2.12.14

Donostia Marathon 10. La carrera

Much ado about Nothing

O sea, lo que viene a ser un bluff. Mucho hablar, mucho entrenar, mucho especular... al final para nada. Con cualquier otro sería más comedido, aunque solo fuera por respeto y buena educación. Pero conmigo mismo no tengo necesidad de poner paños calientes... un fraude de carrera, tal cual. Vergonzoso.

Salí a 4:06, ritmo para el que había entrenado. Cómodo. Y poco a poco, paulatinamente, fui acomodándome cada vez más. Al paso por el km 10 seguía muy cómodo, demasiado. El ritmo medio estaba en 4:10, que me parecía fantástico, dada la facilidad con la que iba. Mientras tanto, era interminable el reguero de corredores que me adelantaba.

Y ya no volví a mirar el reloj de pulsera en toda la carrera. Corría por sensaciones, a saber:
   - mejor voy tranquilito que hay que guardar las piernas para el final;
   - lo fácil que respiro y la ventaja que le llevo al pelotón de 3h;
   - para qué voy a apretar más, todavía no me apetece;
   - adónde va toda esta gente con tanta decisión, van a petar;


   - qué aburrido es el maratón, tanto rato corriendo despacio para luego quedarte sin fuerzas;
   - me falla la zancada, me duele la cadera y todo por detrás hasta las rodillas;
   - casi una hora y media al paso por mitad de carrera, voy tan sobrado que seguro que hago una segunda parte mucho más rápida;
   - no sé si no me apetece o es que no puedo;
   - cada vez me adelantan más y más rápido, voy lentísimo;
   - ni fuerzas ni ganas de seguir al globo de 3h, que se aleja raudo;
   - no me paro porque sería todavía más aburrido volver andando;
   - cuánta gente animando en el último km; habrá que acelerar, por vergüenza;
   - las patas duras y bloqueadas, pero en pocas carreras habré llegado tan fresco;
   - no me vuelven a ver en un marrón de estos;
   - al mal tiempo buena cara; pero esta me las pagarás, vago, conformista;
   - cualquiera de los 10 entrenamientos específicos de estas últimas semanas tuvo muchísimo más mérito que la pifia de hoy.

Tiempo final: 3h13m40s
Entre 15 y 20 minutos que le robé a la carrera para mi propia desidia.
Aitzakiarik ez.
Pas d´excuses.

20.11.14

Donostia Marathon 9. Las dudas

Seis semanas, 10 entrenamientos específicos. Todo el pescado vendido. ¿Y ahora, qué?
El domingo di una buena vuelta al bosque (16.5 km) con los colegas, muy relajado. En el segundo monte, con Verato, acabamos en progresión. Mientras tanto, nuestro compi PacoG se estaba marcando una estratosférica carrera en Valencia. Maratón a 4:00/km. Todo un sueño hecho realidad.
El martes al anochecer tenía el último entreno importante, y lo hice en la pista majariega. 15 km a 4:06/km observando las pulsaciones. Buena música y a dar vueltas como un ratón enjaulado. Al principio todo fenomenal, fácil, buenas sensaciones, si no fuera porque... el pulso es alto: 165ppm. Sigo. A mitad de recorrido voy bien, pero ya noto una pequeña dificultad para mantener el ritmo. Claro, el pulso anda en 170ppm.
Los últimos km me cuestan más. No demasiado, pero esto representa tan solo un fragmento de carrera, mal asunto. Las pulsaciones han subido más todavía, como si estuviera compitiendo en una de 10 km. En fin, acabo con sensaciones contradictorias. Como entrenamiento, fenomenal. Pero como proyección para el inminente maratón... un mar de dudas.


¿Puedo mantener 4:06/km como ritmo posible? ¿Debo rebajar un poco mis pretensiones? ¿Un mucho? ¿Me pondré gordo esta semana? ¿Pillaré una gripe? Pánico, ja ja ja. Así es el maratón. Según se acerca el día, el coco empieza a dar vueltas y más vueltas. Todo es inseguridad, dudas, ansiedad. Por suerte, todo ello se borrará de un plumazo en la linea de salida.

14.11.14

Donostia Marathon 8. Tapering

Tras 5 semanas con entrenamientos específicos cara al Campeonato de España de Maratón (Donostia, 30.11.04) llega el momento de ir aflojando. Por una parte empezaré a disminuir el volumen de km. Por otra, voy centrando los ritmos hacia el objetivo. Es importante para mí notar que corro  a ritmo de maratón con fluidez y sin forzar el aparato locomotor. Y también lo es aproximarse al día de la carrera descansado y con todo el entrenamiento bien asimilado.

Esta semana me acerqué el martes a la pista. Nos juntamos unos cuantos colegas al anochecer a charlar y calentar. Luego cada uno tenía lo suyo. Yo quería correr un rato a 4:00/km (RM - 6´´). Me encontré bien a ese ritmo y fui completando vueltas. Al pasar por el km8 empecé a notar la zancada un poco forzada, así que decidí cortar a los 9 km. Muy bien me pareció, a solo dos días de haber corrido un medio maratón.


Hoy viernes tocaba el entrenamiento importante de la semana, aunque ya no tanto con lo del tapering. A estas alturas, son estas unas sesiones que me gusta hacer en condiciones estables y similares a las de carrera. Y el día se presentaba con un viento tremendo. Así que me fui directo al gimnasio para entrenar en la cinta rodante. Música setentera variada con predominio de The Marshall Tucker Band y a mirar por la ventana cómo se menean los árboles de la dehesa. Tres veces corrí 6 km a 14km/h (RM + 11´´). Con una pequeña pausa para beber agua. Se hace un poco largo, pero al final me quedé satisfecho. Las tres repeticiones me salieron con facilidad y no acabé ni cansado ni dolorido. Mañana mismo podría volver a entrenar fuerte, pero descansaré. Estamos ya en la fase de.... menos es más.

11.11.14

Donostia Marathon 7. Medio maratón Moratalaz

Hay que ir afinando y probando el ritmo maratón. Y qué mejor ocasión que aprovechar la celebración de esta veterana carrera. La mañana salió buena. Pulsómetro y música de Miles Davis. A correr.
Al poco de empezar, una buena bajada. Seguida de una subida prolongada. Este va a ser la tónica de la carrera, pero no es importante para la ocasión. Voy ajustando el ritmo y consigo estabilizarme en una media de 4:04/km aproximadamente. Tira millas.
Me encuentro bien. Mediada la segunda vuelta veo que hay que espabilar un poco para que el ritmo no ceda. Eso quiere decir que las pulsaciones suben y empieza a notarse el esfuerzo. Me quedo solo con un chaval que va con ritmo animado. Según se acerca el final de carrera aprieto un poco más para acabar con sensación de fuerza. Bien. Pero tampoco se nota mucho en el crono. 4:04 igual al acabar. A costa de pusaciones altas.
Contento por la poca dificultad para correr a este ritmo. Pero esto es solo medio maratón. Hacer un maratón entero así, hoy por hoy, lo veo imposible. Por otra parte, las molestias que me aparecen en la zona isquiotibial y del vasto interno (pierna derecha) son justo las que me acaban arruinando todos los maratones en la segunda mitad.
En fin. Para ello entreno. Si sale bien, genial. Y si sale mal, ya estaba avisado. Lo tengo asumido desde que me decidí a presentarme en la salida. Ahí seguimos :-))

5.11.14

Donostia marathon 6. El monte de Boadilla

El monte bajo de Boadilla es un paraíso enorme de pinos y encinas, lleno de caminos. Es mi lugar habitual de entrenamiento, pues me pilla muy cerca de casa. 
El domingo pasado aproveché la salida habitual con colegas para rodar 18 km tranquilamente, charlando y disfrutando de este regalo de la naturaleza.
Los lunes apenas consigo un ratito libre. Salí muy despacio para trotar 8 km. Al fin cambió el tiempo y saqué la manga larga.
El martes nada. Me levanté mareado y con mal cuerpo. Decidí descansar. Tampoco hubiera podido hacer otra cosa.
Hoy ya estaba bien. Fresquito y un molesto viento norte. Para estos casos, nada como un cortavientos. Salí decidido a cumplir con el objetivo que me había programado: 25 km a 4:22/km.
Hay que seguir insistiendo en lo más difícil, correr rápido durante mucho tiempo.



Como en el monte hay muchos y variados desniveles, es difícil llevar un ritmo regular. Pero está claro lo que hay que hacer en todo momento: ir rapidito guardando siempre una marcha para no pinchar.
Entretenido con la música de Paul Weller y Natalie Merchant iba sumando kilómetros. A partir del km 15 empieza uno a notar de verdad qué tal. Y el caso es que bien. Mejor incluso que el viernes pasado. El firme de tierra tracciona peor, pero quizá castigue menos las articulaciones. El caso es que las piernas, pese a perder un poco la compostura, seguían manteniendo el ritmo con bastante solvencia.
Así que esta vez no se me hizo demasiado largo completar el tirón. Sin agua ni nada. 25 km a 4:22. Clavado. A comer ensalada, pasta y pavo. Hay que recuperar energías. Lo mejor, que no se me han quedado las piernas especialmente doloridas ni agarrotadas. Muy contento, pues.
Ahora a recuperar, que el domingo iré a Moratalaz a correr su antiquísimo medio maratón. Seguimos.



