salvación. Viniendo desde atrás, se pone a mi altura la 4ª corredora femenina, la norteamericana nacionalizada boliviana Agnes Kay Eppers Reynders, con sus oscuras trenzas. Entre que vamos y volvemos por el puente del Urumea va quedando claro que llevamos fuerzas parejas. Así que cuando uno flojea otro pone el ritmo. Cuando el viento empuja nos ayudamos. Y así, con ocasionales aliados, iremos avanzando kilómetros sin mayores daños.
El 2º paso por el polígono nos pilla en los momentos + delicados, pero ya veo claro que el pelotón de 3h lo va a llevar crudo si quiere pillarnos. Empieza a llover. Y esta vez a más.
El km 35 lo paso en 2:25:35. Todavía queda más de lo que parece, el ritmo es más lento, pero 1 parte de mí rebosa optimismo y determinación. La otra me cuenta que la cadera y las piernas duelen cada vez más, que la zancada se acorta, la movilidad se reduce, la incertidumbre acerca de los calambres aumenta. Yo me concentro en ir con mi compi, aguantar 1 ritmo digno, pensar lo menos posible y dejar pasar los kilómetros. Los cuales, en todo caso, empiezan a hacerse eternos.
Pero esta vez estoy bien preparado y con confianza. Solventamos bien la vuelta y cuando llega el km 38 sé que todo va a ir de perlas. Volvemos a entrar en las calles y el público nos hace flotar. Adelantamos a algunos de los valientes que había perdido de vista tiempo ha. Ir dejando atrás atletas de esta fueza y envergadura supone 1 gran ánimo:
Al llegar a Amara Nuevo y ver el cartel de km 40 (2:47:33) la satisfacción era enorme. La carrera ya está hecha y solo queda disfrutar a tope el final. Ahora sí que empiezo a alargar 1 poco la zancada y apretar el ritmo. Agnes Kay se queda y yo meto el turbo-diesel camino de Anoeta:
Los 2 últimos km son caóticos. Unos que llegan a duras penas, otros al tran-tran, alguno tiene reservado 1 poderoso sprint. Yo voy en progresión y disfruto a tope la vuelta del estadio. Entro en meta eufórico, brazos en alto, como si hubiera ganado. 2:56:43. Espléndido. Ni en sueños hubiera imaginado 1 carrera mejor.
Han pasado 3 años y medio desde que hice 2:59:19 en Vitoria-Gasteiz. Aquello fue la bomba e inesperado (llevaba poco más de 1 año entrenando). Repetirlo ya sabía que iba a ser muy difícil. Los años pasan y preparar bien un maratón es largo y duro para el cuerpo. No es difícil lesionarse. Y aunque te hayas preparado bien, cualquier detalle en carrera lo puede echar todo a perder, como esta primavera en París.Pero cuando consigues un sueño como éste la satisfacción es enorme y compensa con creces cualquier otro contratiempo. Especialmente si tu pasión es, simplemente, correr... esa otra manera de ver el mundo y la naturaleza, de compartir y sobre todo de conocerte a tí mismo.
193º veterano 35+
312º general de 3.330 corredores
Qué nivelazo tiene este maratón, casi 500 corredores han bajado de 3h.
Agur.