1.11.14

Donostia Marathon 5. Vía Verde del Tajuña

Un mes queda para el maratón. Habrá que ir haciendo cositas parecidas. Carrera larga, terreno liso asfaltado, ritmillo curioso, zapas de carrera, no music, reloj y ritmo.
Se me ocurrió ir hasta Perales de Tajuña, a más de 60km de casa. De allí y hacia Carabaña discurre parte de la Vía Verde del río Tajuña. Un carril bici campestre, bastante llano, muy tranquilo. El atardecer precioso. Sol y calor sin agobios. 


Salgo animado a 4:15. Suelto un poco, que esto va para largo, y estabilizo el ritmo medio en 4:22. Apenas encuentro algún que otro ciclista. El primer tramo, hasta la altura de Tielmes, tiene 2,5 km. Luego el campo se vuelve más solitario hasta Carabaña, km 10. Sigo un poco más dirección Orusco, pero veo que la ruta empieza a subir. Así que en el km 11 doy media vuelta.
Ya de cara al último sol de la tarde corro muy a gusto y el ritmo va subiendo hasta estabilizarse en 4:18. El objetivo para hoy era en realidad rondar el 4:26. Pero ya no tiene mucho sentido aflojar deliberadamente. Cuando llego al punto de partida son 22 km y me encuentro todavía muy entero. Aprovecho para beber agua, que llevaba en el coche. Y doy media vuelta para llegarme de nuevo a Tielmes y así completar 27 km.
Claro que notaba mayor dificultad en las piernas con los últimos kilómetros. Y también ese asomo de tedio pensando por qué no te paras, quién te manda correr y correr sin fin. Pero seguí al mismo ritmo sin gran dificultad, y la satisfacción al acabar fue muy grande. Fenomenal entrenamiento. Ya no paso de 30 km pero, a cambio, el ritmo se va intensificando para acercarse al de carrera.



27.10.14

Donostia Marathon 4. Media Maratón Ciudad de Cuenca

Tras el duro entrenamiento del martes dediqué el resto de la semana a recuperar. Solo salí jueves y viernes para hacer 12 km con algunos cambios de ritmo improvisados. Porque este domingo estaba reservado para el turismo-running. Una visita a conocer Cuenca, aprovechando que celebraban un medio maratón.
Y el día empezó al revés. Primero me perdí en la carretera. Se me pasó la desviación a Cuenca y casi aparezco en Albacete. Cuando llegué a la ciudad me encontré con el gran Chulipan, que me indicó por dónde subir al barrio del Castillo, la zona de salida. Allí recogí el dorsal, me lo puse al revés. A falta de escasos segundos para dar la salida, me doy cuenta de que también estaba al revés la camiseta. Claro, se me hacía raro una camiseta de tirantes hasta el cuello. Y por detrás enseñando la espalda, ja ja ja. En fin, así se quedó.
Salida rápida, cuesta abajo. Y se me cae la llave del coche que estaba en el bolsillo. Entre que me doy cuenta, me vuelvo esquivando la manada de corredores que me arrollaban, rescato la llave y tal, se me pasa un ratillo. En fin, esos fueron todos los percances. Tampoco es para tanto.




La carrera era muy entretenida. Primero una larga bajada por carretera hacia el río. Luego un sendero de tierra, a ratos muy estrecho, con diversos repechos, bajando el río Júcar. Todo el rato adelantando más y más corredores, a consecuencia del percance en la salida. En el km 8 se cruza el río para salir de la ciudad por la orilla contraria. Esta vez se trata de un ancho carril bici paralelo a la carretera. 5,5 km un tanto monótonos y más bien subiendo. Por suerte me alié con otro y fuimos mano a mano a buen ritmo, así se hizo más llevadero.
Tras una fea pirula volvimos a cruzar el Júcar para volver a la ciudad por el margen izquierdo. Por allí andaban estacionados los espectaculares coches de la subida a S. Isidro, esperando que pasáramos para correr su prueba. Y allá por el km 15 volvimos a enganchar con el sendero de la primera parte. Gracias al arbolado que siempre acompaña a los ríos conseguíamos algunos momentos de cierto frescor. Porque el día era muy caluroso, y teniendo en cuenta el cambio horario en realidad estábamos corriendo a mediodía.
Me encontraba bien, así que casi sin querer fui estirándome de nuevo y adelantando varios corredores en dificultades. Y ya llegando a la ciudad atrapé a un pequeño y simpático japonés (Shinichi Sasaki) que iba haciendo fotografías a diestro y siniestro, amén de saludando a todo el mundo. Creaba tanto ambiente que me quedé con él, y juntos atravesamos la parte baja de la ciudad camino de meta. Entramos por debajo de 1h25m y enseguida me agarró para hacernos un selfie. Todo un crack, el tío. Tercero y cuarto quedamos de nuestra categoría. Y treintaypico de la general. No está mal para dos viejales, el uno en plan reportero y el otro haciendo hambre antes del turisteo, ja ja ja.



El largo paseo por la Cuenca de la hoz del Huécar fue estupendo. Aunque me molesta tanta gente queriendo llegar en coche hasta la puerta de todos los sitios. Comí un menú manchego con vistas a la hoz y por la tarde me llegué hasta la Ciudad Encantada para pasear entre las espectaculares y caprichosas formas de roca calcárea. Vamos, un día completito.

23.10.14

Donostia Marathon 3. Resistencia

Nueve días más tarde, vuelvo al entrenamiento específico de resistencia. El que más me cuesta. Dos días atrás (domingo) ya hice 17 km en progresión con una media de 4:38. Pero lo de esta sesión es mucho más largo.
La tarde estaba tórrida, no es muy normal en pleno otoño llegar a 30ºC. Así que esperé al atardecer. Ropa y calzado de maratón, música-radio y el fore que me chiva el ritmo medio. A la calle.
Cogí camino del bosque por terreno llano y enseguida establecí un ritmo ligero, 4:31. Al entrar por la trasera de Palacio me crucé con PacoG. Caía la noche. Crucé a la zona norte bajo el puente y enseguida subí en oblícuo hasta seguir paralelo la Ctra. de Majadahonda. Poca visibilidad. Ni idea del ritmo. Supogo que más flojo, con tanta subida. Pero voy muy animado.
Después de la rotonda del osito verde la carretera se queda a oscuras y es muy peligrosa. Me meto por camino paralelo a la M50 pero es muy irregular y se ve fatal. Al fin encuentro un puente que cruza esta M50 y bajo al Hopital Puerta de Hierro. Es la zona nueva de Las Rejas, con calles iluminadas, anchas y de poco tráfico. La calle Isaac Albéniz discurre paralela al Club de Golf hasta que llego al Parque Cuesta del Reventón. Esta zona ya la conozco.
Cruzo el parque, el puente sobre la M503 y salgo a Mapfre en Monteclaro. Carril bici de subida hacia Majadahonda. Cuando llego al Parque de Colón hago una parada en una fuente a beber agua. Aprovecho también para quitar la música y poner la radio. Hay partidos de Champions: Oporto-Athletic y Barça-Ajax. Ya no voy muy fino. Llevo 1h20 y el ritmo a decaído a 4:40.
Cruzo el pueblo por la Gran Vía peatonal y todo recto hasta el límite con Las Rozas. Bastante gente trotando a estas horas por el carril. En bici nadie. Doy media vuelta, a ver por dónde vuelvo.
La zancada ya más torpe, regreso todo recto hasta El Carralero, luego paso el hospital y vuelvo a cruzar la M50 por el mismo puente de antes. Tras repetir el penoso tramo de tierra mala a oscuras, me meto por Valdecabañas hasta enganchar la amplia calle Playa del Saler que va hacia Boadilla. Apenas hay tráfico, pero el poco que hay no parece muy amable. Más de uno se pega al borde expulsándome de la calzada, cuando tienen autovía de doble carril. En fin.
Llevo más de dos horas corriendo, a ratos consigo acelerar. Me hubiera gustado acabar en progresión. Al cruzarme con la Avda. de las Lomas tomo hacia la carretera. Tras cruzar sobre los túneles, la cuesta arriba es impresionante. Me deja noqueado. Ya, por mucho que me esfuerce, el ritmo no pasa de atrancado. Entro en el pueblo, bajo siguiendo la vía del tren ligero y vuelvo para casa por donde había salido, Manuel de Falla.
33 km a 4:43 (85% RM)
Más lento y más difícil que hace 9 días. No importa, se trataba de hacerlo y cada día es distinto. Mañana no podré casi ni andar. Pero el jueves espero volver a los trotes. Me he apuntado al medio maratón de Cuenca el próximo domingo. A ver si recupero y saco allí otra buena sesión aprovechando la compañía.


18.10.14

Donostia Marathon 2. Extensión de la potencia aeróbica

Viernes 17 oct.
Entrenamientos específicos de maratón he programado cada 4 ó 5 días, pues necesito bastante recuperación entre medias. Estos días atrás troté con suavidad una ó dos horas, y el martes hice 7,5 km en la pista a ritmo objetivo de maratón (RM). El pulso un poco alto, así que por el momento mi RM es más quimera que realidad.
Este viernes volví a la pista majariega al atardecer. Al principio el bochorno era molesto, pero con la oscuridad también llegó un fresco agradable. Tenía claro el plan: alternar 1000m RM - 7s con 1000m RM + 7s. ¿Cuánto? Pues mínimo 12 km y máximo 16 km. Según sensaciones.
El principio fue cómodo. Y a no tardar, una sensación curiosa. El kilómetro de "recuperación" exige bastante intensidad. Ajustados pues los no tan diferentes ritmos, voy sumando kilómetros sin mayor contratiempo.
Pasada la decena, se incorpora Pabli. Inestimable ayuda psicológica. Con frecuencia hay que frenar, pues el uno por el otro nos animamos sin querer más de la cuenta. Así que, con sorprendente facilidad, me planto en el máximo previsto, 16 km. Fenomenal. Y por lo que veo después, las pulsaciones se han mantenido algo más controladas que el martes. No es lo ideal, pero... mejorando que es gerundio, LOL.
Tranquilidad y buenos alimentos, pues, hasta el próximo martes, que volveré a la kilometrada de resistencia. Por suerte, todavía a un ritmo no muy intenso (85-90 % RM).

13.10.14

Donostia Marathon 1. Resistencia

La preparación del medio maratón que corrí el domingo pasado en Talavera fue buena y no me dejó saturado, de eso se trataba. Carrera bisagra, pues. Fin de un ciclo y principio de otro. En el horizonte, el Campeonato de España de Maratón que, al igual que el año pasado, se celebrará a finales de noviembre en mi lugar preferido, Donostia.
El de San Sebastián es el maratón que más veces he corrido y donde tengo mi mejor marca (2:54:01 en 2011). Esta será, espero, mi quinta participación en los últimos 10 años.

Hoy he entrenado la resistencia. Se trataba de poner un ritmo ligero y cómodo al mismo tiempo. Unos 30s/km más lento que el ritmo objetivo del maratón. Y hacer kilómetros. Cuantos más, mejor.
Anoche hubo tormenta, y esta mañana el monte de Boadilla estaba límpido, fresco, blando. Me lancé a la calle al amanecer vestido de corto, bidón en ristre. Enseguida puse la marcheta conveniente y a sumar. Me encontraba bien, teniendo en cuenta que apenas día y medio atrás había tenido carrera.
Entré al bosque por la barrera sur, siguiendo la tapia de los jardines del palacio. El terreno perfecto. La tierra blanda pero compacta, apenas charcos ni barro resbaladizo. Del arroyo de la Fresneda, casi siempre seco, llegaba el rumor de la corriente. Por evitar un rato las cuestas seguí por el árbol caído hacia el polideportivo. El cruce de la carretera para pasar al sector norte es por debajo del puente, y hoy estaba claro que el caudal impediría el cruce. Busqué otra alternativa y enfilé el camino hacia el golf, rodeando todo el bosque y volviendo junto a la carretera de Majadahonda.
Para cuando llegué a la fuente del palacio llevaba ya 14,5 km a 4:32/km. Allí estaban todos los colegas, a punto de salir en grupo para el entreno dominical. No fui muy educado, saludé lo justo y me adelanté un poco retomando el ritmo. Así hasta el alto de Tarabussi, donde esperaba PacoG con intenciones parecidas a las mías. Me fui con él siguiendo la valla y hasta lo alto de Montepríncipe. Aprovechamos para cruzar por arriba de nuevo a la zona norte y volví a hacer por segunda vez el mismo recorrido. Me quedé solo, pues PacoG iba en progresión.
Los últimos kilómetros, ya por arriba, dolían. Cadera, piernas, empezaban a agarrotarse y a doler. Pero a la vista del final todo es más llevadero. Pasé por el pueblo a saludar y despedirme y completé el objetivo camino de casa. 2h25 a 4:34/km para un total de 31,75 km y 149 ppm. Objetivo cumplido. No es más que el primer paso, pero ya está dado.

11.10.14

Carrera nocturna Boadilla del Monte 10.10.14

Después del exitazo de la semana pasada, y tras una semana de suaves entrenamientos, este viernes me acerqué a la primera edición de esta carrera que transcurre por las calles del pueblo en el que resido. Bonita ocasión para ayudar a la Fundación ALMAR, dedicada a las personas que padecen ataxia de Friedreich, una grave enfermedad neurodegenerativa. Y, por supuesto, para correr y pasar un rato agradable en compañía de los colegas.
Nada más anochecer salimos algunos centenares desde el Palacio, directamente cuesta arriba, hacia el Instituto. Gutial se fue tras el pelotón delantero, mientras PacoG y yo arrancábamos ligeros pero con el punto de prudencia que se nos presume a los veteranos. Por detrás los colegas globeros, en labores de ayuda marcando diferentes ritmos.
Bajada hasta el puente de la M50, vuelta a subir (gracias a Troncha por los ánimos) y giro a la derecha para enfilar Infante D. Luis, zona comercial. Pero tampoco por allí había apenas público animando. PacoG y yo vamos poco a poco adelantando posiciones. Al llegar al túnel bajo la Ctra. de Brunete le dejo marchar, pues si me empeño en mantener ese ritmo pronto lo pagaría. Me dedico, pues, a buscar mi propia marcha, que casualmente coincide con la de un chaval que llevo por delante, siempre a unos 25m.
Así nos adentramos por la zona de Las Viñas, de nuevo subiendo, hasta que veo llegar la cabeza de carrera que vuelve. No queda más que la empinada bajada del colegio Casvi para dar media vuelta y repetir el recorrido, esta vez en sentido contrario. Cuento los corredores que se van cruzando y voy el decimoquinto. PacoG, dos puestos por delante, va ampliando su ventaja. Y Gutial, bien colocado, seguro que acabará entre los primeros.
Ya de vuelta, nadie parece recortarme por detrás. Durante mucho rato me voy cruzando con los demás corredores, a veces saludando, y siempre siguiendo el ritmo que marca el chaval que me precede. Y al fin llega la parte decisiva. Subiendo desde la M50 hacia el Insti aprieto hasta llegar a la altura de mi "rival". Jadea fuerte, así que decido atacar cuanto antes. Y consigo soltarle antes de la fuerte bajada por Mártires. Rotonda y arco de meta de nuevo en el Palacio.
Entro por debajo de 34 minutos tras 8.8 km de carrera. Puesto 12 y 2º veterano tras PacoG. La organización, caótica. Pero bueno, cerca de casa y entre amigos todo es más fácil y entretenido.

7.10.14

Media Maratón Ciudad de Talavera 05.10.14

Sorpresa, y muy grata. He rebajado unos segundos mi marca en medio maratón hasta 1h y 22m pelaos. Para nada me lo esperaba.
Es cierto que he preparado esta carrera durante 6 semanas, pero sin gran pretensión. Más bien como excusa para rebajar el alto kilometraje del verano, que me hizo sentir lento y cargado.
Y también reconozco que me encontraba bastante en forma, pero no como para devorar un km tras otro al ritmo de 3:53 - 3:54 / km.
En realidad mi intención era salir a 4:00 y ver si conseguía aguantar ese ritmo hasta el km 15 o así. Luego, pues ya se vería.
En Talavera la mañana estaba espléndida, un poco calurosa para mi gusto. El circuito es muy llano a la par que revirado, con continuos cambios bruscos de sentido, de los de parar y volver a arrancar.
Carrera a dos vueltas. En la primera me voy aclopando a distintos grupos que me llevan cómodo. Ya veo que vamos a 3 cincuentaypoco. Por delante, uno que imagino será de mi categoría de edad, así que no freno, por no perderlo de vista.
Al acercarse el km 10 muchos aceleran, seguro se habían apuntado a una vuelta. Paso pues el 10 en 38:45 y de repente me veo prácticamente solo para la segunda vuelta. Apenas 2 corredores a la vista, a unos 100m. Uno es el que iba controlando. Me encuentro muy a gusto en estos ritmos, los km se me hacen cortos, así que, sin prisa pero sin pausa, voy recortando distancias.
Sobre el km 15 le doy alcance, pero al verme se pega como una lapa. También debe reconocerme como directo rival, pues en los cambios de sentido es fácil apreciar el aspecto de los demás corredores. Por delante no hay nadie de nuestra edad, y por detrás el siguiente transita algo distanciado.
Mi confianza va en aumento, vamos corriendo a la par o en relevos, difícil imaginar un compañero mejor. Y no será hasta el km 18, tras un tramo en ligera subida, cuando aparezcan las dificultades. Las pulsaciones suben y resulta difícil mantener un ritmo sub 4´ / km.
Pero ya falta poco, así que no será necesario sufrir demasiado para redondear una estupenda carrera. Seguimos mano a mano hasta la última recta, a falta del sprint. Gano por poquito, y al levantar la cabeza veo el reloj de meta que acaba de doblar el minuto 22. Madre mía, si encima he conseguido marca. Poco antes me había hecho a la idea de entrar sobre 22:30 aproximadamente. Por suerte los cálculos en carrera no son mi fuerte. Y el arreón final también ayudaría.
Felicitaciones y abrazos con mi compi de carrera, y en esas resulta que, en realidad, por poca cosa disputábamos, pues él era 5 años más joven. Mejor no haberlo sabido antes, la rivalidad nos ha benecifiado a los dos.
Contentísimo sobre todo con la marca, y también por la victoria en mi categoría de veteranos, me dedico, pues, a trotar, beber, llamar a los colegas para compartir mi alegría, animar en las carreras infantiles, así hasta la hora de la entrega de trofeos. Un pedazo de jarrón de cerámica, no importa que luego no sepa qué hacer con él.
Y nada más, ya había estado aquí hace unos pocos años y también entonces conseguí mejorar marca. Así que no puedo más que estar agradecido a los organizadores de esta carrera, sencilla y con un bonito ambiente.

17.9.14

10 km Valdemorillo 14.09.14

Cuatro meses sin competir, ya tenía ganas. Hice muchos km este verano, con calor y humedad: Zarautz, Amsterdam, Torremolinos, Landas... Un poco saturado, he bajado el volumen de entrenamientos. Pero a cambio habrá que recuperar algo de ritmo. 
Para despedir el verano he ido a Valdemorillo, a ponerme las pilas. Calor y fuertes cuestas, lo que pierdo subiendo no puedo luego compensarlo en la bajada. Pero el crono no importa hoy.
Carrera a dos vueltas. En la primera salgo por detrás del pelotoncillo principal y voy poco a poco adelantando posiciones. En la segunda arranco en sexta posición. Veo a dos por delante, lejos. Uno parece ir algo atrancado, ya le pillaré. He regulado bien, así que por detrás nadie me persigue. 
Con cuestas y todo, me sale lo que quería. Buen ritmo de carrera y un puntito en la reserva. La llegada es agradable cuesta abajo.


Quedé quinto y primer veterano 50+ así que me dieron un trofeo que agradecí gustosamente. Ahora a entrenar con un poco más de intención, a ver qué tal se dan las carreras de otoño.



31.8.14

Literatura de verano 2014

Este verano he leído bastante; ayudaron el mucho tiempo libre y la escasa conexión a internet. Voy a dejar aquí una pequeña reseña para no olvidar esas lecturas.

Éric Rohmer. Comédies et proverbes: 1981 La Femme de l´aviateur. 1982 Le Beau mariage. 1982 Pauline à la plage.
Guión teatral de las tres películas. Ya los había leído el verano pasado, pero no me cansa repetir. Ni los guiones ni las pelis.

Alexandre Dumas. Los caballeros templarios.
Un buen número de significados caballeros del Temple son detenidos en Francia a comienzos del siglo XIV. Será el principio del fin de la Orden.

John Steinbeck. La perla (1947).
La historia de Kino y su codiciada y maldita perla esperó pacientemente su turno más de 30 años. Al fin le tocó.

Ernest Hemingway (1899-1961). Cuentos completos.
Una delicia. Muchísimos cuentos y la mayoría memorables. Bastantes ya conocía, y otros muy buenos he leído por vez primera. La próxima vez será en inglés.

Truman Capote. A sangre fría (1966).
Una novela que me causó una profunda impresión cuando la leí en plena adolescencia. Nancy Clutter me tenía enamorado. Pues conserva toda su fuerza, y la he vuelto a devorar con avidez.

Tom Wolfe. Bloody Miami (2012).
Muy divertida, como la anterior (Soy Charlotte Simmons).

Ernest Hemingway. 1926 Aguas primaverales. 1926 Fiesta. 1929 Adiós a las armas. 1937 Tener y no tener.
Las cuatro primeras novelas. La fuerza de la prosa compensa el flojo control de la estructura.

11.6.14

XIII Cross Alpino del Telégrafo

Una chulada de carrera. Aunque en estas fechas el calor empieza a ser agobiante, en la sierra, de buena mañana, por bosques y riachuelos, el ambiente es estupendo. 
A las 8h despedimos a los valientes que partían para enfrentarse al duro Maratón Alpino (MAM). Parecían soldados camino de la guerra, con todos sus pertrechos (mochilas, bastones, bidones, geles, chubasqueros, qué sé yo) y mandando besos de despedida. 
Nos quedamos 305 para la carrera pequeña, que consiste básicamente en ir de Cercedilla al puerto de Navacerrada y volver, 17km con un desnivel acumulado de 1.600 m. Me coloco en la parte delantera, para evitar los atascos del inicio, pero no salgo nada rápido. Al revés, me lo tomo con calma, que ya voy teniendo experiencia en estas lides. Enseguida empiezan unos buenos repechos, camino del embalse de Navalmedio. Voy adelantando posiciones poco a poco, y así sigo una vez nos adentramos en el bosque. Por una orilla o por la otra, remontamos junto a un arroyo camino del puerto de Navacerrada. Senderos estrechos, variados, cada vez más empinados. 



El tramo final de bosque lo hago junto a la primera chica, que marca un fuerte ritmo. Es el único momento en toda la carrera exigiéndome. Desde el puerto hasta el alto del Telégrafo se sube andando. Primero siguiendo la pista de ski y luego trepando por rocas como las cabras. Coronamos un grupito de tres: otro colega cincuentón, la chavala y servidor cerrando grupo en el puesto 21 de la general.
Le comento a la chica que lleva bastante ventaja sobre la segunda. Me dice que ha subido muy fuerte porque tiene que bajar forzosamente despacio, que es su primera carrera de montaña y no le interesa cargarse demasiado las piernas bajando, pues en una semana tiene el Cto. de España de Triatlón. Pues nada, le animo, me despido de ella y bajo en busca del otro colega.
La idea es bajar con precaución la primera mitad, con más desnivel, y apretar los últimos kilómetros, donde el sendero es ya menos técnico. En el puerto paro a beber y a la altura de la estación de tren entro de nuevo en el bosque. Un tramo bonito, pues al ser de doble sentido se va uno cruzando con el grueso del pelotón, que sube andando.
Ya más solos, en algún punto entre los km 10 y 12, en un tramo rápido de tierra, árboles y raíces, me tropiezo con una de ellas y me veo volando de cabeza. Ante la inminencia del aterrizaje volteo para no darme de piños. Aterrizo con manos, cabeza, espalda, cadera y el golpe más duro en las costillas. Menudo hostión. Grito, de susto y de dolor. Me quedo quieto, intentando notar si me he roto algo. Respiro bien. Empiezo a incorporarme, muy despacio. Los raspones ni se ven, cubiertos de tierra. El costado duele mucho, pincha por todos lados, pero por suerte nada agudo concreto. Quizá no me haya roto nada. 
Dos minutos más tarde decido seguir, despacio, y ver qué tal reacciono. Puedo. Cualquier saltito me hace ver las estrellas, así que intento bajar lo más sobrio posible. Cuando el terreno pierde algo de pendiente me da rabia no poder ir más rápido, pues de fuerzas voy fenomenal. Aún así me voy animando cada vez más, me reengancho a un grupito de buen ritmo y en la parte final vuelvo a recuperar varios puestos. 
Llego al pueblo dolorido pero contento, cruzo meta y me voy directo al servicio médico. Que no parece haber fisura o algo así, pero que me vaya tomando algo para el dolor porque las consecuencias del costalazo me van a perseguir mínimo varias semanas. Jódó. 
Con la ducha aparecen los raspones en cadera y escápula, muy vistoso, pero el trompazo está en el costado izquierdo y ese no se ve, pero duele. Y mucho. Salen las clasificaciones. 26º de la general y 1º de mi categoría, Veterano B Masculino. Uahhh, fenomenal. Muy contento. No me quedo para la entrega de trofeos y regalos, pues habría que esperar varias horas hasta la llegada de los maratonianos y tengo cierta prisa. 
Una pena el fallo de la caída, pero ya se pasará. Lo que queda es una carrera bonita y espectacular, de las de repetir.

26.5.14

Campeonato de Madrid de Carreras de Montaña (Navalafuente) 25.05.14

Navalafuente es un pequeño pueblo al pie de la sierra norte madrileña. Allí fuimos esta mañana Pepe Tronchamozas y un servidor con la intención de representar a nuestro club en el campeonato provincial de carreras de montaña.
La carrera tendría unos 12 km y pico y discurría por la ladera de la montaña. Corta y con poco desnivel, pues. Menos que la última de La Jarosa.
En la primera parte había subida y toboganes. Fui adelantando poco a poco posiciones hasta encontrarme estabilizado alrededor de un pequeño grupo. 
En la segunda mitad algunos tramos de bajada chula, estrechos, rápidos, no especialmente técnicos. O sea, divertidos. Y para acabar un buen trecho más llano donde había que tener ritmo, algo que ahora mismo no entreno. Pero he mantenido bien la posición.
Al final entré el 29 de la general y segundo de mi categoría, igualito que la otra semana en La Jarosa. Pero esta vez era un campeonato oficial y me llevé la medalla de plata.
Contento, pues. Y a seguir con carreritas de este tipo hasta principios del verano.




18.5.14

Vuelta a la Jarosa 10.05.14


Todo lo bueno y bonito que me habían contado de esta sencilla carrera se cumplió. Dos semanas antes estuve entrenando por esta zona y enseguida salieron a relucir sus virtudes: cuestas duras pero no tanto como para tener que subir andando, enormes pinares para resguardarse del sol vespertino, terreno poco técnico por el que lanzarse a tumba abierta en la bajada, el frescor de la sierra y el embalse...
Este año iban muchos compañeros, así que aproveché para disfrutar de la experiencia en grata compañía.

El asunto consistía básicamente en 2km bastante llanos por la zona de los merenderos y el embalse, 4 km de subida y otros 4 km de bajada. A pesar de salir bastante delante, el primer kilómetro estaba un poco atascado y no hacía más que pasar corredores de cualquier manera entre baches y pinos. En el segundo kilómetro, ya más plano, me junté con Rubén Verato, con quien compartí casi toda la carrera. El comienzo de la subida me pilló pues bien posicionado y ya no había manera de tomarse aquello con mucha calma, pues nunca da buena sensación perder posiciones. Además Rubén se iba adelantando, con lo que no había otra, habría que sufrir un poco.




Ritmo no tengo, pero aguante sí, con lo que todo consistía en tener un poco de paciencia y subir siempre con un puntito de contención para no quemarme. Rubén me marcaba el ritmo admirablemente, ni podía pillarle ni se me escapaba. La última parte de la subida era más fea, pues discurría por una carreterilla de mal asfalto con dos fuertes repechos. En el segundo cogí a Rubén, alcanzamos un prado y nos dispusimos a disfrutar de la bajada tendida.

Una gozada. La primera parte con más desnivel, y solo había que mantener la concentración para poder correr casi sin frenar. Luego el desnivel iba moderándose y hacían falta ya fuerzas y ritmo para mantener un poco de velocidad. Aquí fui adelantando a bastantes corredores, pues me encontraba fenomenal.



Y así conseguí acabar en menos de 45 minutos, contento con la experiencia y también con el resultado, quedé el 29 de 500 y además subí al podio de mi categoría para recoger un trofeo, digamos... feucho, ja ja.




¿Mis compis? Pues también corrieron, sí, unos se esforzaron más, otros menos, alguno se cayó, otros se hacían compañía, alguno lo pasó fatal, alguna también subió al podio... pero nada de eso era lo importante. Solo por ir tantos les adjudicaban dos jamones y el objetivo principal era hacer hambre para montar todo un chiringuito tras la carrera y ponerse morado, estos sí que saben ;-)



Aloñako X. Igoera 04.05.14


Eh, esto me suena, otro año más en la salida de la subida a Aloña. ¿Otro más? Nooooooo.... esta décima edición ha sido la caña. Una carrera más larga, más dura, más bonita (si cabe), más técnica, más.... ¡emocionante! Hay que venir y correr, no se puede explicar, hay que vivirlo... es toda una experiencia.



Los 300 privilegiados que pillamos dorsal a tiempo salimos disparados, entre la ilusión y la incertidumbre, rumbo a la preciosa sierra de Aloña, que así se ve desde el valle por su escarpada cara norte. ¿Seguro que hay caminos que bajan por ahí sin peligro de despeñarse? Vértigo me da. Pero si todos estos van, pues yo también.



La primera parte es como otros años: tras el sube-baja de Garagaltza subimos por pista embarrada hasta Urtiagain; trago de agua y a cruzar un poco más de bosque buscando la loma de hierba que lleva al alto de Belar. Voy a ritmo llevadero, pues esto va para largo.



La subida no es larga pero sí empinada, y mucha afición como siempre animando. Llegando a Belar se puede volver a correr un rato, pero en realidad dan ganas de parar a contemplar el paisaje.
Hace un par de semanas estuve aquí un atardecer, de paseo, e hice estas dos fotos:
   - de frente, toda la cresta de hierba que sube hasta la cruz; estampa emblemática de otros años, ahora un idílico prólogo;



   - mirando hacia abajo, la hermosa caída hacia el valle con el pueblo al fondo; de allí venimos dando un rodeo.


Pues ale, entre correr y andar, siempre animados por el gentío, consigo llegar a la cima del Gorgomendi salvando 1000 m de desnivel. Aquí hace un frío que pela, un viento helado.
Otros años el tema era rodear la cruz y volver a bajar. Pero esta vez nada de dar media vuelta, un paso al frente y rumbo a lo desconocido. Pero primero... otro traguito de agua.




Biennnn, buena noticia. Para ir a Buetraitz se evita el impracticable y peligroso cresterío de piedra caliza. La aproximación se hace bajando y subiendo por toda la hierba, qué gozada.



Ahora, coronar Buetraitz ya es otra cosa. Hay que trepar como las cabras, vale. ¿Pero arriba? Arriba da vértigo. Te esperan para validar el chip y te mandan por una ¿senda? de roca cortante y resbaladiza. Estrecho, muy estrecho, haciendo equilibrios, cuerdas para agarrarse no sea que te despeñes... vértigo no, miedo es lo que tengo. ¿Así hay que bajar? Voy super despacio, me agarro a cada roca como una lapa, si pruebo a bajar de cara resbalo, y cuando veo un pequeño escape me aparto para que me adelanten los jóvenes, mucho más atrevidos.



Y bueno, acabo escapando de allí con la firme intención de no volver jamás, ja ja ja. La siguiente cima es Akaitz, un poco más benevolente. Acercarse, subir, coronar, es precioso. Las vistas, sublimes. Pero lo de bajar por roca lo llevo fatal.
La foto siguiente está tomada desde la cumbre de Artzanburu, la última y más alta de la carrera. Akaitz se ve al final de la cresta y más aquí Arriurdiñ, tercera de las cimas.



Desde Arriurdiñ se desciende al collado de Biozkorna, cruce de caminos. A un lado la sierra de Aloña y al otro la de Aizkorri. Por un lado se baja hacia Oñati, por el otro hacia Arantzazu. Sí, por aquí nos lanzaremos ladera abajo en dirección al pueblo, pero antes partimos en sentido contrario hacia la majada de Ezkista.



Al fin un trecho de baja dificultad donde gozar corriendo en suave descenso. Un tramo precioso y conocido. En Ezkista me paro en el avituallamiento para tomar un gel muy espeso, plátano y agua. La última subida, la de Artzanburu, es por una larga loma herbosa.
Subiendo voy bien, tengo buen fondo. En los pocos momentos de baja pendiente voy rápido. Pero en las frecuentes bajadas técnicas pierdo minutos y minutos, me adelantan por decenas. Al menos este año vengo bien entrenado muscularmente para el monte y no sufro.


Desde la cumbre de Artzanburu no solo se ve la cresta por la que vinimos, sino también la impresionante caída hacia el valle con el pueblo abajo al fondo. Objetivo, volver hasta allí sano y salvo. Por el momento se interpone el descenso al collado de Biozkorna, no demasiado técnico pero sí muy duro por la gran inclinación de la pendiente. El ibón y la amplia y verde pradera asomándose al precipicio me esperan ahí abajo, que me matooooooooo.



Y de allí, a lanzarse por la cara norte de la sierra camino de los bosques que conducen al valle. Una bajada larguísima, muy variada, tensa, no muy técnica pero a cambio peligrosa. Descarnado camino con piedra suelta al principio, estrechísimo sendero con barro surcando el precipicio, lo más alucinante nunca sale en las fotos, hay que hacerlo.



Atravesando bosques es muy fácil darse una buena galleta. La pendiente y la moderada dificultad aparente incitan a la velocidad. Pero todo es engañoso, es difícil estar seguro de dónde pisas. Fango profundo, raíces camufladas entre mantas de hojarasca, barro-ski, en una de esas me vi volando de cabeza. Por suerte reaccioné rápido y evité el accidente con una caída más acrobática que dañina.
Todo un espectáculo de bajada, así lo iban comentando todos aquellos con los que iba coincidiendo. Y al fin, la entrada al pueblo y el callejeo hacia la plaza. Muchísima gente animando. Yo traía las piernas fuertes y aproveché el asfalto para coger velocidad y adelantar unas cuantas posiciones.... nada significativo con la que me había ido cayendo en las bajadas técnicas, 3 horas largas me llevó completar la excursión. Pero al menos crucé la meta fuerte, entero y... feliz.



Seguro que hay por el mundo muchas carreras bonitas, seguro que no soy objetivo hablando de la carrera de mi pueblo, pero a mi me parece lo más bonito que conozco. Ven y vívelo, no lo olvidarás.


19.4.14

Hoyo de Manzanares Trail Running 13.04.14

Una carrera bastante corta, 12 km, por unos caminos que ya conozco de entrenar por allí de vez en cuando. El perfil es bastante benevolente, apenas hay que subir andando ningún tramo, así que la participación fue espectacular a nivel popular. Y para rematar, un día soleado de primavera. Todo perfecto para disfrutar.

El primer km cruza el pueblo y sube hacia el camino que lleva a la zona de La Berzosa. Ese primer tramo sirve para que cada uno vaya cogiendo su ritmo y el pelotón se vaya estirando un poco. Giro a la izquierda y bajada rápida hacia el barrio, donde ya nos ponemos en fila de a uno:

 Al acercarnos a la zona urbanizada, giro a la derecha y volvemos a subir, un poco más tendido, para meternos de nuevo por el monte. Luego una rápida y preciosa bajada por sendas estrechas y algo reviradas. Corto repecho y enlazamos una buena pista de tierra y piedra que nos va devolviendo a la zona rocosa del primer giro:

Desde allí volvemos hacia Hoyo por la primera pista. Al llegar al pueblo enlazamos con otra que lo bordea por el oeste. Giro a la izquierda y empieza la última y larga subida por las faldas de la montaña. Se sube pero también se corre, así que es estupenda. Además, a estas alturas, los corredores con lo que voy está claro que somos de un nivel semejante, con lo que es más fácil mantener un buen ritmillo por aquello de mantener el tipo.
Al llegar por las alturas de la parte norte de Hoyo, giro a la derecha y entramos en una zona de pasto, en suave cuesta abajo, por caminos de tierra, hierba y barro. Esto fue lo más espectacular de la carrera, un grupito de cuatro totalmente lanzados dirección al pueblo y con muchas ganas de hacerse con el puesto. Yo iba siempre bien colocado y con un puntito de reserva, mi única preocupación era no torcerme un tobillo por lo irregular del suelo. Al acabar la zona de pasto había un muro de piedra que había que... ¡saltar! Por no perder comba apoyé una mano, salté, y con culazo incluido me vi ya lanzado por las calles de asfalto del pueblo. Ahora la cuesta sí era bien pronunciada. Momento de tensar la cuerda, adelantar, esprintar... y entrar en meta. Ja ja ja.... qué bien estuvo, los mismos que habíamos disputado el puesto como posesos estuvimos un rato charlando y riéndonos de lo bien que lo habíamos pasado. 


915 corredores entraron en meta, esta carrerita de primavera tiene una buena proyección popular, con una organización muy atenta y profesional. Yo tardé 54m52s (4´35´´/km de media). 46º de la general y 10º (de 142) veterano masculino 45+. 
Otra buena experiencia en mi preparación montañera.




9.4.14

Cross Alpino Cebrereño 6.04.14

Fenomenal experiencia. Estuve aquí hace 2 años con Swede y me había gustado la carrera. 20 km por media montaña acumulando unos 700 m de subida aproximadamente. Un buen paso para ir preparando la subida a Aloña dentro de un mes.
Llevo dos semanas de entrenamientos tras un mes de descanso y por el momento todo es rodaje suave y algún que otro sprint corto en cuesta. Así que esta carrera no es más que un entrenamiento de adaptación. Me puse en medio del pelotón y salí muy tranquilo, calentando. El día prometía mucho calor y yo iba entretenido con mi música. Al poco, cruzando un riachuelo, me fui de cabeza al agua, ja ja, así que espabilé de repente y empecé a adelantar posiciones poco a poco.
Y así fue toda la carrera, me acercaba a un grupito, me dejaba llevar un rato, y tiraba para adelante. Las subidas andando y en fila no me cansaban nada, así que en la segunda parte de la carrera, aprovechando las zonas en las que se podía correr, iba realmente rápido.
Ataqué en el último avituallamiento (vamos, que me lo salté, je je) y bajé la última garganta en solitario tan rápido como pude. A diferencia de la otra vez, abordé con fuerzas la última subida y disfruté la larga y algo peligrosa bajada final al pueblo.
Lo mejor, que me encontré muy entero en la llegada. Había tardado unos 5 minutos más que hace dos años, un poco menos de 2 horas, pero valió la pena ceder ese tiempo por las buenísimas sensaciones que me quedaron. En mi categoría quedé el 5º y en general llegué el treinta y pico, creo recordar. Muy contento.
Esta semana otra vez a rodar tranquilo, pues el domingo que viene tengo otra carrerita y esas son las que me están sirviendo como único entrenamiento de calidad semanal. No quiero más, pues mi prioridad esta primavera no es otra que acumular kilómetros y reforzar las patas. Por el momento ando todavía en 80 km / semana, veremos adónde llego.

25.3.14

Carrera de Montaña Peña del Águila 23.03.2014

En el último momento me acordé de lo que me había hablado Antonio Duquito en Sevilla, una carrera de montaña de 16 km en Collado-Villalba a beneficio de su vecino Joaquín, que sufrió un gravísimo percance el pasado verano. En su momento le dije que imposible, tras el maratón de Sevilla me tocaba un mes de descanso, justo hasta la fecha de la carrera.
En estas semanas sin correr he pasado bastantes ratos en el gimnasio, recuperando fuerza o leyendo Le rouge et le noir de Stendhal en la máquina elíptica, ja ja ja. También he subido a la sierra a andar por el monte: Hoyo de Manzanares, Machota Baja, Maliciosa y Guarramillas nevado... Y justo este pasado viernes, tras varias sesiones de fisioterapia orientadas a recuperar el maltrecho isquio-tibial derecho, me animé por fin a trotar un rato. Bajé al puente del Retamar en el río Guadarrama y de allí cogí un sendero que remonta el arroyo de Lazarejo hacia Punta Galea. Fueron 9 km muy suaves que me dejaron muy a gusto y... con ganas de más, je je.
Así que, pensando en hacer una pequeña salida al monte el domingo, me acordé de esta carrera. Y sin pensármelo mucho, me apunté. La semana pasada, disfrutando de la nieve, hacía un sol estupendo para anunciar la primavera. Este domingo, sin embargo, había vuelto el fresco, así que me puse manga larga, buff y guantes. Pero el día parecía estupendo para correr. En la salida me encontré con Duquito, y le dije que no se quedara conmigo. Me había pertrechado con el ipod, decidido a transitar en cola de pelotón lo más relajado posible.
Salimos del pueblo dirección sierra de Hoyo, una zona que no conozco pero muy cercana y similar a la que a veces frecuento desde La Berzosa. Caminos de tierra y piedra, muchas veces suelta, que van subiendo y subiendo poco a poco, zonas de sube y baja, y al final fuertes repechos, estrechos, profundos, parecen trincheras, donde es imposible adelantar. Eso me vino muy bien para no animarme más de la cuenta, con lo que fui llegando a las zonas más altas con poco desgaste.
Allí me encontré con Duquito y ya fuimos juntos la segunda parte, la última subida a la Peña del Águila y el fuerte descenso, con vistas espectaculares hacia La Pedriza por un lado y hacia la sierra de Guadarrama por el otro. Bajamos despacio, con mucha precaución, y solo al final llegando al pueblo estiramos un poco las piernas para acabar a buen ritmo.
La carrera había sido bien bonita. Durilla para el que saliera a disputarla. A mí me sentó fenomenal, y eso que tenía mis dudas. A pesar de no tener kilómetros en las piernas, me encontré muy a gusto, gracias a haber conseguido controlarme. Fenomenal entrenamiento, pues, para iniciar la temporada primaveral, que este año va a ser relajada y orientada a la media montaña.

9.3.14

Maratón de Sevilla 23.02.2014

Esto empezó nada más acabar el maratón de San Sebastián a finales de noviembre. Había entrenado bien, arriesgué, acabé perdiendo 5 minutos, hasta aquí todo normal. Sin embargo, una vez más, había tenido que parar por causa de una contractura en la parte posterior de la pierna derecha. Tanto entrenar para acabar siempre condicionado, año tras año, con el mismo problema. Decidí descansar una temporada del maratón y dedicar el año 2014 a otro tipo de objetivos.
Por otra parte, y por vez primera en varios años, salía de un maratón sin lesiones y con ganas de seguir entrenando. Se acercaba el invierno, los crosses, y tras un breve descanso no tardé en volver a las sesiones exigentes. De repente, surgió la posibilidad de correr el maratón de Sevilla en febrero. Sergio, un colega de Zaragoza que no iba a poder ir, dejaba libre dorsal y cama de hotel junto a una enorme tropa de amigos corredores. De la noche a la mañana pasé a estar inscrito y justificando nuevos planes.
Pensé que volver a correr un maratón en tan breve periodo de tiempo tendría una ventaja. La preparación sería deliberadamente corta y superficial. El ritmo de carrera, por tanto, también más modesto. Así, quería comprobar si al correr más lento el músculo dañado aguantaba más tiempo sin agarrotarse.
No hice una preparación específica. A mediado de enero encadené un par de semanas con bastantes kilómetros y algunas sesiones largas y suaves. El resto han sido mini preparaciones para las diversas carreras en las que he participado mientras tanto: crosses, San Silvestre, medio maratón, 3000 m .... vamos, de lo más variopinto. 
Siempre que hice algo fuerte o largo, acabé notando cierta molestia en la pierna, lo cual no me daba confianza para el maratón. Tres días antes de la carrera hablé de ello con mi fisioterapeuta. Me localizó una dolorosa sobrecarga en la zona profunda de los músculos isquiotibiales (semimembranoso y semitendinoso). Demasiado tarde para poder arreglar nada cara al inminente maratón, pero de vuelta del mismo seguro que atacamos el asunto con determinación.
El sábado trabajé toda la mañana y directo a Madrid Atocha para coger el AVE a primera hora de la tarde. Como algo de pasta sobre la marcha, y antes de acabar de leer EL PAÍS me planto en Sevilla. No conozco la ciudad. Salgo de la estación de Santa Justa y enfrente, a lo lejos, veo una parada de autobuses. El primero está a punto de salir hacia la Isla de la Cartuja: bingo. Fácil llego al Centro de Alto Rendimiento de Remo y Piragüismo donde nos alojamos muchos colegas. A mí me toca con Edu Raymanedu y Jaime JGallego. Un ratito de charla y relax y nos movemos a la ciudad para una cena multitudinaria. Acabo llenísimo de pizza.
Hoy no se trasnocha, volvemos y a la piltra. Sorprendentemente duermo de un tirón hasta las 06:00h. Bajamos a desayunar y vuelvo a la habitación para acabar de preparar todo y echarme en la cama a escuchar música. Con 43 canciones de Laura Pausini en italiano creo que será suficiente para correr entretenido por las calles de Sevilla.
La carrera sale de los aledaños del estadio de La Cartuja a las 09:00h. Media hora antes salimos del CAR al trote para ir calentando. Fresquito a la sombra. Muy bien para empezar, ya veremos cuando el sol levante. Llegamos a la zona de salida y directos al cajón sub 3h donde encontramos a bastantes compis. Son bonitos estos momentos: sonrisas, nervios, ánimos, ansiedad...
Salida. Bastante fluida, sin dificultad para establecer el ritmo deseado. Me voy colocando por detrás del grupo que comanda el globo de 3h. Allí coincido bastante rato con Edu Raymanedu, Victorlns, Josean y Paga. Pasada la primera hora, no sé muy bien por qué, empiezo a notarme incómodo haciendo la goma. Me adelanto un poco metiéndome en el grupo y, casi sin querer, acabo buscando grupitos por delante del globo para correr más a gusto y sin problemas en los avituallamientos.
Veo a Saúl B por delante. Le alcanzo y voy un poco con él. Al final parece que se queda. Pensaba que iba algo más adelantando, pero al paso por el medio maratón oigo al grupo de 3h pegado a mis talones. No me agrada, así que vuelvo a progresar entre los grupos delanteros. Completando la segunda hora me encuentro bien de fuerzas y ritmo, pero.... el Aquiles derecho molesta (no me preocupa mucho), las pulsaciones parecen ir un poco altas (eso es más inquietante) y, cagüen zotz, el famoso isiquio derecho empieza a hacer run-run.
En el km 30 todavía sigo a ritmo de sub 3h, pero ya voy pensando en una inminente parada para estirar la pierna. Y aprovechando el avituallamiento del km 32,5 hago el primer alto. Bebo, estiro y veo perderse por delante el pelotón de corredores en busca de bajar de las 3h. Arranco entrando en el Parque de María Luisa. La tregua dura 1 km pero vuelve la tirantez. Me veo obligado a acortar la zancada y bajar el ritmo para evitar la contractura. No hay vuelta atrás, los últimos 10 km van a ser difíciles.
La carrera pasa por el centro, la animación es bonita, pero el paso por la Catedral no es precisamente placentero:


Las dos piernas van cargadas, doloridas, el isquio avisa, el ritmo baja km a km, también las pulsaciones. Me abstraigo escuchando a tope el concierto de Laura Pausini en San Siro (2007) dejando pasar el rato. Y así llego por fin al avituallamiento del km 37,5 en el puente que cruza hacia La Cartuja. Paro, bebo, estiro y vuelvo a arrancar suave. En el km 39 al paso por el C.A.R. veo a Javigan vestido y animando, se ha debido retirar pronto. Saco la deliciosa barrita energética elaborada por la mujer de Chulipan que me había hecho llegar Edu y la voy disfrutando hasta el km 40 en pleno Parque del Alamillo. Paro, estiro, bebo, como plátano y sigo cada vez más despacio.
Ya se ve el estadio, la meta se acerca, pero el isquio no está por la labor de facilitar las cosas. A pesar de transitar al trote suave la contractura estaba deseosa de manifestarse, y al fin lo hizo. El tirón me hizo parar en seco. Estiré pero, tonto de mí, se me ocurrió estirar también el cuádriceps. En cuanto flexioné la pierna me pegó un tirón tremendo que casi me manda al suelo. Intento aunque sea andar y veo pasar a Rikman a buen ritmo dándome ánimos. En este último km me va a sacar 3 min de ventaja, eso lo dice todo. Recupero un doloroso trote cochinero camino del estadio. La larga cuesta abajo de entrada casi me obliga a parar de nuevo, pero ya en la pista veo que llego a meta, y con ello la alegría de volver a completar otro maratón. Tiempo 2h 09m 00s.


Así de memoria creo que llevo una docena de maratones en 9 años intentando bajar de 3h. En la mitad de ellos lo conseguí y en el resto al menos lo intenté. Siempre acabé feliz por haber conseguido acabarlo, asunto harto difícil.
Mediodía soleado en Sevilla, pues. Ideal para volver al C.A.R. dando un largo y bonito paseo por el Parque del Alamillo, en sentido contrario a los esforzados corredores. Ducha y meeting point en las escaleras de entrada al CAR donde también hace tiempo el equipo femenino holandés de remo. Un regalo para la vista. Luego al centro. Comer, charlar, pasear hasta la hora de vuelta del AVE. Bonito finde.
Algunas conclusiones. No hice caso a mi planteamiento inicial de correr a un ritmo más moderado, con lo que de poco me sirvió el experimento. En cualquier caso no debería volver a correr un maratón con el isquiotibial dañado, pues tiene poca gracia no poder pelear la carrera en la parte más interesante. Tras 15 meses sin descanso se impone una parada técnica, abordar el problema muscular, fortalecer y volver en primavera. También me apetece un cambio de objetivos para el resto de la temporada.

17.2.14

Hace 10 años (I)

Comenzaba el año 2004. Cuarentón fumador, colesterol alto, cierto sobrepeso y una época fatal en lo personal. Había que hacer algo, y se me ocurrió retomar mi antigua aunque ocasional afición por el footing. Estaba convencido de que salir a correr me ayudaría a todo.
Empecé el 9 de febrero saliendo a trotar media hora. Ese mes completé 82 km y conseguí ponerme en 68-69 kg. Seguía fumando, pero empezaba a sentirme mejor.

11.2.14

3000 ml Cto. Madrid Veteranos 2014.02.08

No pisaba la pista del INEF desde mis tiempos de estudiante, principio de los años 80, cuando estaba todo el día dando vueltas por allí. Lo más significativo que he visto es el módulo adyacente a la pista, para saltos y velocidad. Allí nos metíamos este sábado a primera hora de la tarde con cualquier excusa, pues fuera el día estaba desapacible por el viento.
Molestia estomacal, apenas había comido nada en todo el día, venía casi directo del trabajo. Toda la semana con problemas derivados de una sobrecarga del tibial anterior. Vamos, que no era el día más propicio para intentar una buena carrera. Aún así fui porque me apetecía correr y compartir el evento con los compañeros de club.
En la segunda serie de los 3000 m estábamos los mayores de 50 años más todas las chicas. La salida se demoraba y nos estábamos quedando helados. Cuando por fin sonó el pistoletazo, pillé la cuerda y puse mi ritmo de salida, 42 s el primer 200. Lo clavé, pero para ese momento ya iba cortado con respecto al numeroso grupo de cabeza. Cómo gusta salir rápido, me dije, no creo que todos esos se me vayan a escapar.
Poco a poco me iba acercando al último de la fila, que a su vez se iba estirando. Enseguida vi que perdía un poco de ritmo con respecto al objetivo ideal de 3:30/km. Nada, a olvidarse de marcas y centrarse en la carrera y las sensaciones. Alcancé a mi predecesor y me coloqué a rebufo. Llevaba buen ritmo, regular, así que nada de pasarle y pelear tontamente contra el viento y mis limitaciones. Km1 3:35.
Seguir una rueda buena ayuda y relaja, con lo que las vueltas pasan más rápido. Al ver el cartel de 4 vueltas pensé que me encontraba bien de fuerzas para lo que faltaba. Empezamos a adelantar a alguno que otro que perdía fuelle. El viento molestaba hasta de costado, así que era mucho mejor ir un poco lento a resguardo que impacientarse con el crono. Km2 3:35.
La marca será modesta, pero la carrera va muy bien, sin molestias físicas. Mi liebre va como un reloj, pero a falta de 500 m siento que ya puedo apretar un poco más. Le adelanto, acelero, y enseguida veo que voy recortando metros al tercer clasificado. Eso me anima, pues no entraba en mis previsiones. A falta de 200 m pienso que podría disputar el bronce, pero saliendo de la última curva el atleta del Edward, que se había relajado un poco, se gira y me ve llegar. Ja, ja, ja, arranca escopetado como si le persiguiera un jabalí. Es más rápido que yo y no puedo seguirle.
Pero acabo muy a gusto la carrera, con un último km en 3:29 para un total de 10m39s2d. Por un poco no hemos conseguido el triplete, pues mis compis han dominado la carrera. Juanjo 2º solo un ratito después de haber quedado 3º en el milqui, qué tío. Y lo de Paco es ya la leche, sobrio campeón con una fulgurante trayectoria ascendente desde el pasado verano. Habrá que seguir perseverando para no desentonar, ja ja ja.

28.1.14

Medio Maratón de Getafe 2014.01.26

Un día espléndido para correr. Llego con mucha antelación, pero a última hora ni caliento ni me acerco a tiempo a la salida. Como resulta ser caótica, paso por el arco más de medio minuto después del pistoletazo. El gentío es tal que no hay manera de adelantar ni coger ritmo sin desquiciarse. Me lo tomo con toda la calma que puedo, resignado a pasar un rato entretenido entre parones y zig-zags. 
El recorrido baja hacia una zona horrorosa, polígonos sin edificar por las afueras de la ciudad. Muchos giros, el pavimento no es agradable, la gente tapona, se cruza. En la desesperación de los atascos, algunos optan por adelantar recortando barbaridades de metros. En fin, nada agradable.
Sin embargo, por lo que comprobé después, perdí menos tiempo del que suponía en estos primeros kilómetros. Conclusión: un ritmo medio decente con tantos parones solo se consigue apretando más de la cuenta en los torcidos adelantamientos. No tardaría en pasar factura.
Entre el km 7 y el 10 corrí bien, rapidito, regular, adelantando con fluidez y saludando a varios colegas. Luego volvimos a la ciudad y empezó una suave y larguísima cuesta arriba. Ya no me encontré tan cómodo. Las pulsaciones empezaban a subir, y tenía más interés por llevarlas estables que por pelear un crono interesante.
Me acomodé detrás de una pareja mixta para dejar pasar unos kilómetros que se me estaban haciendo largos y pesados. En el km 17 se gira para cruzar el centro adoquinado. Poco a poco fui recuperando un ritmo más alto, pero en ningún momento me encontré con ganas de sufrir, ni siquiera en el favorable último kilómetro.
Total, que crucé la meta en 1h25m39s muy entero, con la sensación de haber hecho un fenomenal entrenamiento de ritmo. Y lo más agradable, el compartir sensaciones con multitud de colegas, tanto a pie de pista como a pie de barra con las cañas y tapas.

17.1.14

Cto.Madrid Veteranos Campo a Través 12.01.2014

Una mañana de invierno de lo más completita. Amaneció nublado. Poco frío y menos viento. Me disfracé de corredor y salí al trote por la puerta de casa. 09:00h. Bajé a la fuente de los Tres Caños, frente al palacio. Ya no había nadie, pero por el murmullo distinguí, entre la niebla, al grupo. Acababan de salir camino del monte. Aceleré y me uní a ellos. 
Saludos, charla, bromas, uno de los mejores momentos para el corredor solitario. Fuimos dando la vuelta a los dos montes, a buen ritmo de trote. Tras completar 17,5 km me desvié para casa. Ducha, ropa seca, un yoghourt, un plátano, galletas, mochila y a la calle. Me pasan a buscar los compis de club para ir a Collado-Villaba.
En la Dehesa Boyal el ambiente atlético es espléndido, y el circuito de cross muy bonito. Mucha hierba y nada de barro. Corremos juntos todos los veteranos a las 12:25h. Son 6 km en tres vueltas. Salgo bastante rápido, por evitar los atascos. Y luego estabilizo el ritmo. 3:50/km aprox. No hay que forzar más, pues el terreno es inestable. 


Consigo hacer las tres vueltas iguales, sin altibajos. El pulso ha ido subiendo, desde 170 hasta 179, pero las sensaciones no eran peores. Así que acabo contento y muy entero. La idea era hacer un entrenamiento fuerte con cierta fatiga muscular acumulada, así que lo de encadenar rodaje largo con cross tenía su justificación. Experimento satisfactorio, y a seguir entrenando cara al medio maratón de Getafe del próximo 26 de enero. Vaaaaamos, chavallllllll!!!!!!!!

6.1.14

Ma nuit chez Maud (Éric Rohmer, 1969)


Un film qui parle de la vie, de l'amour, des principes bouleversés, s'aidant magnifiquement de la philosophie et des mathématiques pour parler de religion (Blaise Pascal étant au coeur des discussions).
La grande force du film se trouve dans les dialogues: un enchaînement de discussions extrêmement riches, les personnages échangeant des idées, des ressentis sur la vie, la religion, l'amour.
Les deux protagonistes masculins discutent d'un lien entre les mathématiques et la vie, en parlant notamment de l'espérance mathématique.
Jean-Louis rencontre aprés deux femmes et, en dépit son apparente timidité - ou disons plutôt de son respect des conventions de société - il tisse avec ces deux femmes des liens très forts dès le début, en se confiant plus qu'il n'est coutume de le faire et en partageant des choses qu'on ne partage pas habituellement avec des inconnu(e)s.
On se passionne pour ces discussions entre des protagonistes qui voient pour la plupart leurs croyances mises à mal. L'intrigue, sous ses airs d'amourettes et de séductions en tout genre est plus complexe qu'elle n'y parait et jusqu'à la fin, on se délecte de l'évolution des personnages.
Le sujet du film est le pari de Pascal : même si la probabilité que Dieu existe est presque nulle, il est avantageux de croire qu'il existe car le gain est infini. C'est un calcul d'espérance mathématique. La réflexion est introduite par une histoire de trio (et plus) amoureux dont l'érotisme est télépathique.
Par des scènes banales de la vie quotidienne Rohmer exprime des sentiments assez fort. Par des exemples et des images concrètes, il explique du Pascal à son spectateur Par une histoire simple, il exprime un message complexe. L'austère philosophie pascalienne n'intéresse pas tant Rohmer que l'interaction des idées et des principes, quels qu'ils soient (jansénisme, foi, athéisme, marxisme) sur les vies humaines, alors que celles-ci sont avant tout soumises au hasard (léger, mais cruel) et à leurs pulsions. 
Dès les premières images, le spectateur est plongé dans une triste atmosphère de province en hiver. Pendant tout le film, on est bercé entre la neige et la nuit, des rayons de lumière et le grand jour, entre les marivaudages et les pensées sincères. Bref, tout commence à se brouiller, mais il est si plaisant de ne pas toujours savoir dans quelles eaux on navigue ! Les acteurs, Trintignant, Vitez et Fabian, donnent beaucoup de profondeur à leurs personnages, et la discussion pascalienne, qui aurait pu être un peu ennuyeuse, est absolument intense. La douce mélancolie, les tristes réjouissances, font que, à la fin, on ne sait pas si on est mal, si on est bien…mais, pendant 2h, on a vécu quelque chose de particulier, qui marque bien plus qu’on aurait cru.